La salud mental no está atravesando un buen momento. Las cifras y datos sobre los índices de estrés, bajas laborales, depresiones, ansiedad, consumo de ansiolíticos y suicidios lo muestra claramente. En las organizaciones es una preocupación cada vez más creciente, además de un tema que tiene muchas aristas y muchos caminos de intervención. Sin lugar a dudas, uno de ellos es el clima laboral que se genera como consecuencia de las interacciones entre compañeros, entre miembros del equipos y las relaciones entre líderes y colaboradores.
Con independencia de que las intervenciones para mejorar la salud mental en el lugar de trabajo deben realizarse de forma sistémica y atajando las causas que la generan, más que los síntomas, hoy me gustaría plantear como el estado psicológico, emocional y anímico del líder impacta en sus colaboradores, en el equipo y en el clima organizacional. Según Richard Boyatzis, Daniel Goleman y Annie Mckee, el modo en que los trabajadores experimentan el clima de sus empresas depende entre un 50% y un 70% de las acciones del líder. Asimismo, el estado emocional y las acciones del líder influyen muy directamente en cómo se sienten los empleados.
De todos los estados internos que experimentamos las personas, la autoestima es uno de los predictores más importantes del bienestar, por tanto, cuanto mejor sea la autoestima del líder, mejor será su bienestar psicológico y mejores las relaciones que entabla con las personas con las que interactúa en la organización.
Las personas con una buena autoestima tienen creencias positivas y bien articuladas sobre sí mismos, lo que suele contribuir a tener mejor relaciones con otros y generar entornos más seguros y positivos. Diversos estudios revelan una asociación positiva entre la alta autoestima y la satisfacción general con la vida, una mayor felicidad y un afecto positivo, además de contribuir a disminuir los riesgos o impactos de la depresión. La autoestima contribuye positivamente a tener relaciones más satisfactorias, rendir mejor en el trabajo, disfrutar de una mejor salud física y mental y evitar comportamientos antisociales. Es bastante probable que si los líderes gozan de buena autoestima habría muchos menos jefes tóxicos, narcisistas, manipuladores, maquiavélicos o psicópatas.
El problema con la autoestima es que suele medirse solo en términos de nivel (alta o baja) cuando la estabilidad también es importante (permanente o fluctuante), además, de que se suele desconocer que hay dos tipos de autoestima:
-autoestima permanente o segura: estable, segura, auténtica
-autoestima temporal o contingente: inestable, frágil, no auténtica, que fluctúa en función de los logros positivos o negativos, los resultados obtenidos frente a los esperados, el reconocimiento o la falta de él, la crítica o los cambios en la apariencia física.
¿Adivina cual es la que más prolifera hoy en día en la sociedad del selfie, los likes, ranking de tops y el gran escaparate de las redes sociales? El creciente uso y presencia en estos escaparates supone una mayor exposición a la frecuencia e intensidad de las comparaciones sobre uno mismo. Son un prueba constante para nuestra autoestima. Especialmente para aquellas personas cuya autoestima es más contingente porque las probabilidades de que se sientan mejor con ellas mismas depende de recibir aprobación de los otros, elogios, comentarios positivos, likes o logros publicables, que además sean reconocidos. Para mantener su autoestima estable requieren una validación continua. Además, los episodios de éxito o fracaso inciden en ellos de forma intensa, haciendo que su autoestima experimente subidas y bajadas bruscas, que desgastan emocionalmente, desorientan y afectan a la identidad.
La autoestima fluctúa, cambia, es contingente y hay personas en las que esas fluctuaciones son más continuas, intensas y variables. Hay una autoestima que viene y va, muy dependiente del juicio externo y de nuestros resultados. La creciente presencia del famoso síndrome del impostor puede deberse a un aumento de las personas que están desarrollando una autoestima contingente o frágil, que las hace dudar permanentemente de ellas mismas, sobre todo ante cualquier contratiempo o cuando algo se sale de su control o no coincide con lo esperado. Este temor constante, esta dependencia externa para sentirse valioso, les hace estar en estado vigilante todo el tiempo, intentado prever cualquier fracaso y evitarlo, atentos a cualquier señal del entorno que incida en su autoestima, con lo cual se agotan más, se debilitan y pierden recursos y energía para afrontar situaciones difíciles o para reponerse de los fracasos y errores. Invierten muchos esfuerzos y recursos en evitar el fracaso y adoptan una actitud defensiva y cerrada cuando se produce, lo que les resta efectividad en su desempeño y desarrollo.
Si el lider tiene una autoestima frágil, contingente y cambiante, no liderará bien e impactará negativamente en la autoestima, seguridad psicológica y bienestar de sus colaboradores y en el clima emocional de la organización. Según las investigaciones realizadas por Sergio Luna, Doctor en Psicología y Master en Psicobiología y Neurociencia Cogntiva por la Universidad Autónoma de Madrid y Barcelona, respectivamente, practicar la consciencia y atención plena, incorporarla al día a día, no solo impacta positivamente en la autoestima de tipo estable y segura, sino que también contribuye a estabilizar la autoestima contingente, es decir, a evitar esas fluctuaciones constantes en nuestra autoestima, que nos desgastan, nos restan energía, nos dificultan la gestión emocional y las relaciones con los otros.
De todo ello hablará en el próximo 9𝘁𝗵 𝗠𝗶𝗻𝗱𝗳𝘂𝗹 𝗟𝗲𝗮𝗱𝗲𝗿 𝗦𝘂𝗺𝗺𝗶𝘁, que se celebra este mes en Washington, en el que participan figuras clave en el ámbito del mindfulness y liderazgo, como Diana Winston de UCLA y el Dr. Marc Brackett de Yale, así como a organizaciones como Amazon y Ford, que están integrando el mindfulness en sus modelos de gestión. Su ponencia versará sobre «𝘊𝘶𝘭𝘵𝘪𝘷𝘢𝘵𝘪𝘯𝘨 𝘚𝘵𝘢𝘣𝘭𝘦 𝘚𝘦𝘭𝘧-𝘌𝘴𝘵𝘦𝘦𝘮: 𝘈 𝘊𝘳𝘪𝘵𝘪𝘤𝘢𝘭 𝘓𝘦𝘢𝘥𝘦𝘳𝘴𝘩𝘪𝘱 𝘛𝘳𝘢𝘪𝘵 𝘌𝘯𝘩𝘢𝘯𝘤𝘦𝘥 𝘣𝘺 𝘔𝘪𝘯𝘥𝘧𝘶𝘭𝘯𝘦𝘴𝘴”.
Apostar por «Liderar con consciencia», desarrollando en los líderes las habilidades de atención plena, autorregulación emocional, apertura a la experiencia y suspensión del juicio contribuirá a que tengan una autoestima más estable y saludable. Como señala Sergio, tradicionalmente se ha valorado una autoestima alta en los líderes, sin considerar el coste asociado de mantenerla elevada constantemente, sobre todo a base de logros, éxitos y vigilancia permanente para que nada falle y evitar el fracaso.
Desde este enfoque en la Escuela de Mentoring hemos organizado con Sergio Luna un programa formativo bajo el título «Liderar con consciencia, Vivir con consciencia» de forma presencial, en Bilbao, los días 8, 9 y 10 de Noviembre. Nos quedan 4 plazas, si quieres liderar con consciencia y desarrollar una sana autoestima e impactar positivamente en tu entorno, una puede ser tuya. Inscríbete antes del 21/10/24 en este enlace. Te esperamos.
Un curso que ayuda a los líderes a ser más resilientes, gestionar mejor el estrés y tomar decisiones más sostenibles, contribuyendo a crear organizaciones más equilibradas y humanas.