Indicadores del compromiso del mentee en el proceso de mentoring
No todas las personas necesitan mentoring o están en la disposición de recibirlo. Una de las primeras tareas del mentor, al iniciar el proceso, es valorar si la persona tiene la capacidad necesaria para recibir mentoring y, por tanto, para implicarse y aportar al proceso todo lo necesario para su desarrollo en condiciones óptimas. Para valorar dicha capacidad o grado de implicación y compromiso, existen una serie de actitudes y comportamientos que deben ser observados en el mentee.
Cada una de las actitudes que debe aportar el mentee al proceso tienen una serie de indicadores que deben ser tenidos en cuenta por los mentores para determinar su grado de compromiso con el proceso y su actitud dentro del mismo. Con todos ellos el mentor puede evaluar si el mentee está preparado o no para afrontar el proceso de mentoring y las posibilidades que tiene de lograr el objetivo que se ha marcado para el proceso.
Las principales aportaciones del mentee a la relación de mentoring para que sea una verdadera relación de aprendizaje son: interés por aprender, responsabilidad y compromiso, humildad, apertura y flexibilidad, y proactividad. A continuación describimos cada una de ellas y los indicadores para medir si se están aportando o no por el mentee.
1.-INTERÉS POR APRENDER y MEJORAR: implica la capacidad de reflexionar sobre sus comportamientos y los resultados que se derivan de los mismos, para indenticar áreas de mejora. El mayor aprendizaje que se obtiene en el mentoring es sobre uno mismo, sobre nuestras fortalezas, debilidades, áreas de mejora, sobre nuestras capacidades, nuestras oportunidades. El mentee debe estar dispuesto a realizar de forma habitual procesos de auto-exploración personal a lo largo de todo el proceso.
INDICADORES |
Tiene una necesidad y deseo de mejora |
Considera el tiempo dedicado al aprendizaje como una inversión para futuro |
Los hechos, sucesos, resultados y errores los percibe como una oportunidad de mejora |
Comparte conocimiento y participa en su creación |
Vive de una forma integrada el aprendizaje personal y profesional |
Tiene visión de futuro y se orienta a largo plazo |
Concibe la vida como un proceso y no como un resultado |
2.-RESPONSABILIDAD y COMPROMISO, sobre su propio proceso de aprendizaje, para asumir las consecuencias de sus acciones y decisiones. Si el mentee tiene un discurso recurrente en el que la culpa o responsabilidad de lo que le pasa, de sus resultados está en los demás o en el entorno, es un indicativo de falta de responsabilidad y habrá que trabajar previamente esta actitud para incrementar su nivel de responsabilidad. La responsabilidad también implica aceptar sentimientos y estados de ánimos, y no cargárselos a otros. Estar comprometido con el proceso de mentoring supone que el mentee se prepara previamente las sesiones, que acude a las mismas con sus compromisos de acción y tareas realizados, y con una reflexión acerca de los temas a tratar y su conexión con los objetivos.
INDICADORES |
Acude puntualmente a las sesiones |
No cambia continuamente la agenda de las sesiones |
Realiza los compromisos de acción fijados entre sesiones |
Realiza las tareas sugeridas por el mentor entre sesiones |
No se queja continuamente de sus situación |
No responsabiliza a otros de sus resultados, situaciones, emociones |
No cambia sus objetivos ni marca acciones que le apartan de los mismos |
Aprovecha el tiempo de las sesiones para trabajar sobre sus objetivos |
3.-HUMILDAD para aceptar sugerencias, consejos, oportunidades de mejora, necesidades de cambio.
“Solo sé que no se nada” máxima de Sócrates que sigue teniendo hoy en día un significado fundamental para los procesos de cambio personal y profesional. Este es sin duda el punto de partida de la actitud estrella de un mentee: Dudar pone en marcha la curiosidad, el deseo de saber, de explorar otros puntos de vista, y esto siempre lleva a una ampliación del conocimiento: se genera un conocimiento basado en el análisis de distintas alternativas, en la valoración de la situación o el problema desde distintos enfoques.
Dudar, saber que no lo se todo pero que puedo saberlo es un hábito de las personas humildes. La humildad es esencial para aprender y desarrollarnos, se demuestra en nuestra capacidad de escuchar y observar y de estar abiertos a la experiencia, a lo que nos llega sin juzgarlo de antemano, sin rechazarlo. La humildad significa estar dispuesto a equivocarse y no negarlo, a no saber y preguntar, a no poder y pedir ayuda.
INDICADORES |
Acepta sugerencias, observaciones, críticas sin sentirse atacado y las considera una oportunidad de mejorar |
Se cuestiona permanentemente nuevas ideas, tendencias, situaciones, opiniones mantenidas hasta el momento. |
Considera que otros pueden aportarle experiencia y conocimientos |
Sabe pedir ayuda cuando la necesita |
4.-APERTURA Y FLEXIBILIDAD para admitir cambios, ceder y transigir. Apertura para experimentar con nuevos enfoques y estar abierto a cuestionarse ideas, creencias, actitudes, y comportamientos. Apertura hacia la relación de mentoring para compartir aspectos más profundos, más personales, para compartir la vulnerabilidad con el mentor.
La actitud estrella para el cambio es ser flexible, estar abierto a nuevas ideas, nuevos entornos, nuevas personas, que no conozco, pero puedo llegar a conocer, o que conozco, pero puedo ver desde otro paradigma. Es adaptarse a lo nuevo, pensar de forma diferente, aceptar otras creencias, otros valores en los demás, sin sentirme amenazado, sin perder mi identidad, que no es fija, se construye día a día.
Encontrar oportunidades y conexiones en las diferencias, y no problemas y oposiciones. La actitud maestra es no dejar de buscar, en un libro, en una película, en una reunión, en un cliente, en un/a compañero/a de trabajo, en el parque. Cualquier lugar y cualquier persona son una fuente de aprendizaje. Como dice Paulo Freire el ser humano está inserto en un permanente movimiento de búsqueda. Cuando deja de buscar muere.
Flexibilidad para cambiar de rumbo, esperar el tiempo necesario, cambiar de enfoque, asumir que algo no puede ser, aceptar límites. En el proceso pueden surgir dificultades, momentos de bloqueo, que hay que saber gestionar con flexibilidad.
INDICADORES |
No se aferra a sus posiciones sin cuestionarlas |
Admite otros enfoques, planteamientos, ideas |
Comparte aspectos más personales y delicados |
Habla de sus debilidades |
Escucha y no interrumpe |
Acepta el feedback sin contra-argumentar |
5.-PROACTIVIDAD: El mentoring requiere acción, las sesiones son sólo una parte del proceso, pero si el mentee no toma acción, no pone en marcha lo establecido en su plan de acción, o lo trabajado en las sesiones no conseguirá ni sus objetivos ni los resultados deseados. Uno de los mayores enemigos de la acción, es la procrastinación, esa tendencia a no acometer las tareas y acciones que más nos cuestan, disgustan, tememos, etc. Todos tenemos resistencia al cambio, a todos nos cuesta ponernos manos a la obra con aquellas cosas que nos suponen un reto, una prueba a nuestras capacidades, una salir de nuestra rutina y zona de seguridad.
Además la iniciativa y la proactividad nos hacen aprender más, mejor y más rápido, con lo que la inversión en el proceso de mentoring será aún más productiva. Esto es especialmente relevante cuando hablamos de mentoring organizativo, donde la duración de los procesos está prefijada de antemano y la organización exige una evaluación de sus resultados.
INDICADORES |
Toma la iniciativa en el proceso: plantea dudas, expresa opiniones, solicita recursos, define acciones |
Toma decisiones y pasa rápido a la acción |
Pide ayuda específica al mentor, le solicita recursos |
Fija la agenda de trabajo |
Busca y detecta oportunidades continuamente para mejorar |
Pregunta, aporta ideas, cuestiona. |
Ejecuta los compromisos de acción, las tareas, e incluso va a más. |
El mentoring es una relación de aprendizaje, desarrollo y crecimiento personal, nos potencia, nos hace ir a más, pero para ello tenemos que invertir tiempo, energía y esfuerzo.
El mentor es el guardián de la relación y debe estar atento a los indicadores de comportamientos que reflejen la presencia o ausencia del compromiso e implicación del mentee. Si se produce esta última deberá confrontarlo con el mentee y explorar vías de solución. Si estas no son posibles deberá dar por terminada la relación. El mentoring es una relación de las que el Análisis Transaccional denomina “adulto a adulto”, en la que el mentor no actúa como padre, madre, salvador, protector, supervisor, o colega, sino como un guía para el impulso del crecimiento de otro. Esto supone que, el mentor debe hacer patente, en todo momento, cuales son los compromisos, aportaciones y responsabilidad del mentee en el buen funcionamiento de la relación y la marcha del proceso.
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