Ser mentor es una experiencia de aprendizaje apasionante, que comporta una gran responsabilidad. Nuestros mentores y mentoras están avalados por una trayectoria, experiencia, reputación y formación continua que los hace excelentes.
Ser mentor implica compartir con otros nuestro conocimiento y experiencia para guiarles y ayudarles en su proceso de desarrollo y aprendizaje. Supone emprender un viaje hacia la sabiduría compartida.
Los mentores y las mentoras son artistas, tienen la capacidad de ver la obra de arte antes de su creación, pueden intuir el talento antes de que este se despliegue, e invierten su tiempo, su experiencia y su energía en hacerlo aflorar.
Los mentores son facilitadores del aprendizaje, proveen de alternativas, recursos, espacios para la reflexión, preguntas poderosas, oportunidades, conocimientos, y contactos, acelerando el crecimiento del talento.
Un buen mentor sabe crear una relación de aprendizaje mutuo, basada en la confianza, la apertura a la experiencia, la consideración empática, el aprecio y la generosidad. Sabe cuando apoyar, sostener y acompañar, y cuando impulsar y retar para ir más allá.
Los mentores y las mentoras preguntan para que su mentee encuentre las respuestas, escuchan para conocer sus verdaderas necesidades y anhelos, aportan nuevas visiones para amplíar las perspectivas.
Ser mentor es ayudar a aprender a través del ejemplo, los mentores son modelos de comportamiento, su saber hacer es una fuente importante de aprendizaje, su ejemplo una fuente de credibilidad.
Los mentores conectan a sus mentees con otras personas que pueden ser valiosas para sus objetivos, crean redes y ayudan a generar alianzas estratégicas para el desarrollo del talento.