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El éxito, entendido como el logro de aquello que queremos y nos importa en la vida, es una intersección. Es el punto en el que confluyen de forma armónica aspiraciones, capacidades, motivaciones y oportunidades.

Vivir en la intersección es todo un arte que hay que cultivar día a día, pues nuestras motivaciones y aspiraciones cambian, nuestras capacidades se actualizan, emergen, se bloquean y las oportunidades haya que saber crearlas, saber buscarlas, saber identificarlas y saber aprovecharlas.

Una carrera personal y profesional exitosa es mucho más que un cúmulo de logros, tiene más que ver con una sucesión de decisiones alineadas con nuestras metas, unas metas que dan sentido y significado a nuestra existencia. Una carrera se construye minuto a minuto, con cada gesto, con cada acción, con cada decisión, con cada palabra.

Un paso en falso, antes de tiempo, demasiado tarde, sin pensar, desalineado con nuestros valores, no solo puede comprometer nuestra carrera, sino también una vida plena y satisfactoria. Por ello, para construir una carrera sólida y significativa es necesario practicar de forma permanente cuatro hábitos:

1.- Introspección para descubrirnos y redescubrirnos cada día, para acceder a partes de nosotros que no se han revelado aún, para escuchar nuestra voz interior, para dejar atrás o aparcar alguna dimensión de nuestro yo, que no es la más adecuada para el momento en el que nos encontramos. Profundizar en nuestro autoconocimiento para conectar con nuestros valores y nuestras motivaciones, que son la fuente de nuestras aspiraciones y metas. Identificar nuestras capacidades, nuestras habilidades y como pueden contribuir al logro de esas metas. Conocer nuestras carencias y saber cómo compensarlas, completarlas para que los sueños se conviertan en una realidad.

2.- Visión para poner foco, saber hacia dónde ir, activar la motivación. Las investigaciones sobre el funcionamiento del cerebro revelan que nuestra mente experimenta lo mismo con la experiencia real que con la imaginaria, cuando la creamos mentalmente a través de una visión clara y estimulante. Anticipar la recompensa del logro en la mente genera satisfacción y la energía necesaria para iniciar el camino y continuar en él. Además la meta orienta nuestras decisiones y acciones y nos ayuda a ser estratégicos, empleando óptimamente todos nuestros recursos (tiempo, dinero, capacidades, energía, esfuerzo…) en la consecución de nuestros objetivos, evitando las distracciones, las pérdidas de tiempo, los esfuerzos innecesarios, los caminos erráticos.

3.-Apertura a la experiencia de aprender, de explorar nuevos caminos, de conectarse con diferentes personas, de descubrir oportunidades. Me refiero a una apertura activista, basada en el hacer, en la acción y en la experimentación. Cuando actuamos aprendemos del entorno y de nosotros mismos. El conocimiento y autoconocimiento más significativo es el que extraemos de nuestras acciones y nuestros resultados. Experimentando descubrimos lo que queremos y lo que no, en que somos buenos y en que no, lo que nos funciona y lo que no, que es una oportunidad y que noque es una oportunidad y que no, que relaciones nos impulsan y enriquecen y cuáles no. La experiencia, si sabemos escucharla, nos revela cuál es el camino más adecuado para lograr nuestras metas.

4.- Reflexión y análisis para generar verdadero aprendizaje. Debemos otorgar un espacio sagrado en nuestro día a día para reflexionar sobre la experiencia y desentrañar los aprendizajes que encierra. Estos aprendizajes no llegan solos, es necesario provocarlos, incitarlos, y la mejor herramienta para ello son las preguntas. Y no cualquier pregunta, sino esas preguntas que cuestionan, que profundizan, que resuenan en nuestra mente una y otra vez, que parece que nos persiguen, y en realidad lo que persiguen es encontrar la respuesta que apacigüe nuestro ser, y éste solo se aquieta con aprendizajes significativos. En base a esos aprendizajes volver a analizarnos y analizar el entorno para definir nuevas acciones, nuevas estrategias que nos acerquen a nuestra visión.

Como señala Herminia Ibarra, nuestra vocación, nuestro destino profesional, nuestra carrera no es un tesoro escondido dentro de nosotros esperando ser descubierto, es algo que se va conformando en base a múltiples posibilidades y aprendizajes que extraemos de lo que hacemos, lo que sentimos, lo que soñamos, lo que conversamos, los encuentros que tenemos y las relaciones que mantenemos.

La intersección del éxito está en la capacidad de conectar e integrar cada día el ser y el hacer, las vivencias, experiencias y sensaciones de nuestro mundo interno y externo, la introspección y la experimentación.

Sea cual sea el punto en el que te encuentres en tu vida dedícale un tiempo a pensar dónde está tu intersección del éxito:

Aspiraciones: ¿Cómo te sientes a día de hoy con respecto a tus aspiraciones? ¿Están satisfechas, están olvidadas, aparcadas? ¿Estás trabajando por ellas? ¿Qué anhelo sin cumplir late con fuerza aún dentro de ti?

Motivaciones: ¿Cómo está tu energía, tu nivel de satisfacción? ¿Te sientes pleno, realizado? ¿Que sientes que necesitas y no tienes? ¿Qué parte de ti has dejado a un lado y hace tiempo que lamenta en silencio que la escuches?

Capacidades: ¿Estás desarrollando todo tu potencial? ¿Sientes que estás dando lo mejor de ti en lo que haces? ¿Tu actividad actual te permite poner en práctica tus capacidades más brillantes?

Oportunidades: ¿Qué oportunidades necesitas para lograr tus aspiraciones, para hacer lo que te motiva, para desplegar todo tu potencial? ¿Hacia donde estas mirando, que estás observando, que estás haciendo para buscar nuevas oportunidades?

Si necesitas ayuda para encontrarla me encantará acompañarte en el camino.

 

No todas las personas necesitan mentoring o están en la disposición de recibirlo. Una de las primeras tareas del mentor, al iniciar el proceso, es valorar si la persona tiene la capacidad necesaria para recibir mentoring y, por tanto, para implicarse y aportar al proceso todo lo necesario para su desarrollo en condiciones óptimas. Para valorar dicha capacidad o grado de implicación y compromiso, existen una serie de actitudes y comportamientos que deben ser observados en el mentee.

Cada una de las actitudes que debe aportar el mentee al proceso tienen una serie de indicadores que deben ser tenidos en cuenta por los mentores para determinar su grado de compromiso con el proceso y su actitud dentro del mismo. Con todos ellos el mentor puede evaluar si el mentee está preparado o no para afrontar el proceso de mentoring y las posibilidades que tiene de lograr el objetivo que se ha marcado para el proceso.

Las principales aportaciones del mentee a la relación de mentoring para que sea una verdadera relación de aprendizaje son: interés por aprender, responsabilidad y compromiso, humildad, apertura y flexibilidad, y proactividad. A continuación describimos cada una de ellas y los indicadores para medir si se están aportando o no por el mentee.

1.-INTERÉS POR APRENDER y MEJORAR: implica la capacidad de reflexionar sobre sus comportamientos y los resultados que se derivan de los mismos, para indenticar áreas de mejora. El mayor aprendizaje que se obtiene en el mentoring es sobre uno mismo, sobre nuestras fortalezas, debilidades, áreas de mejora, sobre nuestras capacidades, nuestras oportunidades. El mentee debe estar dispuesto a realizar de forma habitual procesos de  auto-exploración personal a lo largo de todo el proceso.

                                                                                                                     INDICADORES 
Tiene una necesidad y deseo de mejora
                                                                          Considera el tiempo dedicado al aprendizaje como una inversión para futuro
                                                               Los hechos, sucesos, resultados y errores los percibe como una oportunidad de mejora
                                                                                        Comparte conocimiento y participa en su creación
                                                                             Vive de una forma integrada el aprendizaje personal y profesional
                                                                                            Tiene visión de futuro y se orienta a largo plazo
Concibe la vida como un proceso y no como  un resultado

2.-RESPONSABILIDAD y COMPROMISO, sobre su propio proceso de aprendizaje, para asumir las consecuencias de sus acciones y decisiones.  Si el mentee tiene un discurso recurrente en el que la culpa o responsabilidad de lo que le pasa, de sus resultados está en los demás o en el entorno, es un indicativo de falta de responsabilidad y habrá que trabajar previamente esta actitud para incrementar su nivel de responsabilidad. La responsabilidad también implica aceptar sentimientos y estados de ánimos, y no cargárselos a otros. Estar comprometido con el proceso de mentoring supone que el mentee se prepara previamente las sesiones, que acude a las mismas con sus compromisos de acción y tareas realizados, y con una reflexión acerca de los temas a tratar y su conexión con los objetivos.

 INDICADORES 
                                                                                                           Acude puntualmente a las sesiones
                                                                                             No cambia continuamente la agenda de las sesiones
                                                                                      Realiza los compromisos de acción fijados entre sesiones
                                                                                       Realiza las tareas sugeridas por el mentor entre sesiones
                                                                                                      No se queja continuamente de sus situación
                                                                                     No responsabiliza a otros de sus resultados, situaciones, emociones
                                                                             No cambia sus objetivos ni marca acciones que le apartan de los mismos
Aprovecha el tiempo de las sesiones para trabajar sobre sus objetivos

3.-HUMILDAD para aceptar sugerencias, consejos, oportunidades de mejora, necesidades de cambio.

“Solo sé que no se nada” máxima de Sócrates que sigue teniendo hoy en día un significado fundamental para los procesos de cambio personal y profesional. Este es sin duda el punto de partida de la actitud estrella de un mentee: Dudar pone en marcha la curiosidad, el deseo de saber, de explorar otros puntos de vista, y esto siempre lleva a una ampliación del conocimiento: se genera un conocimiento basado en el análisis de distintas alternativas, en la valoración de la situación o el problema desde distintos enfoques. 

Dudar, saber que no lo se todo pero que puedo saberlo es un hábito de las personas humildes. La humildad es esencial para aprender y desarrollarnos, se demuestra en nuestra capacidad de escuchar y observar y de estar abiertos a la experiencia, a lo que nos llega sin juzgarlo de antemano, sin rechazarlo. La humildad significa estar dispuesto a equivocarse y no negarlo, a no saber y preguntar, a no poder y pedir ayuda.

                                                                                                                         INDICADORES
                                        Acepta sugerencias, observaciones, críticas sin sentirse atacado y las considera una oportunidad de mejorar
                                     Se cuestiona permanentemente nuevas ideas, tendencias, situaciones, opiniones mantenidas hasta el momento.
                                                                          Considera que otros pueden aportarle experiencia y conocimientos
                                                                                                       Sabe pedir ayuda cuando la necesita

4.-APERTURA Y FLEXIBILIDAD para admitir cambios, ceder y transigir. Apertura para experimentar con nuevos enfoques y estar abierto a cuestionarse ideas, creencias, actitudes, y comportamientos.  Apertura hacia la relación de mentoring para compartir aspectos más profundos, más personales, para compartir la vulnerabilidad con el mentor.

La actitud estrella para el cambio es ser flexible, estar abierto a nuevas ideas, nuevos entornos, nuevas personas, que no conozco, pero puedo llegar a conocer, o que conozco, pero puedo ver desde otro paradigma. Es adaptarse a lo nuevo, pensar de forma diferente, aceptar otras creencias, otros valores en los demás, sin sentirme amenazado, sin perder mi identidad, que no es fija, se construye día a día. 

Encontrar oportunidades y conexiones en las diferencias, y no problemas y oposiciones. La actitud maestra es no dejar de buscar, en un libro, en una película, en una reunión, en un cliente, en un/a compañero/a de trabajo, en el parque. Cualquier lugar y cualquier persona son una fuente de aprendizaje. Como dice Paulo Freire el ser humano está inserto en un permanente movimiento de búsqueda. Cuando deja de buscar muere.

Flexibilidad para cambiar de rumbo, esperar el tiempo necesario, cambiar de enfoque, asumir que algo no puede ser, aceptar límites. En el proceso pueden surgir dificultades, momentos de bloqueo, que hay que saber gestionar con flexibilidad. 

                                                                                                                       INDICADORES
                                                                                              No se aferra a sus posiciones sin cuestionarlas
                                                                                             Admite otros enfoques, planteamientos, ideas
                                                                                            Comparte aspectos más personales y delicados
                                                                                                               Habla de sus debilidades
                                                                                                                Escucha y no interrumpe
                                                                      Acepta el feedback sin contra-argumentar

5.-PROACTIVIDAD: El mentoring requiere acción, las sesiones son sólo una parte del proceso, pero si el mentee no toma acción, no pone en marcha lo establecido en su plan de acción, o lo trabajado en las sesiones no conseguirá ni sus objetivos ni los resultados deseados. Uno de los mayores enemigos de la acción, es la procrastinación, esa tendencia a no acometer las tareas y acciones que más nos cuestan, disgustan, tememos, etc. Todos tenemos resistencia al cambio, a todos nos cuesta ponernos manos a la obra con aquellas cosas que nos suponen un reto, una prueba a nuestras capacidades, una salir de nuestra rutina y zona de seguridad.

Además la iniciativa y la proactividad nos hacen aprender más, mejor y más rápido, con lo que la inversión en el proceso de mentoring será aún más productiva. Esto es especialmente relevante cuando hablamos de mentoring organizativo, donde la duración de los procesos está prefijada de antemano y la organización exige una evaluación de sus resultados. 

                                                                                                                  INDICADORES 
                                              Toma la  iniciativa en el proceso: plantea dudas, expresa opiniones, solicita recursos, define acciones
                                                                                           Toma decisiones y pasa rápido a la acción
                                                                                Pide ayuda específica al mentor, le solicita recursos 
                                                                                                           Fija la agenda de trabajo
                                                                              Busca y detecta oportunidades continuamente para mejorar
                                                                                                  Pregunta, aporta ideas, cuestiona.
                                                                    Ejecuta los compromisos de acción, las tareas, e incluso va a más. 

 

El mentoring es una relación de aprendizaje, desarrollo y crecimiento personal, nos potencia, nos hace ir a más, pero para ello tenemos que invertir tiempo, energía y esfuerzo.

 

 

mentoring

El mentor es el guardián de la relación y debe estar atento a los indicadores de comportamientos que reflejen la presencia o ausencia del compromiso e implicación del mentee. Si se produce esta última deberá confrontarlo con el mentee y explorar vías de solución. Si estas no son posibles deberá dar por terminada la relación. El mentoring es una relación de las que el Análisis Transaccional denomina “adulto a adulto”, en la que el mentor no actúa como padre, madre, salvador, protector, supervisor, o colega, sino como un guía para el impulso del crecimiento de otro. Esto supone que, el mentor debe hacer patente, en todo momento, cuales son los compromisos, aportaciones y responsabilidad del mentee en el buen funcionamiento de la relación y la marcha del proceso.

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