Caminante, son tus huellas el camino y nada más; caminante, no hay camino, se hace camino al andar.
Joan Manuel Serrat
Una carrera es un camino a recorrer para explorar todo nuestro potencial, para cumplir nuestros propósitos, para descubrir nuestros distintos «yos» y expresarlos, para, en definitiva, desarrollarnos en plenitud como seres humanos, que es algo que compartimos todos, aunque la manera de hacerlo sea diferente. Con cada decisión que tomamos y ponemos en práctica estamos construyendo nuestra carrera y nuestra identidad, y a la vez, estamos expresándonos en el mundo. En la carrera profesional que desarrollamos están implicados nuestros valores, nuestras motivaciones, nuestras aspiraciones, nuestro talento, y nuestra satisfacción y felicidad. Elegir bien, decidir con sabiduría y actuar estratégicamente marcan la diferencia en nuestra carrera y, lo que es más importante aún, en nuestra felicidad.
Una carrera profesional debe ser satisfactoria y significativa, y lo que hace que sea ambas cosas es la suma de satisfacción y significado en el ejercicio de las diferentes actividades y roles en los que nos involucramos.
–Para sentirnos satisfechos necesitaremos que todos ellos nos proporcionen la seguridad económica, estimulo intelectual, vivencia emocional y comodidad/bienestar que necesitamos, (cada uno pone el listón y la intensidad donde considera). A mi por ejemplo, todas mis actividades y trabajos me permiten y me han permitido no tener necesidad de conducir, algo que no me gusta y que solo he hecho en 7 ocasiones para saber lo que era y decidir que no con conocimiento de causa. Esta es una área de bienestar y comodidad para mi de gran valor, que para el 90% de personas que conozco es visto como todo lo contrario. Al final estamos hablando de necesidades, cada uno tenemos las nuestras, nuestra propia jerarquía e intensidad. Unas personas le darán prioridad al estimulo intelectual y otras a la seguridad económica.
–Para dotarla de significado, una carrera debe responder a un propósito, una misión, una causa por la que trabajar, esforzarnos. Hay múltiples causas por las que trabajar, la elección de una u otra depende mucho de nuestros valores personales y del contexto en el que vivimos. También debe proporcionarnos conexión con otras personas con las que creemos vínculos afectivos, compartamos inquietudes, intereses y nos sintamos a gusto. Debe permitirnos crear nuestra propia tribu y sentir que pertenecemos a ella. Y por último, debe posibilitarnos contribuir a ser útiles para algo o alguien, y que ese camino que hemos emprendido pueda ser referencia para otros, fuente de inspiración, una causa común que compartir y seguir.
Construir una carrera no es un camino fácil, ni lineal, es más bien una aventura llena de sorpresas, descubrimientos, piedras en el camino, reveses, revelaciones, encuentros y desencuentros. Cada día debemos estar conspirando activamente para lograrlo y seguir en el buen camino. Nos jugamos mucho con ello.
Llevo más de 24 años acompañando a personas en su desarrollo profesional: emprendedores/as, jóvenes, mandos intermedios, profesionales liberales, artistas, ejecutivos/as, altos directivos/as…. De las miles de conversaciones mantenidas con todos ellos he llegado a la conclusión de que no somos conscientes del impacto que nuestra carrera tiene en nuestra vida, que en la mayor parte de los casos nos damos cuenta tarde, y que muchas de las frustraciones e infelicidad que experimentamos derivan del camino elegido. Y todo ello porque una carrera impacta en lo más profundo y relevante de nuestra existencia:
1.-Impacta en nuestro desarrollo, ese deseo humano de transformarnos en quien queremos ser, esa necesidad de avanzar y evolucionar que satisfacemos a través del aprendizaje, que deriva de nuestras experiencias.
2.-Impacta en nuestra autorrealización, en la sensación de haber logrado desarrollar toda nuestra potencialidad, toda nuestra fuerza creadora, de ser a la vez únicos y a la vez parte del todo. De sentirnos libres y confiados siendo quienes somos y haciendo aquello en lo que creemos.
3.- Impacta en nuestro sentido de contribución: todos tenemos necesidad de sentirnos útiles y competentes, de saber que aquello que hacemos aporta valor. Todos necesitamos que nuestras obras contribuyan, porque en mayor o menor medida todos necesitamos sentirnos necesitados.
4.- Impacta en nuestro entorno y en la sensación de ser parte de él, de pertenecer, de estar vinculados a otros. Esta sensación influye en nuestra autoestima. Nos reconocemos por lo que hacemos, nos unimos por lo que mutuamente nos aportamos.
5.- Impacta en nuestra necesidad de transcendencia, entendida como la necesidad de dejar nuestra semilla, una parte de nuestro yo fuera de nosotros, como una forma de extenderlo más allá y garantizar su supervivencia.
6.- Impacta en nuestra felicidad, entendida como un funcionamiento psicológico óptimo, que produce plenitud, bienestar y satisfacción. Una carrera nos permite realizar actividades que nos hacen sentir bien, realizados y, además, nos permite lograr metas que son el alimento de nuestra felicidad.
Y tú, ¿que huella quieres dejar? ¿qué camino quieres recorrer?