Cómo lograr ser soberanos de nuestro tiempo
“Sin la soberanía sobre nuestro propio tiempo resulta casi imposible ser autónomos en nuestras vidas” Daniel H. Pink.
La autonomía es una de las características de las personas autorrealizadas, según Maslow, y la autorrealización personal es el camino hacia la felicidad, la satisfacción y el bienestar personal. La relación que mantenemos con el tiempo es una de las causas de nuestra infelicidad. Son muchas las personas que viven con una sensación de apremio constante, de falta de tiempo, de estar perdiendo el tiempo o de no emplearlo bien, una sensación de que el tiempo va más rápido que nosotros y qué no podemos darle alcance.
Deberíamos preguntarnos si la sociedad actual, con esta especie de obsesión por la velocidad y la cantidad, por el hacer y el estar, por tener más, llegar a más, hacer más, nos está robando sin darnos cuenta nuestra soberanía personal, porque no está robando el control sobre nuestro tiempo. La percepción de control es una parte importante de nuestra felicidad.
El tiempo es uno de los cuatro pilares de la autonomía según Daniel H. Pink, para mí es el pilar de la soberanía personal, sobre el que se asienta todo lo demás. Si un dominio sobre la gestión de nuestro tiempo no podemos hablar de liderazgo, pues este comienza por liderar el tiempo.
En mis años de experiencia como mentora he podido comprobar que las dificultades que experimentan muchas personas, las sensaciones que tienen de que algo no funciona, de que les falta algo, de que hay algo más, del deseo por mejorar, de la necesidad de cambio, esconden detrás una sensación de estar perdiendo o malgastando el tiempo. Una sensación de no saber qué están haciendo realmente con él, una sensación de que se les está escapando la vida, que al final no es más que una suma de momentos temporales realmente vividos y disfrutados con plena consciencia.
Si tienes la sensación de que el tiempo no te produce beneficios, lo estás gastando, no lo estás invirtiendo. A veces podemos emplear nuestro tiempo en algo que no nos gusta tanto, o que si pudiéramos elegir no lo haríamos, pero sabemos que ese tiempo es necesario para lograr aquello que queremos. Esto es invertir el tiempo, lo contrario implica gastarlo o malgastarlo, porque el tiempo siempre se gasta y no regresa, no se puede recuperar el tiempo perdido.
Malgastar el tiempo, en lugar de invertirlo, no nos hace crecer, no nos produce satisfacción, realización, sentido. Si gastas tu energía te consumes, si gastas tu tiempo también. Tanto el tiempo como la energía son dos recursos vitales muy importantes, que hay que saber administrar, gestionar e invertir muy bien para obtener beneficios que nos hagan renovarnos y crecer. Disfrutar de eso que llamamos un «espíritu joven» implica invertir bien el tiempo y no malgastarlo, porque al invertirlo nos renovamos y eso aporta vitalidad a nuestra vida.
Si quieres saber si estás invirtiendo tu tiempo o malgastándolo, pregúntate en qué lo empleas y para qué, qué estas obteniendo con ello, quién se beneficia realmente del empleo de tu tiempo (tú, otra persona que tu quieres o alguien que ni siquiera sabes o se lo merece), que estás perdiendo con cómo empleas tu tiempo. Respóndete por escrito, plásmalo de forma gráfica, que no haya posibilidad de escape o de autoengaño y míralo, contémplalo porque descubrirás quien has estado siendo.
Pregúntate cómo usas tu tiempo y te dirá quién estás siendo.
Pregúntate en que quieres invertirlo y te dirá quién quieres ser”
Si realmente quieres invertir tu tiempo, el beneficio del mismo tiene que revertir en algo que a ti te produzca satisfacción, valor, significado. Puedes estar invirtiéndolo en otra persona y que ello te llene de sentido y felicidad. Puede que el tiempo que empleas revierta en los demás y también te haga crecer y experimentar bienestar.
Piensa quien es el beneficiario de tu tiempo. Si hay alguien más que tu que se beneficia de tu tiempo, pregúntate que te da y como revierte en ti ese tiempo preciado que compartes. Si no hay reversión personal, hay desequilibro, vigila si es puntual o es una constante. Si es esto último, párate, y denuncia: te estás dejando robar el tiempo. Averigua quién es tu ladrón.
Antes de decir Si a algo y comprometer tu tiempo para hacerlo pregúntate ¿a qué estás diciendo NO?»
Valora si es más importante a lo que dices SI, que a lo que también estás diciendo NO. Reflexiona sobre si el tiempo que empleas es para complacer a alguien, para responder a las expectativas de alguien, para llegar a donde alguien te dijo que tenías que llegar, para ser algo que te dijeron que tenías que ser. Si detrás de la respuesta hay muchos otros y pocos TU, si hay muchos tengo procedentes de voces ajenas y muy pocos quiero, desacelera, frena y si es preciso para el motor. Resetea el GPS porque a lo mejor te está llevando por el camino equivocado. La dirección de destino la pones tú, la velocidad la decides tú, las paradas las haces tú, y las rutas las eliges tú. Tú eres el líder de tu vida, por tanto tu decides lo que haces con tu tiempo.
En cada día de tu vida tiene que haber un tiempo propio, ese que no dedicas a tu actividad laboral y profesional, ni a los demás, un tiempo que es sólo para ti. Y tiene que haber una rentabilidad personal de tu tiempo total, tienes que poder ver claramente al final de cada día el beneficio personal que has logrado con el empleo de tu tiempo. Si eso no es así te costará mucho levantarte por la mañana, te costará reunir la energía para afrontar el día, sentirás que acabas agotado y que no recibes nada o no has logrado nada. Estarás perdiendo tu soberanía personal, el derecho a decidir por ti mismo y a dirigir tu vida, el derecho a vivir según tus criterios y el respeto a tu territorio.
Si necesitas ayuda para recuperar tu soberanía personal el mentoring te puede ayudar a crear consciencia sobre cómo usas el tiempo, en qué, para qué y para quién, para que luego decidas que es lo que quieres conseguir, que necesitarías y quieres cambiar, cómo vas a hacerlo y cuando. Al final del proceso de mentoring, si te has comprometido y te has implicado, sentirás que vuelves a ser el dueño de tu tiempo, que lo controlas y no se te escapa, y que lo inviertes satisfactoriamente para ti. Adquiriras unos hábitos saludables en la gestión de tu tiempo. y ejercerás el liderazgo sobre tu tiempo.
Autora: Maria Luisa de Miguel
Directora Escuela de Mentoring.
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