Desde Octubre estamos implementando un Programa de Desarrollo del Liderazgo para la cooperativa LagunAro, del Grupo Mondragon, en colaboración con Otalora, entidad perteneciente al Centro de Desarrollo Corporativo de la corporación.
El programa esta basado en el modelo de Liderazgo de la Escuela de Mentoring dirigido a descubrir, impulsar y desarrollar el potencial gerencial y de liderazgo en las organizaciones, en la idea de que cultivar un liderazgo consistente favorece no solo los resultados presentes de la organización, sino que garantiza su sostenibilidad futura.
Invertir en el desarrollo del liderazgo de la actual generación de líderes es asegurar la calidad del liderazgo de las siguientes generaciones.
Desarrollar y mantener a los colaboradores no solo es más barato que buscar nuevos profesionales en el mercado, sino que permite a las organizaciones fortalecer su cultura, mantener sus valores, crear un sentido de pertenencia, impregnar su saber hacer y diferenciación y aumentar su resonancia organizacional.
El programa se ha iniciado con la definición del perfil óptimo de liderazgo en la organización, en base a un modelo de competencias y estilos motivacionales que forman parte de de la metodología de la Escuela de Mentoring. Todo ello servirá de base para acompañar a la organización en el desarrollo de su capital de liderazgo, con el foco puesto en el objetivo de crear «Contextos Enriquecidos de Trabajo” (CET), que son el verdadero impulsor del compromiso de las personas.
Un artículo publicado en el 2021 en la Revista McKinsey señala que invertir en el desarrollo del liderazgo en toda la organización, para todos los puestos de liderazgo, es un método efectivo para cultivar comportamientos de liderazgo que mejoran la seguridad psicológica de los colaboradores, siendo esta la condición clave para fortalecer el compromiso organizacional y obtener buenos resultados. El problema es que no siempre se diseñan adecuadamente estos programas, pues la tendencia es a trabajar muchas competencias y no siempre las más adecuadas. Entre las principales habilidades a trabajar señalan todas las relacionadas con la creación de diálogos abiertos, la capacidad de saber empoderar a los colaboradores, catalizar los cambios, desarrollar un liderazgo de tipo consultivo y de apoyo, creación de climas emocionales positivos, ser un líder desarrollativo y saber crear relaciones de mutuo crecimiento.
Otra de las claves, que identifica el citado artículo, consiste en comenzar por la definición de una estrategia clara alineada con la aspiración general de la organización y un conjunto integral de capacidades que se requieren para lograrlo. Es fundamental desarrollar una taxonomía de habilidades, que no solo apoye la realización de la identidad general de la organización, sino que también fomente el aprendizaje y el crecimiento y se aplique directamente al trabajo diario de las personas.
Esto es lo que hemos realizado en primer lugar con la definición del perfil óptimo de liderazgo en la organización. La misma se ha llevado a cabo a través de un diálogo abierto entre diferentes partes de la organización y la Escuela de Mentoring hasta llegar a definir las 12 competencias clave, los comportamientos en los que se traducen y el nivel de desarrollo a alcanzar. Todo ello combinado con la identificación del perfil motivacional más adecuado para la organización. Para todo ello partimos de varias preguntas: ¿cuales son las dimensiones del liderazgo más valiosas para la organización en base a los retos a los que se enfrenta? ¿por qué son tan valiosas? ¿qué deberían hacer los participantes de manera diferente en su trabajo diario para desarrollar esas dimensiones?
A partir de aquí, se ha explorado en qué áreas trabajar para propiciar los cambios de comportamientos necesarios y desarrollar diferentes habilidades a un mayor nivel. Con todo ello se ha diseñado el plan de aprendizaje que combina 6 talleres presenciales, donde se trabajan las 6 dimensiones del liderazgo que ejemplifican dichos comportamientos y habilidades, y un proceso conversacional a nivel individual con cada uno de los participantes para acompañarles de forma más personalizada en el desarrollo de los aspectos que para ellos sean más necesarios, prioritarios o clave.
6 DIMENSIONES DEL. LIDERAZGO QUE CREAN CONTEXTOS ENRIQUECIDOS DE TRABAJO
Los talleres están diseñados de tal forma que crean experiencias reales de liderazgo, situaciones en las que la carga emocional está presente y se genera el efecto sorpresa. El liderazgo es situacional, no hay fórmulas mágicas que sirvan para todas las personas y las situaciones. Es en el día a día, en el que surgen conflictos, problemas, demandas y retos, donde un o una líder se entrena y se forja. Situaciones en las que la vivencia emocional está presente, porque nos enfrentan ante lo nuevo e inesperado y porque ponen a prueba muchas de nuestras capacidades (empatía, autodominio, resiliencia, asertividad…). Por ello es necesario generar ese tipo de vivencias en el aula para poder trabajar adecuadamente el desarrollo del liderazgo. Las experiencias de aprendizaje que son inmersivas y atractivas se recuerdan con mayor claridad y durante más tiempo.
En nuestros talleres apenas hay contenido teórico, teorías o conceptos. Por lo general no es la falta de conocimiento lo que impide que los líderes alcancen todo su potencial. Por ello están diseñados para que los participantes se involucren personal y activamente, se exponga, se muestren y afloren sus creencias, suposiciones y emociones subyacentes para lograr cambios de mentalidad duraderos. Favorecemos la introspección personal a través de preguntas que invitan a reflexiones profundas y un «darse cuenta de», un mirar hacia otro lado para ver más allá del día a día, de uno mismo, de mi visión del liderazgo.