Hace algún tiempo, en un encuentro informal con amigos, una persona me dijo: «quiero que me hagas Mentoring». ¿Para qué?, Pregunte yo. La respuesta que obtuve fue «porque quiero lograr que las personas de mi equipo cambien para poder cumplir con los objetivos que me han marcado.»

No me pude resistir y pregunte ¿y tu que estas dispuesto a cambiar? Se hizo el silencio, seguido de un leve movimiento corporal de un lado a otro, ese que a un mentor le indica que ha logrado tambalear la comodidad  de su cliente. Y tras el bamboleo, la cabeza empieza a buscar respuestas, y comienzan a surgir las habituales  «bueno, es que yo, es que en realidad ya lo he intentado todo y no consigo que cambien».

A veces tenemos que cambiar las preguntas, para poder cambiar las respuestas y poder lograr lo que queremos. Carl Rogers nos invitó a sustituir la pregunta ¿cómo puedo cambiar a esta persona? por ¿cómo puedo crear una relación que esta persona pueda utilizar para su propio desarrollo? Y nos recordó que para crear relaciones que faciliten el aprendizaje, cambio y desarrollo de otros, debemos plantearnos cuál es nuestro nivel de desarrollo, qué tenemos que cambiar para impulsar el cambio de otros. Crear relaciones depende de nuestra actitud frente al otro, de como nos comunicamos, como nos comportamos. Cambiar nuestro comportamiento, cómo miramos al otro, cómo le hablamos si está bajo nuestro control directo. Cambiar al otro, no y, además, considero que no nos corresponde y puede ser hasta una falta de respeto a su invididualidad.

Como directivos/as y lideres de equipos y organizaciones tenemos en nuestras manos una poderosa herramienta de cambio organizacional: nuestra actitud y comportamiento. Con ella podemos implantar una gestion apreciativa, basada en una nueva forma de relacionarnos y comunicarnos con las personas con las que trabajamos.

La gestion apreciativa se basa en descubrir las fortalezas y el potencial de las personas, hacer que ellas mismas lo vean y lo valoren, reconocer su contribución a la organización, potenciar su utilización, desarrollarlo para hacerlo crecer y visibilizar sus resultados.

La gestion apreciativa atiende la necesidad de valoración que, según Maslow, tenemos todas las personas, y cuya satisfacción es condición sine qua non para lograr altos niveles de desarrollo y desempeño, eso a lo que Maslow llama Autorealizacion, que es un estado creativo, de seguridad psicológica, plenitud, motivación.

Cualquier proyecto, cualquier actividad, cualquier trabajo y cualquier tarea, que pueda llevarse a cabo dentro de nuestra organización, puede ser gestionada con un enfoque apreciativo. Para ello como responsables de la direccion de personas debemos tener siempre presente y utilizar el ciclo de la gestion apreciativa, que se compone de 5 fases:

1.- Definir el objetivo a lograr ¿QUE? y conectarlo con el propósito ¿PARA QUE?

2.- Descubrir las fortalezas que existen para lograrlo.

3.- Visualizar el resultado, generar la visión de lo que queremos lograr y de los resultados que va a producir. Conectarlo con nuestro sentido de contribución para visualizar también lo que aporta a otros.

4.- Diseñar ¿COMO? vamos a llevarlo a cabo, qué acciones vamos a ejecutar, que recursos necesitaremos, con cuales contamos ya, cómo vamos a conseguir el resto, cuales son nuestras alianzas, en quien nos podemos apoyar, cuando vamos a hacerlo.

5.- Experimentar las acciones diseñadas y generar a través del feedback y el feedforward procesos de acción-reflexión que promuevan el aprendizaje y la mejora continua.

El ciclo de la gestion apreciativa debe estar impregnado de una comunicación apreciativa. Una comunicacion que se focaliza en:

– el aprendizaje y los logros, en vez de en los errores y los resultados
– las fortalezas y el potencial, en vez de en las debilidades
– las preguntas positivas
– las posibilidades, en vez de en el status quo
– las soluciones, en vez de en los problemas
– la confianza en el otro: en su conocimiento, en su aportación, en sus opciones..

Estoy hablando de una nueva forma de trabajar con las personas en las organizaciones, que se caracteriza por:

1.- Hacer ver el objetivo y el propósito, en vez de indicar lo que hay que hacer y como. En este video se puede ver un ejemplo.

2.- Preguntar para permitir a los demás buscar la solución, para que nos muestren su conocimiento, para conocer sus puntos de vista. En vez de imponer nuestro saber, nuestra solución, nuestra visión.
Preguntar favorece la PROACTIVIDAD, la CREATIVIDAD, la RESPONSABILIDAD, la REFLEXION, la AUTONOMÍA.

3.- Escuchar para conocer a los demás, para mostrarles nuestro interés, nuestra valoración, en vez de monopolizar con nuestro discurso el tiempo, el espacio y la relación.

4.- Dejar hacer para demostrar la confianza y permitir que se incremente la autoeficacia de nuestros colaboradores

5.- Establecer procesos de acción-reflexión para favorecer el aprendizaje y la mejora continua a través del feedback y el feedforward.

El aprecio es indispensable para crecer

Esta nueva forma de trabajar es la base de toda relación y proceso de mentoring:

Objetivo y propósito para motivar la acción y el cambio
-Preguntar para propiciar el incremento de la consciencia y la reflexión que preceden el proceso de cambio a nivel mental
Escuchar para comprender al otro y prestarle la mejor ayuda.
-Acción para convertir los cambios en realidades, en resultado y en logros.
-Feedback sobre la acción y los resultados para generar nuevos procesos de reflexión y acción.

El mentoring es una relación que permite a otra persona desarrollar todo su potencial y obtener resultados excelentes, porque se basa en un enfoque apreciativo de las personas, caracterizado por:

1.- Confianza en el conocimiento y sabiduría del cliente. Cada persona sabe lo que quiere, lo que necesita, lo que más le conviene, lo que le afecta, y como y cuándo quiere hacer las cosas.

2.- Empatía hacia el cliente,  poniendo todo nuestro esfuerzo en comprenderle, en entender lo que algo significa exactamente para el. Aceptarle como es, con sus emociones, creencias, experiencias, y acompañarle en su camino de descubrimiento y realización.

3.- Libertad para expresar pensamientos, emociones. Libertad para hacer, para equivocarse, para volver atrás, para ir hacia adelante. Para utilizar la relación en beneficio de su propio desarrollo.

4.- Apreciar la individualidad y la diferencia , hacérsela ver al cliente como algo valioso, mostrando interés y respeto por todo lo que comparte con nosotros.

5.- Responsabilidad absoluta del cliente sobre sus decisiones y sus acciones.

De nosotros depende crear relaciones de este tipo en nuestras organizaciones y lograr una gestion apreciativa de las mismas, basada en la implantación del mentoring como metodología de trabajo con las personas. Implantar el mentoring en las organizaciones nos permitirá desarrollar todo su potencial, , generar bienestar personal y organizacional y crecer juntos de una forma armónica.

Autora: María Luisa de Miguel

Directora Ejecutiva Escuela de Mentoring

El propósito es el motor de nuestra vida, nuestro fundamento último, la razón profunda y significante por la que hacemos las cosas. No solo nos mueve a actuar, con una energía creadora y contagiosa, sino que también aporta sentido a nuestros actos y a nuestro alrededor. El propósito es el «para que«, lo que da sentido a tu vida, lo que te realiza y produce satisfacción cuando lo ves materializado en acciones y resultados.

El propósito es la razón por la que estas dispuesto a luchar, a enfrentarte a todo, a dejar atrás todo. Conecta con tus valores personales irrenunciables y con tus fortalezas esenciales. Te llena, te inspira, te hace mas fuerte, una fortaleza que está basada en la convicción y el compromiso con algo en lo que crees porque es importante y merece la pena ser realizado.

Vivimos una vida en la que el «yo» está demasiado presente, el liderazgo muchas veces es más una forma de alimentar el ego, que otra cosa. Vivimos tan encerrados en él, que nos olvidamos de mirar a nuestro alrededor, de tomar conciencia del impacto que producimos con nuestras palabras y nuestros comportamientos. Sin embargo, el liderazgo es una función al servicio de la colectividad, movilizamos personas, alineamos acciones para lograr cosas en común, que son buenas para todos, y no solo para el líder.

Como dice Pablo D’Ors «Cuando el propósito es el Yo, no es posible una transformación colectiva», de ahí la importancia, que como personas, y como líderes, conectemos con un propósito vital, que siempre tiene un carácter transcendente, porque no es solamente un «para que», sino también un «para quien». Además, debemos buscar como unir propósitos, causas comunes y liderar para ellas y no para nuestro propio beneficio y gloria.

El verdadero liderazgo no se sostiene sin un propósito. Sin él acaba generando mucho dolor a su alrededor, mucha desunión, además de que el propósito es un activador del desarrollo de nuestras  capacidades y habilidades, nos hace ser mejores, aportar más valor al mundo.

Si estás liderando a un grupo de personas, un proyecto o tu propia vida es importante que de vez en cuando pares para tomar consciencia y reflexionar sobre el propósito de tu liderazgo.  Estos 5 pasos te pueden ayudar a focalizar el autentico norte del liderazgo:

1. Adquirir Conciencia Propia

¿Cuál es tu historia? Escríbela, dejando salir todo sin censuras. No se trata de pensar, se trata de dejar salir lo que hay en tu mente inconsciente sin pasarlo por el filtro y el juicio de la mente consciente. ¿Qué es tuyo en esa historia y que has tomado prestado y te roza?

A partir de ella descubre tus fortalezas y tus necesidades de desarrollo, esas potencialidades aún no realizadas y que seguramente llevas tiempo posponiendo, pero te están gritando con fuerza salir.

Para adquirir una verdadera conciencia te recomiendo la lectura y ejercicios del libro «Una mente liberada» de Steven C. Hayes, eso sí, prepárate para un viaje al centro de la tierra, a las profundidades de tu ser.

2. Descubrir Valores

¿Cuales son tus valores más profundos?

¿Qué principios guían tu vida?

3.  Hacer aflorar la Motivación 

¿Qué te motiva a ti, más allá de lo que imponen las modas, la sociedad?

¿Cómo puedes equilibrar tus motivaciones internas con las demandas y expectativas de tu entorno?

4.  Alianzas

¿Quienes son las personas en las que puedes confiar para guiarte y apoyarte en tu camino?

¿Cuál es tu tribu?

5. Vida integrada

¿Cómo puedes integrar todas las áreas de tu vida (personal, familiar, profesional, social…) y sentirte realizado?

Cuando finalices este ejercicio, vuelve sobre tus respuestas: lee tu historia tranquilamente,  deteniéndote en lo que te sorprenda, en lo que sientas que te llena y en lo que te hiere, en ambos lugares encontrarás aprendizajes. Relaciona todo ello con tus valores, principios,  motivaciones,  alianzas y con la vida que quieres, según lo que has escrito en el resto de los pasos.

Trata de conectar los puntos en común que encierran tus respuestas. Es en esa unión de los puntos, donde se revelan los insights, aparece el propósito y la forma de hacerlo realidad. 

 

Una vida feliz es una vida bien narrada, como diría Séneca, para lo cual necesita contar con un buen argumento que, como explico en mi último libro «La Alquimia de la Motivación», nos lo proporciona el propósito personal. Nuestra existencia es una novela que escribimos día a día con cada decisión que tomamos. Algunas de ellas son sencillas e intrascendentes; otras más difíciles y complejas. Pero todas suman a la hora de construir una vida.

Necesitamos conectar nuestras historias, nuestras etapas, nuestras acciones en torno a un propósito para disfrutar de una buena vida y crearla a nuestro alrededor.

 

Con este propósito, que es el que me mueve en la vida, hemos desarrollado junto a Sergio Luna, el programa «Liderar con consciencia. Vivir con consciencia», que llevaremos a cabo por primera vez en Bilbao el 8, 9 y 10 de Noviembre. Si quieres ser parte de este movimiento te invitamos a participar. Puedes inscribirte hasta el 17/10/24 aquí. Vivir esta experiencia te permitirá ser:

1.Más CONSCIENTE DE LO QUE eres

2.Más CONSCIENTE DE COMO eres

3. Más CONSCIENTE DE LO QUE necesitas

4.Más CONSCIENTE DE LO QUE quieres

5.Más CONSCIENTE DE DÓNDE estamos

6.Más CONSCIENTE DE LO QUE es

7.Más CONSCIENTE DE LO QUE necesitan los otros

8.Más CONSCIENTE DE DÓNDE estás

9.Más CONSCIENTE DE LO QUE ESTÁ bien

 

Autora: María Luisa de Miguel

Directora de la Escuela de Mentoring

La salud mental no está atravesando un buen momento. Las cifras y datos sobre los índices de estrés, bajas laborales, depresiones, ansiedad, consumo de ansiolíticos y suicidios lo muestra claramente. En las organizaciones es una preocupación cada vez más creciente, además de un tema que tiene muchas aristas y muchos caminos de intervención. Sin lugar a dudas, uno de ellos es el clima laboral que se genera como consecuencia de las interacciones entre compañeros, entre miembros del equipos y las relaciones entre líderes y colaboradores.

Con independencia de que las intervenciones para mejorar la salud mental en el lugar de trabajo deben realizarse de forma sistémica y atajando las causas que la generan, más que los síntomas, hoy me gustaría plantear como el estado psicológico, emocional y anímico del líder impacta en sus colaboradores, en el equipo y en el clima organizacional. Según Richard Boyatzis, Daniel Goleman y Annie Mckee, el modo en que los trabajadores experimentan el clima de sus empresas depende entre un 50% y un 70% de las acciones del líder. Asimismo, el estado emocional y las acciones del líder influyen muy directamente en cómo se sienten los empleados.

De todos los estados internos que experimentamos las personas, la autoestima es uno de los predictores más importantes del bienestar, por tanto, cuanto mejor sea la autoestima del líder, mejor será su bienestar psicológico y mejores las relaciones que entabla con las personas con las que interactúa en la organización. 

Las personas con una buena autoestima tienen creencias positivas y bien articuladas sobre sí mismos, lo que suele contribuir a tener mejor relaciones con otros y generar entornos más seguros y positivos. Diversos estudios revelan una asociación positiva entre la alta autoestima y la satisfacción general con la vida, una mayor felicidad y un afecto positivo, además de contribuir a disminuir los riesgos o impactos de la depresión. La autoestima contribuye positivamente a tener relaciones más satisfactorias, rendir mejor en el trabajo, disfrutar de una mejor salud física y mental y evitar comportamientos antisociales. Es bastante probable que si los líderes gozan de buena autoestima habría muchos menos jefes tóxicos, narcisistas, manipuladores, maquiavélicos o psicópatas. 

El problema con la autoestima es que suele medirse solo en términos de nivel (alta o baja) cuando la estabilidad también es importante (permanente o fluctuante), además, de que se suele desconocer que hay dos tipos de autoestima:

-autoestima permanente o segura: estable, segura, auténtica

-autoestima temporal o contingente: inestable, frágil, no auténtica, que fluctúa en función de los logros positivos o negativos, los resultados obtenidos frente a los esperados, el reconocimiento o la falta de él, la crítica o los cambios en la apariencia física.  

¿Adivina cual es la que más prolifera hoy en día en la sociedad del selfie, los likes, ranking de tops y el gran escaparate de las redes sociales? El creciente uso y presencia en estos escaparates supone una mayor exposición a la frecuencia e intensidad de las comparaciones sobre uno mismo. Son un prueba constante para nuestra autoestima. Especialmente para aquellas personas cuya autoestima es más contingente porque las probabilidades de que se sientan mejor con ellas mismas depende de recibir aprobación de los otros, elogios, comentarios positivos, likes o logros publicables, que además sean reconocidos. Para mantener su autoestima estable requieren una validación continua. Además, los episodios de éxito o  fracaso inciden en ellos de forma intensa, haciendo que su autoestima experimente subidas y bajadas bruscas, que desgastan emocionalmente, desorientan y afectan a la identidad.

La autoestima fluctúa, cambia, es contingente y hay personas en las que esas fluctuaciones son más continuas, intensas y variables. Hay una autoestima que viene y va, muy dependiente del juicio externo y de nuestros resultados. La creciente presencia del famoso síndrome del impostor puede deberse a un aumento de las personas que están desarrollando una autoestima contingente o frágil, que las hace dudar permanentemente de ellas mismas, sobre todo ante cualquier contratiempo o cuando algo se sale de su control o no coincide con lo esperado. Este temor constante, esta dependencia externa para sentirse valioso, les hace estar en estado vigilante todo el tiempo, intentado prever cualquier fracaso y evitarlo, atentos a cualquier señal del entorno que incida en su autoestima, con lo cual se agotan más, se debilitan y pierden recursos y energía para afrontar situaciones difíciles o para reponerse de los fracasos y errores. Invierten muchos esfuerzos y recursos en evitar el fracaso y adoptan una actitud defensiva y cerrada cuando se produce, lo que les resta efectividad en su desempeño y desarrollo.

Si el lider tiene una autoestima frágil, contingente y cambiante, no liderará bien e impactará negativamente en la autoestima, seguridad psicológica y bienestar de sus colaboradores y en el clima emocional de la organización. Según las investigaciones realizadas por Sergio Luna, Doctor en Psicología y Master en Psicobiología y Neurociencia Cogntiva por la Universidad Autónoma de Madrid y Barcelona, respectivamente, practicar la consciencia y atención plena, incorporarla al día a día, no solo impacta positivamente en la autoestima de tipo estable y segura, sino que también contribuye a estabilizar la autoestima contingente, es decir, a evitar esas fluctuaciones constantes en nuestra autoestima, que nos desgastan, nos restan energía, nos dificultan la gestión emocional y las relaciones con los otros.

De todo ello hablará en el próximo 9𝘁𝗵 𝗠𝗶𝗻𝗱𝗳𝘂𝗹 𝗟𝗲𝗮𝗱𝗲𝗿 𝗦𝘂𝗺𝗺𝗶𝘁, que se celebra este mes en Washington, en el que participan figuras clave en el ámbito del mindfulness y liderazgo, como Diana Winston de UCLA y el Dr. Marc Brackett de Yale, así como a organizaciones como Amazon y Ford, que están integrando el mindfulness en sus modelos de gestión. Su ponencia versará sobre «𝘊𝘶𝘭𝘵𝘪𝘷𝘢𝘵𝘪𝘯𝘨 𝘚𝘵𝘢𝘣𝘭𝘦 𝘚𝘦𝘭𝘧-𝘌𝘴𝘵𝘦𝘦𝘮: 𝘈 𝘊𝘳𝘪𝘵𝘪𝘤𝘢𝘭 𝘓𝘦𝘢𝘥𝘦𝘳𝘴𝘩𝘪𝘱 𝘛𝘳𝘢𝘪𝘵 𝘌𝘯𝘩𝘢𝘯𝘤𝘦𝘥 𝘣𝘺 𝘔𝘪𝘯𝘥𝘧𝘶𝘭𝘯𝘦𝘴𝘴”.

Apostar por «Liderar con consciencia», desarrollando en los líderes las habilidades de atención plena, autorregulación emocional, apertura a la experiencia y suspensión del juicio contribuirá a que tengan una autoestima más estable y saludable. Como señala Sergio, tradicionalmente se ha valorado una autoestima alta en los líderes, sin considerar el coste asociado de mantenerla elevada constantemente, sobre todo a base de logros, éxitos y vigilancia permanente para que nada falle y evitar el fracaso.

Desde este enfoque en la Escuela de Mentoring hemos organizado con Sergio Luna un programa formativo bajo el título «Liderar con consciencia, Vivir con consciencia» de forma presencial, en Bilbao, los días 8, 9 y 10 de Noviembre. Nos quedan 4 plazas, si quieres liderar con consciencia y desarrollar una sana autoestima e impactar positivamente en tu entorno, una puede ser tuya. Inscríbete antes del 21/10/24 en este enlace. Te esperamos.

Un curso que ayuda a los líderes a ser más resilientes, gestionar mejor el estrés y tomar decisiones más sostenibles, contribuyendo a crear organizaciones más equilibradas y humanas.

Puedes consultar aquí los comentarios de algunos participantes en las formaciones sobre consciencia plena realizadas por Sergio Luna. 

La atención e interés de las empresas por mejorar la experiencia del empleado ha ido en aumento, en paralelo a la disminución del compromiso de los empleados, los cambios en las dinámicas de trabajo (diversidad, covid, mix generacional, teletrabajo, digitalización), la alta rotación y escasez de talento y fenómenos como la gran renuncia o la gran resignación.

Las estrategias e instrumentos para gestionarla cada vez son más diversas: design thinking, inteligencia artificial o plataformas de experiencia del empleado (EXP), sin embargo, sigue demasiado enfocada en el rendimiento y muy poco en el desarrollo, lo cual está teniendo efectos contraproducentes, porque no solo no mejora el desempeño, sino que se está generando una gran desmotivación, estrés y otros problemas, que afectan al clima organizacional y a la salud mental de los trabajadores.

De todo ello escribí, hace un año, en un artículo titulado «Convertir  la experiencia del empleado en un desarrollo humano óptimo», que fue elegido como el mejor artículo en materia de recursos humanos en la II Edición del Premio «Juan Antonio Esteban» organizado por Alsa, Aedipe Centrho y Asociación de Escritores de RRHH.

La propuesta de la Escuela de Mentoring es trabajar la experiencia del empleado a partir de potenciar las 6 dimensiones del desarrollo humano óptimo de Carol Ryff, que desde hace años forman parte de nuestra metodología Integral Generative Mentoring: propósito, autonomía, dominio del entorno, crecimiento personal, autoaceptación y relaciones positivas.

 

Dado que el aprendizaje es el gran catalizador de una óptima experiencia del empleado, según los expertos participantes en el encuentro Future of HR 2023, el mentoring, como modelo de aprendizaje para la excelencia personal y organizacional,  se revela como una práctica y metodología muy adecuada para mejorar la experiencia del empleado. El mentoring posibilita e impulsar que la persona pueda elegir qué aprender y cómo (autonomía), le permita aprender con otros (relaciones positivas), experimentar en el lugar de trabajo y reflexionar sobre ello (dominio del entorno y autoaceptación) y conectarlo a su propósito y objetivos (propósito).

 

Es frecuente encontrarse en las empresas con la figura del «buddy» como estrategia de onboarding, asignando al nuevo empleado un compañero con experiencia en la empresa para que le acoja y acompañe en su proceso de adaptación a la misma. Nosotros hemos ido más allá, transformando el modelo de experiencia del empleado desde el onboarding hasta la salida, utilizando el mentoring como metodología y convirtiendo la figura del «buddy» en el «buddy mentor», dotándolo de la capacitación y herramientas necesarias para ejercer este rol con efectividad.

Hemos diseñado un programa de experiencia del empleado a través de «buddy mentores» que son formados específicamente para ejercer ese rol, mantener conversaciones de desarrollo y acompañar al empleado en todo el viaje de su relación laboral con la empresa, sabiendo adaptarse a las diferentes situaciones que el empleado va a vivir durante ese viaje, ayudándole a enfrentarlas eficazmente, contribuyendo así a su crecimiento personal y profesional dentro de la empresa. En su formación trabajamos los siguientes contenidos:

1º.- Construir relaciones con engagement

Todo comienza con una relación, cuanto más estimulante y enriquecedora sea está, más lo será la experiencia del empleado con la empresa y su trabajo.

Las interacciones del empleado que, según el BEX22, producen más satisfacción laboral están vinculadas a las relaciones: trabajo en equipo, apoyo en situaciones difíciles, buen ambiente. Algo que corroboran otros estudios, como los de Mckinsey, que señalan que las relaciones con los compañeros de trabajo son la razón fundamental de la satisfacción en el mismo. 

Aprender a construir relaciones con engagement es el primer paso para una buena experiencia del empleado.

2º.-Autoeficacia y motivación: activar el núcleo positivo del talento

El desarrollo se potencia desde la seguridad y la confianza, dijo Maslow. Por eso en nuestra metodología Integral Generative Mentoring ayudamos a las personas a conectar con su núcleo positivo (propósito, fortalezas, valores, creencias positivas, aspiraciones, referentes…), que es la fuente de su energía, motivación, confianza, seguridad y valor. Y lo hacemos fortaleciendo las creencias de autoeficacia, generando un autoconocimiento basado en experiencias de éxito basadas para impulsar el aprendizaje, el cambio y el desarrollo desde lo positivo, lo que nos aporta valor, coraje, energía, convicción.

3.- El mapa estratégico del desarrollo del talento. Trabajo con casos reales.

Las mayores dificultades para desarrollar el potencial y convertirlo en talento, y ayudar a las personas a lograr sus objetivos, no están en la falta de capacidades técnicas, conocimientos o la necesidad de adquirir destrezas o aprender técnicas y herramientas, sino en cambios a nivel interno, que tienen que ver con nuestras creencias, emociones, valores, forma de ver el mundo. 

En todo proceso de desarrollo del talento se produce, lo que el psicólogo Robert Kegan denomino, la inmunidad al cambio.  Un fenómeno que nos paraliza, nos bloquea, nos frustra, que nos hace repetir comportamientos disfuncionales sin entender porque lo hacemos y procrastinar los funcionales. 

En la metodología INTEGRAL GENERATIVE MENTORING hemos diseñado una herramienta que ayuda a identificar esa inmunidad al cambio y vencerla. Todo ello tiene que ver más con comenzar por desaprender que por lanzarse a intentar cosas nuevas. Desaprender es un paso necesario y previo para poder aprender, cambiar e iniciar nuevos comportamientos, que suele ser desatendido en los procesos de desarrollo.  

4.- Afrontar retos con seguridad: gestionar las fuerzas impulsoras y frenadoras del cambio

Si bien el desarrollo requiere, inicialmente, un entorno de seguridad psicológica, que aporta la relación engaged, la conexión con el núcleo positivo y la superación de la ambivalencia al cambio, también precisa de retos: experiencias y oportunidades para que las personas vayan más allá de lo que estiman que puede hacer y ser, superando su realidad actual.

Retar es una habilidad que todo «buddy mentor» debe dominar, sabiendo preparar a la persona para que tenga el nivel de preparación (capacidad+seguridad+motivación) adecuado para afrontar el desafío y también siendo creativo a la hora de sugerir retos, de ayudar al colaborador a identificar oportunidades que pueden ser retadoras. Además, será necesario trabajar el «campo de fuerzas», tanto internas como externas, como frenadoras e impulsoras, que van a influir en acometer y superar dicho reto con éxito.

5.- Feedback reflexivo y empoderante. Modelo triple feedback: consciencia, empatía y perspectiva

El feedback, que habitualmente se practica en las organizaciones, suele ser evaluativo y correctivo, se basa únicamente en la visión del manager/supervisor que lo proporciona, lo cual lastra la autonomía, adoptando una posición de “examinador”, que no genera una relación muy positiva. Está demasiado enfocado en incrementar la productividad mejorando la ejecución, en lugar de favorecer el aprendizaje y el desarrollo, así como en el pasado: en lo que ya se hizo y no funcionó. Como el pasado no se puede cambiar, este tipo de feedback acaba generando impotencia, lo que no favorece el crecimiento personal y dominio del entorno. 

En nuestra metodología propiciamos un feedback reflexivo y empoderante, que comienza siempre por generar consciencia en el propio colaborador, en la persona a la que estamos acompañando en su desarrollo, para luego invitarle a mirar más allá y evaluar el impacto de sus comportamientos en el entorno, en los otros, en la organización y en el objetivo a lograr. Todo ello se completa el feedback del «buddy mentor» para ampliar su mirada y perspectiva, superar puntos ciegos y también propiciar una  mirada al futuro, a lo que se podría hacer o mejorar, para conectar con las oportunidades de desarrollo. 

6.- Alquimia conversacional: clima seguridad psicológica, comunicación apreciativa, foco, creatividad, mente ampliada, proactividad.

El desarrollo se impulsa a través de conversaciones basadas en la reflexión sobre la experiencia práctica del día a día del colaborador cuando se enfrenta a retos, cambios y nuevas habilidades a poner en juego. Una conversación de desarrollo es un diálogo estratégico, un proceso comunicacional con un propósito específicos y unas fases que hay que saber respetar. En dicho proceso hay que combinar habilidades de comunicación afectiva y efectiva, porque las necesidades afectivas de nuestro colaborador deben ser satisfechas antes de poder entrar a trabajar sobre objetivos, acciones y resultados.

En la Escuela de Mentoring trabajamos un patrón conversacional que convierte la experiencia en aprendizaje y los aprendizajes en decisiones, acciones y resultados. Este es el modelo conversacional que enseñamos a trabajar a los «Buddy Mentors» en sus sesiones.

 

A partir de esta formación inicial, que reciben los «Buddy Mentor», la Escuela de Mentoring los acompaña durante el desempeño de su rol mediante la puesta en práctica de 2 comunidades de aprendizaje anuales, en las que comparten experiencias sobre sus procesos de acompañamiento, trabajamos con casos prácticos y aprenden juntos a mejorar su rol y potenciar mejor el desarrollo de sus colaboradores: identificación de puntos ciegos, gestión emocional de los procesos, superación de dificultades, áreas de mejora, buenas prácticas, compromisos de acción para futuras sesiones.

A partir de estas comunidades de aprendizaje se identifican nuevos contenidos formativos a trabajar con los «Buddy Mentors» en próximas anualidades, complementando su formación inicial con una formación avanzada, totalmente adaptada a sus necesidades concretas.

El próximo 1 de Octubre comenzamos a rodar este nuevo programa formativo «Buddy Ment@r» en un importante grupo empresarial en España, durante 4 días estaremos formando a más de 80 «Buddy mentors» de la compañía en Madrid y Barcelona.

Este nueva forma de aplicar el mentoring en las organizaciones es compatible y complementaria con la implantación de programas formales de mentoring para impulsar el desarrollo del talento. La clave está en saber implementar en cada organización la estrategia o estrategias combinadas que mejor respondan a sus necesidades.

En un mundo tan complejo y cambiante una de las principales habilidades será «crear sentido», para uno mismo y para los demás. Ayudar a comprender para que se hacen las cosas, cuál es su propósito último y, por tanto, tener un criterio para decir SI o NO, sin pérdidas de tiempo, rumiaciones interminables, culpabilidades, postergaciones infinitas, cambios de criterio constantes, ocurrencias e improvisaciones.

De nuestra habilidad para crear sentido dependerá nuestro equilibrio, nuestro bienestar y la consecución de nuestras metas. También impactará en nuestro entorno y en las personas con las que trabajamos, colaboramos o nos relacionamos. Si no nos damos permiso para dejar de intentar hacerlo todo, saberlo todo, solucionarlo todo, responsabilizarnos de todo; si no nos damos permiso para decir NO a muchas de las peticiones y demandas que recibimos, estaremos creando un gran caos en nuestra vida y a nuestro alrededor, dejando de aportar nuestras mayores contribuciones y de invertir nuestra energía en las cosas que verdaderamente importan.

En una sociedad intoxicada por el exceso de estímulos e información, atrapada en el culto a la novedad, mediatizada por la tendencia, que marca el gurú, el influencer de moda o el algoritmo más disruptivo, se está desarrollando una nueva enfermedad: «el sin sentido». Sus síntomas son la falta de criterio propio, la incapacidad de cuestionar el discurso imperante, el culto a lo superficial y efímero, la búsqueda del placer y la satisfacción inmediata, junto a otros muchos. Ante esta enfermedad el único antídoto posible es  desarrollar  la habilidad de crear sentido: elevar nuestra consciencia, reflexionar, cuestionar y cuestionarnos, poner en cuarentena las informaciones y los impulsos, buscar el sentido profundo y último de las cosas y pensar de forma crítica.

Crear sentido es tomar distancia de la realidad para contemplarla con perspectiva,  reflexionar, no dejarse llevar por el impulso, por muy motivador, innovador, disruptivo y famoso que sea.  Crear sentido es abordar los mensajes y los discursos como si fuésemos un detective, buscando lo que no se dice, lo que se trata de ocultar, otras realidades posibles, también cómo se dice y por qué se dice así. Crear sentido es salvaguardar nuestra atención y concentrarla en lo importante, en lo que es relevante para nuestras metas y propósito, evitando que quede distraída con los fuegos artificiales y los efectos especiales, que nos deslumbran y embriagan.

Frases motivadoras, con mensajes simplones, que solo muestran una parte de la realidad y ocultan otra, son ejemplos de dónde tenemos que aplicar nuestra habilidad de «crear sentido». Por ejemplo, «no hay objetivos imposibles, sólo personas que se cansan antes de lograrlos», es una de las muchas que proliferan en redes sociales y acumulan miles de likes, aplausos y comentarios. Si aplicamos la «creación de sentido», si nos preguntamos qué hay más allá de esa realidad que pretende mostrar este tipo de discursos, nos daremos cuenta que «sí hay objetivos imposibles»: porque para lograr un objetivo es necesario contar con ciertas capacidades y, nos guste o no, no todos tienen las mismas capacidades; porque hay personas que no saben fijar objetivos realistas y confunden deseos, sueños de grandeza y fantasías, con objetivos; porque los objetivos se logran en un contexto dado, que tiene sus oportunidades y recursos, pero también sus límites; porque a veces no se está en el contexto adecuado para lograr dichos objetivos y no tenemos margen de maniobra para cambiarlo o cambiar a otro; porque no todos tienen acceso a las mismas oportunidades, ni parten del mismo sitio para lograr sus objetivos.

He conocido a personas muy frustradas, decepcionadas y desmotivadas por creerse frases como esta y descubrir que la realidad también impone sus reglas, y no se pueden obviar, ni despreciar.

Crear sentido es relacionar y conectar en un instante múltiples datos, hechos, sensaciones, emociones, vivencias e informaciones, y otorgarles su lugar preciso en el camino que nos hemos propuesto recorrer para lograr nuestro propósito en la vida. Crear sentido es vincular, porque es el vínculo, cómo lo creamos, cómo lo experimentamos o cómo lo cultivamos, lo que da sentido a lo que somos, a como vivimos y a como estamos en el mundo. El vínculo es lo que nos une a los demás, lo que nos conecta con el mundo, con cada idea, con cada hecho, con cada pensamiento y con cada acción. Al vincularnos a algo (una idea, una actividad), a alguien o a un grupo nos estamos actualizando como personas. Estamos transfiriendo parte de lo que somos, de lo que queremos, de lo que buscamos, necesitamos, deseamos y valoramos a aquello a lo que nos vinculamos.

Al establecer vínculos estamos actualizando el sentido o también podemos destruirlo o dañarlo. Si establecemos un vínculo con un proyecto o con una persona que no esta conectada con nuestro sentido vital, con nuestro propósito o metas, esa conexión nos apartara del camino para lograrlas, puede comprometer, corromper o desnaturalizar la realización de nuestro propósito. Este tipo de vínculos nos hacen perder energía, significatividad y sentido. Son vínculos perjudiciales para nuestro desarrollo y nuestra realización. Vínculos vacíos de significado, que nos conducirán a una inercia descontrolada cuyo destino será una gran insatisfacción personal y vital.

Vincularse a una frase, a una idea, una profesión, una actividad o una persona por razones diferentes a la realización de nuestro propósito o contrarias a nuestros valores, porque están de moda, porque todo el mundo lo hace, porque eso me da prestigio o poder, no es crear sentido, es vivir en el sin sentido.

Me apena comprobar que vivimos tiempos en los que el sentido se abandona en manos de lo mediático, de la actividad desenfrenada, las relaciones superficiales, el discurso dominante o de moda, en definitiva en manos de lo ajeno. Muchos quieren verlo como una forma de conexión con el mundo, un vivir la vida a sorbos o una emoción constante, pero creo que nos aboca a ser seres dominados por sus impulsos, pasiones desbordadas, necesidades insatisfechas que se conforman con una gratificación estándar y fácil, influencias e imposiciones externas, sin ser conscientes además de esa dominación.

Dejamos de crear sentido porque tenemos miedo a ver la realidad tal y como es, de enfrentarnos a la verdadporque quizás no nos guste lo que nos encontremos y acabemos descubriendo la farsa que hemos creado. Y para ello nos rodeamos de palabras grandilocuentes, efectos especiales, afectos desmedidos, emociones desbordantes, relaciones insignificantes, creando un mundo de fantasía para sobrevivir.

El sentido está en la ecuanimidad, en el equilibrio, en la pasión armónica, la energía serena, la generosidad inteligente, la acción reflexiva, la emoción inteligente, la razón emocional, el optimismo realista… El sentido está en conectar cada cosa que hagamos con nuestra esencia y propósito, lo que requiere evaluar a cada momento si ese proyecto que voy a emprender, esa jornada a la que voy a asistir, esa llamada que voy a atender, esa persona con la que voy a colaborar me aleja o me acerca a mi meta/propósito. Si te alejan déjalas pasar sin volver la vista atrás, si te acercan no lo dudes, a por ella y no te distraigas.

Desarrollar la habilidad de crear sentido nos convierte en seres emancipados, que reflexionan para potenciar una transformación que es creativa porque se genera a partir de nuestro propio sentir y saber, a partir de nuestro sentido único de ser y estar en el mundo.

Me gusta acompañar  a otros en el desarrollo de su habilidad para crear sentido en su trabajo, en sus emociones, en sus pensamientos, en sus comportamientos, en sus relaciones. Lo hago desde el mentoring como herramienta que potencia el cuestionamiento, la reflexión, la consciencia, la responsabilidad. Ayudo a cuestionar las representaciones de la realidad que nos creamos, las creencias en base a las que actuamos, las relaciones de las que dependemos, los saberes y las certezas a las que nos aferramos para que puedan transformarlos de manera crítica y reflexiva y dar a luz nuevas acciones que estén vinculadas con sus verdaderos propósitos.

Acompaño en la búsqueda del significado entre los opuestos: lo consciente e inconsciente, entre el contexto interno y externo, entre el yo y el tu y el nosotros, entre lo emocional y lo racional. En en esas intersecciones donde puede surgir lo impensado, lo que nos ayuda a despertar de un letargo placentero pero insatisfactorio. Ayudo a tender puentes y transitarlos, a generar nuevos vínculos y conexiones que permitan regenerar nuestro vivir.  De esta forma la persona construye su propio conocimiento, evita dejarse llevar por lo que otros imponen desde afuera, y comienza a aprender a crear sentido a su a alrededor, practicando una mirada apreciativa que se focaliza en lo importante, lo esencial, lo significativo, lo creativo, lo positivo que nos hace crecer y evolucionar.

No es casualidad que este aprendizaje de crear sentido, que se da en el mentoring, se fundamenté en el vínculo humano que proporciona la conversación. Mentoring son conversaciones dirigidas a crear sentido, son conversaciones con propósito. Un buen mentor es un creador de sentido, un ejemplo de una vida con sentido, de un actuar con sentido, por eso puede ayudar a otros a crearlo. Nadie puede ayudar a otro a aprender a crear sentido sino es capaz el mismo de crearlo en su vida, por mucha formación, experiencia, títulos, certificaciones o fama que tenga.

Si quieres comenzar a crear sentido en tu vida te invitamos a realizar este ejercicio que utilizamos en las sesiones de mentoring. Nos encantaría conocer que te ha aportado, cómo te has sentido, qué has descubierto al realizarlo.

Autora: María Luisa de Miguel

Directora de la Escuela de Mentoring

Imdea Energía ha llevado a cabo desde el 2021 un programa anual para el impulso del talento de sus investigadores pre-doctorales que ha sido diseñado, implementado, coordinado, desarrollado y evaluado por la Escuela de Mentoring.

El programa ha concluido en Agosto de esta año su 3º edición con la entrega del informe de resultados por parte de la Escuela de Mentoring. Su periodicidad es anual, comenzando a finales de cada años y finalizando en Agosto del siguiente.

Contexto de intervención

Los Institutos IMDEA son centros de investigación de excelencia radicados en la Comunidad de Madrid. Se constituyeron entre 2006 y 2007 por iniciativa del Gobierno regional como fundaciones independientes. Se centran en siete áreas estratégicas para la sociedad desde el punto de vista empresarial, científico y tecnológico: agua, alimentación, energía, materiales, nanociencia, networks y software. La misión de los Institutos IMDEA es realizar y fomentar actividades de excelencia de I+D+i en la región de Madrid y, por extensión, en España, en estrecha colaboración con el sector productivo.

Imdea Energía, como Centro de Excelencia Maria de Maeztu, y dentro del Subprograma de Fortalecimiento Institucional del Plan Estatal de Investigación Científica Técnica y de Innovación, ha impulsado desde el 2012 un programa de mentoring para impulsar el desarrollo de carrera de sus investigadores pre-doctorales. 

El reto

Imdea Energía quería dotar a sus investigadores pre-doc de habilidades transversales, para completar sus competencias en investigación y ciencia, que son clave para acceder al mundo laboral tras finalizar su tesis doctoral, así como abrirles el campo de oportunidades de desarrollo de su carrera investigadora, conociendo distintos entornos (investigación pura, empresa e industria, universidad..). También desarrollar la visión a largo plazo de dichos investigadores, para que se plantearan objetivos más allá de la obtención del doctorado y comiencen a trabajar su plan de carrera investigadora cuando están en el 2º-3º año de la tesis doctoral.

La solución.

Imdea Energía pensó en la posibilidad de que los investigadores pre-doc contaran con un mentor/a que les guiara en el impulso de su carrera investigadora y estar lo mejor preparados para afrontarla con éxito, tras haber completado su estancia como pre-doc en el instituto. Para ello encargo a la Escuela de Mentoring el diseño de su Programa de Mentoring Científico para el Impulso del Talento Investigador, que elaboramos conjuntamente con ellos durante el 2020-2021 y pusimos en marcha a finales del 2021.

El programa se diseño con las siguientes fases y características bajo la metodología Integral Generative Mentoring, de nuestra escuela.

Fase 1.- Proceso de postulación: Tras una jornada anual de presentación del programa, que se realiza de forma presencial en la sede de Imdea Energía los meses de Noviembre-Diciembre, y en la que participan todos los investigadores pre-doctorales interesados del 2º y 3º año de tesis, se abre el plazo de inscripciones al programa para los mentees hasta primeros de Enero.

Fase 2.- Selección y matching: A lo largo del mes de Enero se revisan todas las postulaciones y se entrevista a todos los mentees para conocer su grado de compromiso con el mentoring, qué efectivamente es lo que buscan y necesitan en su desarrollo profesional, así como conocer su objetivo a trabajar de cara a asignarles el mentor/a más adecuado.

En función del número final de mentees seleccionados, su perfil, sus aspiraciones y objetivos se seleccionan los mentores/as y se realizan el matching, comunicando a cada mentor y mentee los emparejamientos.

Una de las peculiaridades de este programa es que los mentores/as son externos a Imdea Energía, con el objetivo de que puedan conocer visiones, ámbitos y enfoques distintos a los de su día a día laboral. Los mentores/as pertenecen a la Red Internacional de Mentores Acreditados de la Escuela de Mentoring y están especializados en el ámbito científico e investigador. Pertenecen a diferentes ámbitos: empresa, académico e investigador, si bien todos relacionados y con experiencia con el mundo de la investigación.

En las fichas de postulación y entrevistas a los mentees se incluyen preguntas sobre su preferencia por mentores/as de un ámbito u otro, en base a hacia a donde orientan sus intereses de desarrollo profesional y búsqueda de empleo. Esto nos sirve para asignar a cada mentee el mentor/a más adecuado para su perfil y objetivos.

Fase 3.- Formación: Antes de comenzar los procesos de mentoring los mentees reciben una formación inicial para que comprendan adecuadamente en qué consiste el mentoring, cual va a ser su rol y el del mentor, como va a ser todo el programa y ayudarles a enfocar el proceso de mentoring en un objetivo concreto.

Los mentores también reciben una formación inicial para alinearlos con todos los aspectos del programa, orientarlos con como trabajar con cada mentee, refrescar y actualizar conceptos, aportar nuevas técnicas y herramientas y aprender de experiencias pasadas.

Fase 4.-Desarrollo de los procesos individuales de mentoring: Desde Febrero hasta Julio los mentees llevan a cabo 7 sesiones de mentoring con sus mentores, de una hora de duración cada una de ellas en formato virtual, dado que los mentores residen en lugares diferentes del mundo.

En paralelo al desarrollo de las sesiones de mentoring los mentores reciben formación de refuerzo, supervisión, además de una sesión anterior al cierre de los procesos de mentoring para finalizar adecuadamente los mismos. También cuentan con el acceso al Aula Virtual de la Escuela de Mentoring donde tienen disponibles todos los materiales, contenidos y herramientas que forman parte de nuestra metodología y les ayudan a gestionar los procesos de mentoring.

Tanto mentores como mentees cuentan en todo momento con el apoyo y seguimiento de la Escuela de Mentoring para resolver cualquier incidencia o duda que se pueda presentar. A lo largo de los 6 meses que duran los procesos de mentoring se llevan a cabo por nuestra parte 3 seguimientos telefónicos breves, tanto con mentores como con mentees, para conocer el estado de las sesiones realizadas, el buen funcionamiento de la relación, el grado de avance de los procesos y gestionar posibles dificultades, todo ello dentro del respeto a la confidencialidad que existe sobre las sesiones de mentoring entre mentor y mentee.

En esta 3º edición 2023-2024 como novedad se han introducido 2 sesiones formativas grupales para los mentees sobre temas que se han identificado como más relevantes para su carrera profesional en base a los resultados de las dos ediciones anteriores.

Fase 5.- Evaluación anual del programa: durante el mes de Julio se recogen los cuestionarios de evaluación cuantitativa y cualitativa de los participantes, mentores y mentees, y en Agosto se lleva a cabo la evaluación del programa que se complementa con lo recogido en sesiones formativas, seguimientos y observaciones de la coordinación del programa y de los diferentes miembros del equipo de la Escuela de Mentoring que participan en el mismo. Todo ello se recoge en un informe de resultados que se entrega a l Dirección de Imdea Energía y se analiza en una reunión final de conclusiones en el mes de Septiembre, con la idea de incorporar los aprendizajes al diseño del programa del año siguiente.

Los resultados

Tras 3 años de programa, y en base a los informes anuales de resultados realizados, podemos concluir que el programa tiene una gran acogida tanto en mentores como en mentees. A continuación desgranamos los principales resultados.

1.-Datos de Participación

-En el total de las tres ediciones han participado 22 mentees pre-doctorales y en total se han desarrollado 22 procesos de mentoring, que son un total de 154 sesiones.

2.-Satisfacción con el programa.

-La satisfacción con el programa es muy alta entre los mentees, en las 3 ediciones, destacan que el programa de mentoring ha sido relevante para mejorar el desempeño y éxito futuro como investigadores y que es una buena inversión en términos de tiempo, recursos y resultados. Para todo ello ha sido clave, según sus palabras, la labor de los mentores, valoran que sean externos a Imdea Energía y toda su experiencia y conocimientos, además de su cercanía y empatía. También destacan el buen diseño del programa, todas las actividades que contiene, más allá del proceso de mentoring y el seguimiento y apoyo de la Escuela de Mentoring.

-El 95% de los mentees recomendaría a otros investigadores el programa, de hecho más de la mitad de los participantes de cada edición lo hacen por recomendación de los que lo hicieron en las anteriores.

-La satisfacción entre los mentores con el programa es también muy alta, de hecho más del 80% de ellos repiten en más de una edición, valorando mucho la formación y acompañamiento recibido de la Escuela de Mentoring y contar con una metodología clara y efectiva para llevar a cabo las sesiones.

3.-Impacto sobre los investigadores pre-doctorales

Tanto mentees, como mentores coinciden en señalar que los mayores beneficios que les ha aportado el mentoring son:

-Autoconocimiento, lo que les proporciona ser conscientes de sus fortalezas y ponerlas en valor, como de sus áreas de mejora, focalizando los esfuerzos de su aprendizaje y desarrollo. También saber lo que quieren y lo que no y definir una meta clara a medio y largo plazo.  Esto les proporciona mucha confianza y seguridad para enfrentar la búsqueda de trabajo

– Buenos consejos para la mejora de su CV, Carta de motivación, perfil en LinkedIn, así como una mejor preparación para afrontar las entrevistas de trabajo. También aprender a adaptar su perfil y su discurso a los diferentes puestos de trabajo y entidades empleadoras a los que postulan.

-Conocer el mercado, todas las  salidas profesionales  que hay para un investigador, ampliar horizontes en cuanto a posibilidades de desarrollar una carrera profesional como investigadores, saber dónde buscar ofertas de trabajo adecuadas a sus perfiles e intereses, así como acceder a ellas.

-Contar con la información adecuada para decidir en un futuro cuál va a ser su carrera profesional

Mejora en la gestión emocional ante  conversaciones y/o situaciones de estrés.

Desarrollar la visión a futuro, antes solo pensaban en el corto plazo, así como definir planes de desarrollo a más largo plazo, con tareas concretas y fechas. Han aprendido a planificar, priorizar y saber trabajar en el corto plazo para el largo plazo.

-Adoptar una actitud más proactiva en el desarrollo profesional, la visibilización de su talento y la búsqueda de empleo.

Los mentees también destacan que los mentores/as han sido una fuente de inspiración para ellos, conocer sus trayectorias profesionales y experiencias les ha ayudado mucho a conectar con sus verdaderas aspiraciones y ampliar las posibilidades para hacerlas realidad.

Los mentees de la 3º Edición han valorado muy positivamente los talleres formativos grupales, han aprendido mucho en ellos y consideran que los temas abordados son muy útiles para mejorar la búsqueda de trabajo.

Los mentores señalan que los mentees se conocen mejor, saben autoregularse emocionalmente mejor, están más motivados y más preparados para afrontar situaciones estresantes. Además, tienen las cosas mucho más claras y son más ambiciosos profesionalmente, a la par, que han aprendido a «aterrizar» las diferentes alternativas de trabajo que le gustaría realizar, localizando los potenciales empleadores que mas les encajan, identificando competencias que es necesario reforzar para mejorar su empleabilidad en ellas y empezando a posicionarse como referente en su sector a través de Linkedin.

4.-Impacto sobre las personas mentoras.

Como en todo programa de mentoring, los mentores también se ven beneficiados por su participación en él. Durante las 3 ediciones destacan que aprender a escuchar mejor, que aprenden mucho de otras personas más jóvenes y en diferentes roles a los suyos, que las conversaciones de mentoring también les ayudan a mejorar su autoconocimiento, además que les resulta muy gratificante poder ayudar a otros en su desarrollo.

5.-Impacto del programa para Imdea Energía y el ecosistema investigador español

Tanto mentores, como mentees, consideran que el programa contribuye a favorecer la imagen de Imdea Energía como centro investigador, y como cantera de investigadores de calidad, pues contar con Investigadores Pre-Doc con ideas claras y más preparados para su futuro profesional tras la tesis realizada, muestra una clara diferenciación con otros institutos investigadores. Consideran que el mentoring aporta una imagen diferencial e innovadora.

Además, también mejora la motivación y el ambiente dentro del centro. Todo lo anterior suponen un elemento muy atractor para otros investigadores, pues Imdea Energía les puede resultar mucho más atractivo para desarrollar en él su tesis doctoral, ya que ofrece posibilidades de desarrollo más allá de las habituales. 

Todos estos resultados avalan la implementación del mentoring en el ámbito de la ciencia e investigación, como apoyo a los jóvenes investigadores que están desarrollando su tesis doctoral, para mejorar su empleabilidad futura y su desarrollo profesional.

 

Autora: Maria Luisa de Miguel

Directora Ejecutiva Escuela de Mentoring

Todos tenemos sueños. Pero para hacer los sueños realidad, se necesita una gran cantidad de determinación, dedicación, autodisciplina y esfuerzo. Jesse Owens.

¿Por qué nos gusta tanto, y nos resulta tan fácil, soñar?  ¿Por qué nos cuesta tanto fijar objetivos, y nos gusta tampoco hablar de ellos?. Puedes hacer la prueba con cualquier persona de tu entorno: pregúntale por sus sueños y a continuación pregúntale por sus objetivos. Luego compara la diferencia en sus respuestas, su lenguaje verbal y su comunicación no verbal.

Gran parte de mi trabajo como mentora se dedica a ayudar a que las personas puedan transformar sus sueños, aspiraciones y anhelos en objetivos y resultados. De ello hablo, también, en mis libros: «Vine a ser Feliz, no me distraigas» o «La Alquimia de la Motivación, como motivar la voluntad para vivir conectado a tu propósito».  En nuestra metodología «Integral Generative Mentoring» disponemos de una herramienta, para trabajar en la sesiones de mentoring, que se focaliza en formular metas auto-concordantes, que son aquellas que conectan con nuestros sueños, con nuestro propósito y son viables de alcanzar, tanto desde el punto de vista personal como contextual.

Un objetivo no es un sueño. Los sueños viven en nuestra imaginación y en nuestra mente, los objetivos luchan por hacerse paso en nuestra realidad. Quizás por eso nos resulta más fácil y placentero soñar que marcarnos objetivos.

Sin embargo, es posible que sueños y objetivos convivan armónicamente. Además, creo que sólo se puede ser feliz si se les da a cada uno el espacio y la atención que les corresponden. Ser feliz es una cuestión de decisiones sabias, éstas sólo son posibles si se traducen en acciones diarias que nos acercan a nuestros objetivos. Unos objetivos que encajan con nuestra vida y tienen sentido en ella, porque están alineados con nuestros sueños y propósitos. Esta es la única forma en la que podremos disfrutar del camino que tendremos que transitar para lograr nuestras metas.

Hoy me gustaría recorrer contigo un camino de 7 pasos que te puede ayudar a transformar sueños en objetivos y que puedas materializarlos para hacer realidad tus aspiraciones:

1.- Sueña a lo grande, saborea el sueño y disfrútalo. Recréate en él, visualízalo, siéntelo, escúchalo. Soñar es gratis, no cuesta, no tiene riesgos, aprovéchate.

Genera la visión de tu sueño y plásmala. Puedes utilizar mapas mentales o collages de imágenes. También puedes construir una figura que lo represente, con plastilina o piezas de lego, o realizar un dibujo que recree el sueño.  Lo importante es generar la visión,  sacarla de la mente para darle más poder de atracción.

La visión y los sueños conectan con nuestros más profundos anhelos, pasiones, deseos, motivaciones, con aquello que queremos crear y dejar en el mundo. Tiene que ser algo que de verdad te atraiga, te enganche, que te impulse a moverte hacia ello. Nuestra visión es lo que queremos alcanzar.

2.- Pregúntate como encaja tu sueño con tu propósito en la vida. ¿Qué sentido y significado tiene ese sueño en tu vida? ¿Para qué quieres alcanzarlo? ¿Qué va a aportar a tu vida cuando lo logres? ¿Cómo va a afectar a tu entorno?

¿Tu sueño es congruente con tus valores? ¿Cómo encajan tus creencias con tu sueño? ¿Transgrede algún de tus principios vitales?

Si existen roces, discrepancias o incongruencias entre tu sueño y tu propósito, tu camino va a estar lleno de resistencias y conflictos, que te impedirán avanzar, porque te encontrarás caminando hacia el Sur, cuando te das cuenta que en realidad querías ir al Norte.

El propósito es el hilo argumental de nuestra vida, nos marca la dirección que queremos imprimirle a nuestra existencia porque nos convierte en lo que realmente queremos ser.

3.– Define el objetivo en el corto plazo, cuyo logro te va a permitir avanzar hacia tu sueño.

Sé concreto, ya no se trata de soñar, ahora es el momento de apuntalar bien el sueño. ¿En que medida ese objetivo contribuye a lograr tu sueño? ¿Está en la dirección de tu propósito?

Fíjalo por escrito y, si es posible, tenlo a la vista en un lugar visible, aumentara tu compromiso con él.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

4.- Confronta el objetivo con la realidad: recursos, limitaciones, obstáculos, motivación, tiempo.

Esta es una de las fases duras, esa en la que los sueños dejan de ser sueños para convertirse en objetivos. Esa fase en la que tenemos que enfrentarnos a la realidad para comprobar si nuestro sueño es posible, tal y como lo soñamos, o tenemos que realizar ajustas, rebajar expectativas, incrementar el esfuerzo necesario para lograrlo. Muchas veces huimos de ella para evitar la desilusión de no lograr el sueño o la vergüenza de no estar dispuestos a invertir el esfuerzo que es necesario para lograrlo o renunciar a la comodidad que tenemos. El problema es que evitarlo no hace desaparecer el malestar porque el sueño sigue dentro de nosotros y empuja para salir, nos pide explicaciones.

Los objetivos deben ser realistas. Si los recursos de los que disponemos no son suficientes para lograr nuestro objetivo, y no tenemos las posibilidades de conseguir los necesarios, es mejor adecuar nuestro objetivo a nuestros recursos, opciones y oportunidades. Sí nuestros objetivos están por encima de nuestras capacidades y recursos no serán viables, y todo nuestro esfuerzo por alcanzarlos se tornará en frustración.

Sé consciente de los obstáculos que pueden impedir, limitar o interferir en el logro de tus objetivos. No mirar para ellos, no los va a hacer desaparecer. Pregúntate ¿cómo vas a superarlos? ¿Cuánto esfuerzo te va a implicar? ¿estoy dispuesto a emplear esa cantidad de esfuerzo? ¿Me va a compensar el resultado para el esfuerzo a emplear?

¿El tiempo que me he marcado para lograr mi objetivo es suficiente? ¿Es acorde con mi ritmo de trabajo y de vida? ¿Me permite realizar otras actividades importantes para mi? ¿A que tengo que quitarle tiempo para dedicárselo a mi objetivo? ¿Estoy dispuesto a renunciar a ello? ¿Me compensa?

5.- Asegúrate de tener buenos indicadores que te guíen

Esta es otra de la etapas duras, en la que de nuevo el sueño deja de ser sueño, idea, fantasía y tiene que medirse con los hechos, los datos y los resultados.

¿Cómo vas a saber que estas logrando tu objetivo y acercándote a tu sueño? ¿Qué te lo va a indicar? ¿Cómo lo vas a comprobar?

Si mi objetivo es tener un blog de referencia para emprendedores, los indicadores pueden ser el número de vivitas diarias, el número de suscriptores a alcanzar en el año, el número de referencias a mi blog que hacen otros en redes sociales, otros blogs, etc. Y hay que medir y comprobar cada poco tiempo, para saber si voy bien y me acerco al objetivo. Si los indicadores te dicen que no, escúchalos, y replanteate tu estrategia.

6.- Diseña una buena estrategia

Los sueños requieren de imaginación e inspiración, los objetivos de estrategia. La estrategia es el mapa que organiza y dirige nuestras acciones para lograr el objetivo.

La estrategia implica diseñar lo que voy a hacer para lograr mi objetivo (acciones), cómo lo voy a hacer, qué recursos necesito, en qué entorno me muevo y cómo va a encajar en él mi estrategia, si es la adecuada o no. La estrategia debe ser coherente con el propósito porque sino el camino para hacer realidad el sueño puede generar tanto insatisfacción que lograrlo ya no compense. ¿En que clase de persona o profesional me voy a convertir llevando a cabo esta estrategia? ¿Es congruente con mis valores?

En cada momento debo estar consciente y evaluar si mi estrategia esta funcionando o no. Para ello, tienes que medir si estas cumpliendo o no los indicadores que te has marcado como guías de tu objetivo.

La estrategia si está bien diseñada te permitirá saber en todo momento que acciones te acercan o te alejan a tu objetivo, y qué oportunidades están o no en la dirección del mismo. De esta forma las decisiones y las elecciones serán más sabias, rápidas y efectivas.

7.- Persevera, persevera y persevera, pero nunca persistas.

Perseverar es una virtud y fortaleza, persistir es una trampa mental que te alejara de tus verdaderas metas y de tu propósito.

Si en el camino hacia la consecución de tu objetivo te das cuenta de que ha dejado de tener sentido o valor para ti, para y reflexiona. Vuelve a conectar con tu propósito vital. No continúes trabajando en algo que te aleja de él.

A veces los retos, las ilusiones, lo nuevo y el hacer nos impiden ver y asumir que realmente nuestro objetivo no nos llena y, por no desilusionarnos, no fallar o no admitir la equivocación, seguimos insistiendo en un camino que conduce a la deriva. Persistir es una trampa mental porque nos hace seguir invirtiendo nuestro tiempo y esfuerzo en algo que ha dejado de tener sentido o de contribuir al logro de nuestros intereses y objetivos.

Persistir es muy distinto de perseverar, la perseverancia implica firmeza en la consecución de los objetivos a pesar de las dificultades y los obstáculos porque siguen estando conectados a nuestro propósito, manteniendo su importancia y significatividad.

Lo que te desconecte, te aleje o te desvié de tu meta y tu propósito ha perdido su valor, abandónalo y no dejes que te atrape. Por encima de los objetivos y los sueños está vivir una vida con sentido, es aquí dónde reside la fuente de la verdadera felicidad.

Estos 7 pasos te ayudarán a convertir tus sueños en realidad, sin ellos es probable que sigas soñando, pero  un día te despertarás y te darás cuenta que la felicidad se te han escapado entre los sueños.

 

Autora: María Luisa de Miguel

Directora de la Escuela de Mentoring

Muchas personas que se interesan por el mentoring, que quieren ser mentores o mentoras e, incluso, ya han tenido sus primeras experiencias como tales o, como dicen algunos «yo llevo muchos años siendo mentor sin saberlo», cuando inician su certificación como mentores profesionales con la Escuela de Mentoring esperan aprender muchas técnicas, herramientas para ser mejores.

En las primeras sesiones de la certificación, que tengo el honor de facilitar, les proyecto uno de nuestros mantras y les invito a reflexionar sobre el mismo.

Cuando entiendes que el mundo es tu espejo, dejas de mirar fuera para enfocarte dentro. Lo que quieres cambiar fuera primero debes cambiarlo dentro.

Después de cierta incredulidad, incomodidad, cuestionamiento y mucho debate y reflexión se hacen conscientes que para ser un buen mentor hay que trabajar mucho sobre uno mismo. La Certificación en Mentoring más que un master de conocimiento sobre el mentoring es un master en autoconocimiento y mejoramiento humano.  Uno de los que te hace mirar hacia adentro y encontrar aspectos desconocidos sobre ti mismo, que te ponen frente al espejo de la realidad de cómo gestionas tus relaciones, cómo lideras, cómo guías y desarrollas a otros, y como te relacionas contigo mismo, especialmente, cuando comienzan las prácticas de mentoring supervisadas con sus mentees.

Como he repetido muchas veces, el mentoring es mucho más que transmitir experiencias y consejos, esa es una visión muy limitada de lo que esta práctica ha aportado a lo largo de toda la historia. Una visión muy mecanicista y económica, poco orgánica y humanista.

Mentoring es invertir en el mejoramiento humano, es ayudar a otros a que se desarrollen para ser ese ideal de persona que quieren ser, para ello es imprescindible mejorar la relación con uno mismo y con los demás, lo cual pasa por ser mejor personal, por adoptar una actitud de «perfectibilidad» como diría Hume. El mejoramiento humano ha sido una aspiración existencial desde antiguo, los filósofos griegos fueron los adalides de este movimiento a través del cultivo de las denominas «artes existenciales», vinculadas al autoconocimiento, la autoconciencia, la autorregulación y otras de las muchas habilidades que trabajamos en la formación de los mentores, para que luego ellos las trabajen con sus mentees en las sesiones. Todas ellas conforman lo que más tarde Foucault denominaría «Tecnologías del Yo» y que son claves para que nuestra verdadera esencia no quede ahogada en el mar de presiones y manipulaciones externas al que nos vemos sometidos.

Con la metodología Integral Generative Mentoring, que desarrollamos y enseñamos en nuestra Certificación Internacional en Mentoring, buscamos el funcionamiento óptimo del ser humano. Para procurarlo formamos a nuestros mentores para que experimenten mayores niveles de insight, realismo, congruencia, creatividad, positividad, bienestar y responsabilidad.

-INSIGHT: Comprensión de aspectos de uno mismo antes reprimidos

-REALISMO: Mayor integración personal y funcionamiento más eficaz

-CONGRUENCIA: Mayor sensación de ser la persona que quieren ser

-CREATIVIDAD: Más originalidad, autenticidad y expresividad

-POSITIVIDAD: Más iniciativa y confianza

-BIENESTAR: Más comprensión y aceptación de uno mismo y los demás.

-RESPONSABILIDAD: Enfrentar los problemas de la vida desde el «yo» y no desde el «tu», de una forma más responsable, eficaz y adecuada.

Estos son los aspectos que luego trabajaran en sus mentees, por eso deben comenzar por desarrollarlos en ellos mismos a un alto nivel, pues nadie puede dar lo que no tiene y no debemos olvidar que la calidad de cualquier proceso de desarrollo depende de la calidad y el nivel de desarrollo de quien lo guía.

La capacidad de crear relaciones que faciliten el desarrollo de otros, depende del nivel de desarrollo logrado por uno mismo. Carl Rogers

En la Escuela de Mentoring queremos contribuir al mejoramiento humano para contar con personas  conscientes de su poder personal y su potencial (EMPODERAMIENTO), de su sabiduría interior, en la que confía para actuar con autonomía, criterio propio e independencia (EMANCIPACIÓN) y que tienden de manera permanente a su desarrollo enfocado al logro de su propósito (REALIZACIÓN).

Mejores personas, hacen mejores sociedades. Si quieres formar parte de nuestro propósito en Marzo 2025 iniciamos una nueva Certificación Internacional en Mentoring.

Autora: María Luisa de Miguel

Directora Escuela de Mentoring.

Hay una frase que siempre me ha generado bastante rechazo: «déjate llevar». Cada vez que la escucho se me disparan todas las alertas, pongo mi mente en modo cuestionamiento, se activa el pensamiento crítico y comienzan a surgir preguntas: ¿Déjate llevar? ¿Por qué? ¿Por quién? ¿A donde? NOoooooo!!!!! No te dejes llevar, dirige tu vida,  pilota tu vida, no dejes los mandos de tu vida en manos de nadie, ni de nada.

Déjate llevar por la emoción, por la pasión, por la intuición, por el instinto, por los deseos, por el placer. NOoooo !!!! Llévalos tu a ellos, intégralos en tu vida, disfrútalos, dales el espacio que se merecen, que formen parte de tu vida, pero que no la dirijan.

Hay un proverbio que dice «Ten cuidado con dejarte llevar por los impulsos. Porque si te dejas llevar por ellos ¿quién decide a dónde vas?»

Cuando nos dejamos llevar no gestionamos nuestra vida, lo cual tiene consecuencias importantes. Según Mihály Csikszentmihalyi, las personas que saben controlar sus experiencias internas son capaces de determinar la calidad de sus vidas, y eso es lo más cerca que podemos estar de la felicidad.

Controlar las experiencias internas tiene mucho que ver con saber gestionar las emociones, las necesidades, los deseos, los impulsos y otros muchos factores que nos llevan a tomar decisiones, a actuar o, más bien, reaccionar de forma inconsciente. La clave para controlar nuestras experiencias internas y, por tanto, ser felices, está, como apunta. el mismo Mihály Csikszentmihalyi, en poner orden en nuestra conciencia, en hacernos conscientes de y actuar desde ahí, y no llevados por las mareas del inconsciente. Como dijo John Whitmore, «solo soy capaz de controlar aquello de lo que soy consciente. Pero aquello de lo que no soy consciente me controla a mi»

Ser mentora me permite ayudar a muchas personas a tomar conciencia de todas esas fuerzas internas inconscientes que están gobernando su vida, que les arrastran a una deriva, impidiéndoles lograr sus metas y disfrutar de experiencias óptimas. Acompañar a través del mentoring me brinda la oportunidad de ayudar a otros a recuperar los mandos de su vida y empezar a liderarla.

Una de las mayores aportaciones que los clientes reciben en un proceso de mentoring es aprender a distinguir entre impulsos y actos de voluntad. Los primeros son actos inconscientes de satisfacción de necesidades, a menudo también inconscientes: la persona siente una carencia, «una falta de», se genera una tensión, un desequilibrio e inquietud que impulsa de una manera inconsciente a satisfacer dicha carencia o sensación de necesidad. En los impulsos no hay autorregulación, no hay acto consciente, no hay control ni gestión. Por ejemplo, la falta de autoestima (carencia) lleva a las compras compulsivas, la publicación frenética en redes sociales para obtener «likes», comentarios, atención, etc.

Un acto de voluntad, por el contrario, es un proceso elaborado y consciente de reflexión, decisión, acción y reflexión posterior para mantener o dejar la acción emprendida. Son los actos de voluntad los que nos ayudan a lograr nuestras metas, los impulsos los que, en la mayor parte de las ocasiones, nos distraen del camino para lograrlas. Esos impulsos pueden ser creencias limitantes, necesidades emocionales insatisfechas, impulsores de la personalidad, desatención del propósito vital, por citar algunos de los que más  suelo encontrar en procesos de mentoring.

Con los impulsos, la energía que se genera para satisfacer la necesidad se pierde en el mismo momento de satisfacerla. Sin embargo, en los actos de voluntad la energía crece, fluye, porque un acto de voluntad es algo que nosotros hacemos que suceda de forma deliberada, es creado por nosotros, es nuestro, es propio, y eso produce sensaciones de vitalidad y de entusiasmo que activan la energía necesaria, no solo para iniciar la acción, sino también para mantenerla a pesar de las dificultades, obstáculos, distractores e impulsos.

Con el mentoring las personas comienzan a apropiarse de sus actos y, por tanto, de su vida, a ser creadores de su realidad, propietarios conscientes y responsables de sus acciones y de sus resultados. Y todo ello, se logra a través de la recuperación de la voluntad perdida, como diría José Antonio Marina.

En el mentoring no motivamos, porque nadie puede motivar a otros. Como mentora soy un despertador de la consciencia, de la motivación y de la voluntad. Este despertar produce una liberación muy grande en las personas, se quitan de las espaldas sus pesadas mochilas y empienzan a caminar de forma ágil en la consecución de lo que verdaderamente quieren, de lo que es importante y significativo para ellos. Aquí comienza el camino de la felicidad.

 

A través del mentoring se favorece la creación de experiencias motivacionales óptimas: experiencias en las que se produce una energía positiva, vitalidad, sensación de bienestar, creatividad y estado de flujo. ¿Cómo?  La respuesta está en el tipo de conversaciones que mantenemos en el mentoring y en los efectos que producen a nivel de tres necesidades psicológicas, que compartimos todos los seres humanos: autonomía, competencia y relaciones significativas.

1.- Autonomía: sensación de que tenemos opciones para dirigir nuestra vida.

Un mentor a través de la escucha y las preguntas ayuda a su cliente a ampliar su mapa del mundo y descubrir más alternativas de acción¿Y si pudieramos aprender a ampliar nuestras opciones?, a crear nuevas posibilidades de intervenir en la realidad. La presión del tiempo, los procedimientos, las normas y las imposiciones sociales nos van despojando poco a poco de la capacidad de ver opciones y, con ello, de sentir que lo que hacemos depende de nosotros, de que lo hemos decidido conscientemente nosotros. Cuando sentimos que no tenemos elección, estamos mermando nuestra autonomía y nuestro poder, cediendo al «tengo que» basado en normas externas, frente al quiero o el tengo que basado en normas internas. No hacemos las cosas verdaderamente comprometidos y convencidos, sino motivados extrínsecamente. En estas condiciones la motivación no es optima es impuesta desde afuera, aunque seamos nosotros mismos los que nos aplicamos la norma, esta no procede de nuestra voluntad, sino de la influencia externa.

Sin alternativas no hay elección, y sin elección no hay autonomía.

2.- Competencia: sentir que somos efectivos, que superamos los retos que afrontamos y con ello avanzamos y crecemos en la vida.

Un mentor, a través de la consideración empática, crea una sensación de seguridad y confianza en su cliente, un estado de seguridad psicológica, lo que es una condición necesaria para afrontar cambios y retos. Utilizando la indagación apreciativa eleva el nivel de autoeficacia del cliente (creer que se puede), uno de los factores esenciales para iniciar cualquier acción encaminada al logro de un objetivo. Una vez que el cliente se hace consciente de su nivel de competencia pasado, se abre a la posibilidad de ser competente en el presente y en el futuro. El cliente comienza a atreverse a emprender retos, cambios y acciones, que antes no había ni siquiera contemplado.

Además, cuenta con la red de seguridad que proporcionan las sesiones de mentoring, en las que se reflexionan sobre acciones emprendidas y los resultados obtenidos, obteniendo un feedback de la experiencia que es clave para mejorar nuestro bienestar día a día. El cliente siente que crece, cada vez asume más retos y se eleva su sensación de competencia.

3.-Relaciones Significativas: relaciones en las que sentimos que le importamos al otro, en las que podemos expresarnos con apertura y confianza, mostrando nuestras vulnerabilidades sin miedos ni recelos.

La relación entre cliente y mentor es un ejemplo real en acción de lo que es una relación significativa, una relación cuyo único propósito es ayudar a otro desde lo que verdaderamente es y quiere, sin imposiciones, sin prejuicios, sin intereses ocultos. El mensaje que un mentor envía a lo largo de todo el proceso a su cliente es «Estoy aquí para ti». Mi experiencia como mentora me ha llevado a creer ciegamente en el poder transformador de este tipo de relaciones. Con mi actitud como mentora siento que ayudo a las personas a creer en ellas mismas y en los otros, a creer que merece la pena dar una nueva oportunidad a una relación, a una persona, entablando con ella conversaciones como las que tenemos en las sesiones de mentoring. Cuando un cliente se siente ayudado en esta forma, nace en él el deseo de crear relaciones significativas para ayudar a otros.

Sin tener satisfechas, de forma equilibrada, estas tres necesidades no generamos la energía necesaria para emprender cambios en nuestra vida, para invertir el esfuerzo necesario en el logro de nuestras metas, para resistir el campo de fuerzas distractoras a las que estamos sometidos día a día y que comprometen el logro de nuestros objetivos, para poner en orden nuestra conciencia y controlar nuestras experiencias internas. El mentoring son conversaciones que producen resultados porque  ayudan a crear y gestionar la energía necesaria para lograrlos. Cada sesión de mentoring es una experiencia motivacional óptima.

La grandeza del mentoring no reside solo en la capacidad de crear este tipo de experiencias motivacionales por parte del mentor, sino en que le sirven al cliente como ejemplo y experiencia real para crearlas el mismo. La motivación es una habilidad que se aprende a desarrollar, el mentoring contribuye a ello.

 

 

Si quieres aprender a ser un Alquimista Motivacional te invito a leer «La Alquimia de la Motivación: cómo motivar la voluntad para vivir conectado a tu propósito». En el recojo años de investigación y experiencia en la creación de experiencias motivacionales óptimas.

Dentro de la sección que la Escuela de Mentoring tiene en la Revista ORH, en la edición de Mayo-Junio 2024, nuestra Directora Ejecutiva, Mª Luisa de Miguel publica un artículo  bajo el título «Artes Existenciales para potenciar la tecnología del yo.»

Las “tecnologías del yo”, término acuñado por Foucault se refieren al autoconocimiento, el autocuidado, la automonitorización, el autofeedback, la autocrítica, la autorregulación y la autodirección. Se trata de tecnologías que aportan una autonomía funcional al ser humano.  Realmente, Foucault, al hablar ellas, recupera una tradición filosófica muy antigua: cultivar el hábito de preguntarnos y reflexionar sobre nuestro estar en el mundo, a partir de lo que hacemos y experimentamos, lo que se conoce como “las artes de la existencia” cuyo fin es crear un modo de vivir propio y no dirigido o manipulado desde afuera. 

La tecnología está moldeando nuestra vida centímetro a centímetro porque estamos cediéndole el poder de dirigirla. Según Nicholas Carr, está alterando nuestros procesos neuronales y afectando a nuestra mente: pérdida de concentración, de pensamiento profundo y de reflexión.

Mientras “la tecnología progresa, el pensamiento retrocede”, como decía hace pocas semanas Edgar Morin, por lo que, frente al poder de la tecnología para dirigir nuestra vida, definir nuestra identidad e imponernos hábitos y costumbres, creo necesario reivindicar las “tecnologías del yo”.

En este artículo, se aborda como la era digital está erosionando nuestras mejores capacidades y cómo podemos hacerle frente a ello utilizando las «tecnologías del yo», que son liberadoras, empoderantes y terapéuticas, además de la clave para no quedar hipnotizados por la tecnología. Para ello se incluyen 10 medidas que las empresas pueden aplicar para potenciar esas «tecnologías del yo» en sus empleados.

Si quieres leer el artículo completo puedes hacerlo en este enlace.  Te invitamos a suscribirte a la misma a través de este enlace y disfrutar de una amplia gama de contenido experto para la gestión del talento.

Desde hace algunos años experimento una sensación que por momentos me inquieta, otros me dibuja una sonrisa, otros me sorprende y otras me llena de plenitud. Le podría poner muchos nombres y adjetivos a esa sensación, al final se concreta en un sentimiento, una emoción de ser parte de algo más grande que tu,  de participar en la creación de algo que transciende más allá de ti y del momento que compartes con las personas.

Sólo se me ocurre expresarlo como «sentir que soy parte del cambio», que con mi trabajo estoy formando parte del cambio que inician y logran otras personas y otras organizaciones. A veces me pregunto ¿qué hago? o ¿cómo lo hago?, porque no tengo la intención de provocar nada en concreto, no persigo un resultado, solo tengo la intención de escuchar y observar a quien o quienes tengo delante, conocer cómo son, saber qué necesitan y ver cómo puedo ayudarlos a través de las palabras, de las conversaciones, de la capacidad de crear interacciones, conexiones, oportunidades y posibilidades. No busco el cambio, decido entrar a formar parte de él cuando lo veo surgir y va en la dirección de lo que he decidido ser y hacer.

La esperanza no es la convicción de que las cosas saldrán bien, sino la certidumbre de que algo tiene sentido sin importar el resultado final. Václav Havel

Si tuviera que explicar lo que hago, lo resumiría en despertar, despertar la posibilidad de ser y de poder crear y cambiar algo con lo que se es. Desde el momento en que una persona se da cuenta que tiene, al menos, una mínima posibilidad de hacer algo sobre lo que pasa a su alrededor, de intervenir para cambiar algo en su entorno o en ellos mismos, ya no hay marcha atrás: se ha abierto la puerta del cambio, ya no es posible mirar para otro lado, buscar culpables de la situación, no asumir la responsabilidad. La única opción es iniciar el camino del cambio. Un camino que se abre a través de 4 preguntas:

-¿Quién sientes que eres?

-¿Que puede dar esa persona que sientes que eres?

-¿Cómo puede cambiar las cosas lo que tu puedes dar?

-¿A qué estas esperando para hacerlo?

 

Estas preguntas me surgen tras una frase que compartió conmigo una de las personas que he acompañado  en un proceso de mentoring, tras finalizar el mismo: «Tantos años dandole vueltas a mostrar lo que pensaba y lo que quería, a expresar lo que creía que debía ser mi profesión, a mostrar una manera diferente de llevarla a cabo, y el día que me lanzo todo empieza a cambiar a mi alrededor, la gente me para por la calle para felicitarme por lo que escribo, me escriben en redes, por mail, y no me paran de llover clientes porque les gusta mi enfoque, mi manera de hacer las cosas, lo que muestro en mis palabras»

No puedo dejar de reconocerme en estas palabras, yo misma tuve en el cajón durante un año mi primer libro. El día que lo publique todo comenzó a cambiar a mi alrededor. Si ahora estoy escribiendo este post, es por ese primer paso de mostrar lo que soy y lo que quiero dar al mundo: palabras que transforman.

Cuando la meta es cambiar el mundo, el primer paso se hace difícil y la meta se ve muy lejos. Cuando la meta es cambiar el mundo a tu alrededor, ya no hay excusa porque todos somos agentes de cambio y todos podemos cambiar algo en nuestro entorno más inmediato. Cuando lo hacemos empezamos realmente a sentir que estamos vivos, que vivimos, porque al intervenir en nuestro entorno estamos creando, estamos dando a luz, estamos siendo parte del cambio.

Yo siento que cambio el mundo cuando con una pregunta, en una sesión de mentoring, veo despertar a una persona, veo que toma conciencia de quien es, que atisba posibilidades para ser quien es, lo intenta y empiezan a moverse cosas a su alrededor. Yo siento que cambio el mundo cuando alguien a través de la conversación que mantenemos se perdona, se acepta, se comprende, se reconoce, se entusiasma, porque desde ese instante empieza a comprender a los demás de otra forma, empieza a perdonar y contagia su entusiasmo. Y este cambio suyo desencadena cambios en otros, y el cambio va creciendo, y sin darnos cuenta estamos cambiando más cosas: nuestras relaciones, nuestra familia, nuestra empresa, nuestra ciudad.

Yo siento que soy parte del cambio cuando un equipo, tras varias sesiones formativas expresa: has logrado  que nos sentemos todas juntas a conversar, a escucharnos, a conocernos, a comprendernos y a comunicarnos y convivir. Hasta ahora trabajábamos juntas pero no conversábamos ni nos comunicábamos. Yo siento que soy parte del cambio cuando a partir de esta reflexión estas personas comienzan a implantar en su empresa herramientas, prácticas y hábitos para propiciar encuentros en los que crear en común.

Yo siento que soy parte del cambio cuando las personas que leen mis publicaciones me escriben, desde muy diferentes lugares, para decirme que he conectado con ellas, que llevan mucho tiempo sintiendo que necesitan dar un paso en su vida, cambiar la dirección y que, al leer alguno de mis post, lo han visto claro y quieren que les acompañe en este camino. Confieso que a veces me siento abrumada, por el poder transformador que pueden tener las palabras que deslizo desde las ventanas de mis publicaciones, esa es la parte que a veces inquieta. La inquietud se disipa con la aceptación, y se convierte en plenitud. He decidido no resistirme al cambio que provoco al mi alrededor y fluir con él, cuando él también fluye conmigo.

Yo siento que cambio el mundo cuando cada participante de la Certificación Internacional en Mentoring comparte que le ha transformado, que ya no es la misma persona, ni el mismo profesional, que ha cambiado su manera de ver las relaciones, de conversar, de trabajar con las personas.  Que conocer nuestra manera de hacer mentoring les ha conectado con su propósito.

 

 

María Montessori decía que «Educar es agitar la vida»,  siento que siendo parte del cambio estoy agitando la vida, estoy contribuyendo a agitar las ganas de ser parte del cambio de otros, de vivir conectados a la vida. Tú también puedes ser parte del cambio y contribuir a agitar la vida de otros, solo necesitas:

-Preguntarte acerca de quien sientes que eres.

-Decidir elegir vivir desde quien eres verdaderamente.

-Demostrar quién eres en cada una de tus decisiones, elecciones y actos.

-Encontrar tu tribu y unirte a ella para hacer más grande ese cambio, o crearla y buscar quien se una a ella.

Cuando verdaderamente sientas quien eres, ten el coraje de ser imperfecto, se amable contigo mismo, no gastes tus esfuerzos en cambiar lo que no eres, lo que no haces bien, o no tienes, y céntrate en potenciar aquello en lo que aportas.

 

Olvídate de ser todo, de hacerlo todo, olvídate de ser perfecto, de esconder lo que no sabes, lo que no quieres ser. La vergüenza de mostrar nuestras debilidades, nuestras imperfecciones nos aleja de los demás, y nos hace más débiles. Necesitamos toda nuestra fuerza para ser parte del cambio, no la malgastes en resistirte a lo que no eres, acepta lo que eres y ofréceselo al mundo. Vivir continuamente queriendo hacerlo todo bien, es vivir sintiendo que nunca eres suficiente, y eso no es vivir.

Decide dejar de pensar en lo que deberías ser y, simplemente, se quien eres, el mundo te lo agradecerá.

Déjate abrazar por el cambio, por todo lo que mueve y genera a su alrededor. «Cuando tú te mueves el mundo se mueve contigo»

Está de moda ser creativo, pero ¿cómo conseguirlo? ¿Se nace creativo o la creatividad se desarrolla? ¿Qué nos impide ser creativos? ¿Qué favorece la creatividad?

Estas preguntas han dirigido mis pasos al libro de Manuela Romo “Psicología de la Creatividad”, en el que se incluyen las tesis sobre la creatividad de Maslow, Carl Rogers y otros psicólogos humanistas. Todos ellos defienden que “ser creativo es una forma especial de estar en el mundo” que se da en las personas autorrealizadas.

Me entra el primer escalofrío, si la creatividad depende de que haya personas autorrealizadas, miro a mí alrededor y no veo a muchas. Hay ciertos atisbos de esperanza, pues últimamente aparecen por aquí y por allá alguna que otra persona que se está atreviendo a ser ella misma y desafiar los marcos formales e institucionales de pensamiento y comportamiento.

En defensa del ser humano hay que decir que no nos educan para realizar nuestras aspiraciones, ideales y propósitos en la vida, ni siquiera nos permiten contemplar que esto es una posibilidad. Nos educan para cumplir una función productiva en el mercado. Si las empresas necesitan perfiles tecnológicos nos incentiva a estudiar estas materias. Lo llaman promover vocaciones, yo más bien lo veo «dirigir destinos».

El segundo escalofrío surge cuando profundizo en lo que es una persona autorrealizada. Se trata de “una forma especial de carácter” donde se da ese difícil equilibrio entre “autoafirmación y altruismo”, “instinto y razón”, “placer y deber”. Estas características conforman una PERSONALIDAD LIBERADA, abierta a la experiencia, segura de sí misma y feliz. Supongo que personas de este tipo deben levantar ampollas y producir sudores a quienes se empeñan en homogeneizar al ser humano, en generar dependencias de todo tipo para mantenerlo controlado (marcas, moda, juego, amor, sexo, etc.) y dirigirnos al logro de eso que llaman interés general y bien común, que en muchas ocasiones menos común es cualquier otra cosa.

Sólo pensar que el mundo esté mayoritariamente conformado por personas liberadas, seguras de sí mismas y felices debe plantear serios problemas para quienes detentan el poder a través del control del miedo y las debilidades humanas. Dejarían de funcionar los discursos vacíos de contenido, los lenguajes codificados y excluyentes, la información sesgada, las teorías universales, el culto al dinero y al status y el poder, tal y como lo conocemos. El miedo es uno de los mayores enemigos de la creatividad como relata la escritora Elisabeth Gilbert en este video sobre el genio de la creatividad.

Sin todas estas ataduras las personas cuestionarían más, existiría más diversidad en todos los ámbitos (política, empresa, educación, ciencia) y sería visible, habría más conexiones entre personas totalmente diferentes y desaparecerían las clasificaciones y categorizaciones. Con personas liberadas la opinión pública sería eso, pública, de las personas y no mediática.

La creatividad sólo puede nacer de la libertad y la conexión entre ideas, saberes y experiencias diferentes. Todas ellas surgen de las personas. Si queremos cambiar el modelo productivo y económico y, basarlo en la creatividad vamos a tener que cambiar primero el modelo educativo y social. Ken Robinson nos alerta, en sus charlas TED y sus libros, del peligro de una educación que mata la creatividad.

Debemos empezar a cuestionar, “la pregunta es la más creativa de todas las conductas” (A.F. Osborn). Comenzar por preguntarnos a nosotros mismos ¿qué estamos haciendo? ¿Estamos desarrollando toda nuestra creatividad? Fomentar la curiosidad y empezar también por curiosear dentro de nosotros mismos, en un ejercicio de autodescubrimiento personal y transformación para lograr ser más creativos.
Esto requiere más reflexión y menos información, requiere espacio y tiempo para pensar. Momentos de encuentro con nosotros mismos, momentos en los que dejamos a la mente errante, para que se pierda y encuentre por el cambio esas ideas que están dispersas por distintos lugares de nuestro cerebro, esperando a ser rescatadas por alguien que vaya a su encuentro y sepa contemplarlas.

En mi experiencia como mentora me he encontrado en numerosas ocasiones con el despertar de la creatividad de muchos de mis clientes, gracias a haberles proporcionado un espacio para reflexionar, para ver las cosas de otra forma. A través de las preguntas adecuadas se despiertan en las personas capacidades dormidas y bloqueadas como la creatividad.

Despertar a la creatividad es renacer, y esto es solo el principio. El mentoring favorece las 5 actitudes necesarias para desarrollar y mantener la creatividad en nuestras vidas:

  • Fomenta el compromiso con la actividad creativa, la persistencia en el día a día del trabajo necesario para desarrollar la idea.
  • Permite descubrir el para qué estamos en este mundo, que es eso en lo que somos únicos y nos hará trascender.
  • Nos ayuda a resistir las críticas, las miradas desaprobadoras, la sensación de locura que experimentamos al crear.
  • Saca a la luz nuestra verdadera pasión, eso que nos motiva por encima de todo, que nos arrastra a actuar, a crear.
  • Alienta el deseo de experimentar, de probar, de intentar, de explorar, en definitiva de jugar creando.

Desbloquear eso que está impidiendo hacer fluir tu creatividad te permitirá iniciar un camino de transformación y realización que te llevará a hacer posible tu mundo ideal en el mundo real.

Autora: Maria Luisa de Miguel

Directora de la Escuela de Mentoring