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Dentro de la sección que la Escuela de Mentoring tiene en la Revista ORH, en la edición de Enero-Febrero 2024, nuestra Directora Ejecutiva, Mª Luisa de Miguel y nuestra colaboradora Lucía Morán, experta en mediación, publican un artículo  bajo el título «Liderar el conflicto para fortalecer las organizaciones.»

Como revelan las investigaciones realizadas por The Myers-Briggs Company , los conflictos son más frecuentes de lo que creemos y el tiempo dedicado a ellos en las empresas se ha duplicado desde 2008: “actualmente, los gerentes dedican en promedio más de 4 horas a la semana a resolver conflictos”, dice John Hackston, director del estudio.

Una de cada cuatro personas, según el citado estudio, cree que sus gerentes manejan los conflictos de manera deficiente o muy deficiente. A veces se mira para otro lado, como si eso los hiciera desaparecer, otras se opta por convertirlos en chismes, chismorreos y críticas veladas en conversaciones. Estos comportamientos no solucionan el problema y pueden llegar a generar un mal ambiente y anular la efectividad del trabajo en equipo. Muchas veces ocuparnos de ellos a tiempo evita que meras diferencias o desacuerdos se conviertan en problemas más serios que pueden desestabilizar el buen funcionamiento organizacional.

 

Los líderes están en una posición privilegiada para modelar la resolución de conflictos. Por ello deben alentar a otros y servir como modelos para crear campos de energía que den forma a una cultura organizacional que aborde los conflictos de forma abierta, participativa, empática e integradora. Los líderes deben transmitir, con sus comportamientos, que los conflictos son una fuente de aprendizaje y un mecanismo para mejorar la convivencia.

Una forma de hacerlo es recuperar los encuentros para compartir las historias pasadas, las presentes, las cotidianas y las que queremos escribir en el futuro. Encuentros facilitados por los líderes para hacer emerger situaciones vividas que, si no son habladas y compartidas, pueden acabar provocando grietas, malentendidos y conflictos tapados pero que aúllan en cada esquina de la organización.

En este artículo, las autoras aportan algunas de las claves para convertirse en un líder mediador, que no solo sepa gestionar los conflictos, sino que también ayude a sus colaboradores a aprender cómo hacerlo.

Si quieres leer el artículo completo puedes hacerlo en este enlace.  Te invitamos a suscribirte a la misma a través de este enlace y disfrutar de una amplia gama de contenido experto para la gestión del talento.

Los equipos son un microsistema organizacional cuyo funcionamiento aporta muchas pistas sobre lo que ocurre en la organización, a nivel de comunicación, relaciones de poder, gestión de los conflictos, valores, nivel de confianza, cultura, alineamiento organizacional.

Teniendo en cuenta que, como señalo W. Edwards Deming,  el 94% de los problemas en el lugar de trabajo son sistémicos, trabajar el coaching de equipos en las organizaciones es una buena vía para conocer cuáles son los problemas sistémicos y cómo comenzar a trabajarlos y encauzarlos. El coaching de equipos viene a ser un laboratorio experimental para identificar y resolver problemas enquistados e la organización.

Toda Organización es un sistema social, abierto, complejo y dinámico. Desde esta óptica sistémica, nuestro trabajo es ayudar a las organizaciones a resolver sus problemas, gestionar el cambio, e impulsar el crecimiento, captando y haciendo emerger las formas de relacionarse, la estructura del sistema y las interdependencia entre las distintas partes del mismo.

Cuando trabajamos con un equipo no nos centramos en las partes que lo conforman, en sus miembros, sino en el equipo como sistema, como un sistema de personalidad. Cada equipo tiene una personalidad propia, que no es la suma de las personalidades de sus miembros, sino una personalidad diferenciada que emerge y se construye como consecuencia de los diversos procesos psicosociales que se dan entre sus miembros dentro de su seno.

Ultimamente el comentario más frecuente cuando trabajamos con directivos, CEOs y responsables de equipos es la dificultad para gestionar el cambio en las organizaciones y en los equipos. Esta es una de las principales razones por las que demandan coaching de equipos, después de haber intentado otras vías.

La razón por la que funciona el Coaching de Equipos está en la forma en la que se afrontan las intervenciones para gestionar el cambio. Si queremos cambiar, transformar o mejorar algún proceso dentro de una organización no podemos intervenir de forma individual con cada uno de sus miembros, o con una parte de ellos, porque aunque la cultura, los estilos de liderazgo, el clima o la comunicación son procesos psicosociales que emergen de cada persona que conforma la organización, la interrelación de sus dinámicas individuales acaban definiendo un sistema que influye en el comportamiento de quienes lo integran. La intervención tiene que ser a nivel sistémico, trabajando con el equipo, la organización o un área de la misma.

El modelo de intervención en Coaching de Equipos tiene varias fases que podríamos aglutinar en un proceso de exploración-modelaje-simulación-aprendizaje:

1.-Observación del comportamiento del sistema para hacerlo consciente de sus patrones de funcionamiento.

Un buen observador sistémico, según Peter Senge, es aquel capaz de captar y ver el funcionamiento simultáneo de cuatros niveles distintos: acontecimientos, pautas de conducta, estructura del sistema y modelos mentales (creencias y cultura), yo añadiría también el clima emocional. Un coach de equipos es un observador sistémico con capacidad para hacer aflorar a la superficie del sistema estos niveles, a través de las preguntas que elevan su nivel de consciencia. Así es como se revela la verdadera historia de la organización o el equipo desde la que se puede construir el cambio deseado.

Alinear los puntos de influencia del equipo

Alinear los puntos de influencia del equipo

2.-Determinación de los puntos de influencia que producen el comportamiento del sistema.

Nuestra labor como coach de equipos consiste en alumbrar las dinámicas sistémicas del equipo para que puedan ser analizadas y determinar los patrones de conducta, estructuras de funcionamiento y creencias que las mantienen. Una dinámica sistémica se puede percibir al analizar un problema que haya sido una constante en la organización o el equipo, que se haya intentado abordar sin éxito en diferentes momentos temporales y con diferentes métodos.

El error en el trabajo con organizaciones y equipos es identificar el problema y pasar a abordar las soluciones, sin explorar qué patrones de conducta, estructuras y cultura están soportando y manteniendo ese problema, porque mientras no cambiemos éstas cualquier solución que implementemos no tendrá éxito. Aquí es donde se hace real la máxima de que el sistema influye en los comportamientos de los individuos y por tanto en los resultados de las organizaciones.

Una vez identificado el problema podemos preguntar ¿Cómo estamos contribuyendo como equipo a crear y mantener la situación que hoy queremos abordar? Las respuestas harán brotar la dinámica sistémica y el modelo mental o estructura de comportamiento subyacente que la genera. Se trata con ello de abrir un diálogo para sacar a la luz las creencias, comportamientos, prácticas, procesos de trabajo, pensamientos, procedimientos, etc., que de forma inconsciente se repiten y han creado y mantenido el problema.

Es en estas dos primeras fases de la intervención, que son exploratorias, donde nos jugamos más de la mitad del éxito de proceso de coaching de equipos. En ellas se hacen visibles, lo que Jay Forrester denomina, los «puntos de influencia del sistema», que son los puntos de intervención clave para cambiar el comportamiento del sistema:

  • El propósito del sistema ¿Qué es lo que este sistema quiere lograr?, que a su vez está condicionado por el paradigma del sistema o creencias sobre cómo funciona no solo la organización sino el mundo en general,y por el objetivo del sistema, que determinar cómo se organiza y se comporta, es decir, su estrategia.
  • La estructura del sistema ¿Cómo lo está haciendo?. Incluyo aquí las reglas de funcionamiento (formales o informales, escritas o no escritas) que definen lo que se acepta o no dentro del mismo y los parámetros de comportamiento. También se incluiría la estructura física (jerarquía o forma de organización funcional y procesos de trabajo). Otro elemento importante de la estructura son los flujos de información ¿Qué información se comparte, quien la comparte, con quien, cómo, dónde y cuando?. Por último tenemos los tiempos del sistema y los bucles de retroalimentación positiva (impulsan el cambio) y negativa (amortiguan el cambio).
  • Las interconexiones del sistema ¿Qué valora y recompensa el sistema, y que rechaza?. Es decir, los incentivos positivos o negativos del sistema, y los valores del sistema.  Otro punto de influencia crucial que se engloba aquí son los amortiguadores del sistema, que nos dan la pauta de cómo éste absorbe el cambio y qué elementos utiliza para estabilizarse.

3.-Construcción del modelo óptimo

A partir de conocer la realidad de cómo esta siendo, cómo está funcionando el equipo y como se comporta se diseña el modelo óptimo o ideal que es necesario para lograr los cambios deseados o los objetivos marcados.

En este punto del proceso, una vez identificados cuales son los puntos de influencia sobre los que intervenir, así como el modelo a lograr, puede resultar muy útil aplicar los niveles lógicos del cambio de la PNL para intervenir en el punto de influencia que esta bloqueando  el cambio.

4.-Simulación del modelo.

Experimentación del modelo diseñado para lograr el cambio en las sesiones de coaching de equipos. Durante ellas el coach facilita el trabajo sobre situaciones reales vividas en la organización, a fin de ver cómo el equipo pone en práctica los comportamientos definidos como deseados y óptimos para operar el cambio deseado. En estas sesiones se puede probar opciones, realizar ajustes, introducir modificaciones al modelo que lo enriquezcan.

5.- Experimentación del modelo y aprendizaje

Entre sesiones el equipo experimenta en su día a día de trabajo en la organización los nuevos comportamientos modelados en la fase de simulación y trae a las sesiones el relato de lo actuado y los resultados obtenidos para generar a través del feedback las reflexiones de aprendizaje que facilitaran la gestión del cambio deseada.

Lo que hace el Coaching de equipos es facilitar simulaciones para que el aprendizaje y cambio del equipo se más rápido, gestionando los puntos de influencia para que supongan un impulso del cambio y no una amortiguación del mismo.

Si tienes en tu organización un problema que se resiste, que se repite, que cada poco vuelve a aparecer y os está impidiendo avanzar, en la Escuela de Mentoring estaremos encantados de acompañaros a través de un programa de coaching de equipos diseñado a la medida de vuestras necesidades.

Dentro de la sección, que la Escuela de Mentoring, tiene en la Revista ORH ,en el mes de Mayo, nuestra Directora Ejecutiva, Mª Luisa de Miguel escribe un artículo sobre Diversidad bajo el título «La cara oculta de la diversidad».

En el mismo reflexiona sobre el carácter de novedad que se la da a la diversidad cuando no es algo nuevo, es un hecho que ha estado siempre presente. Asimismo aborda la idea de que en materia de diversidad no es oro todo lo que reluce. Hay muchas sombras, muchas caras ocultas, muchos sesgos, muchos datos descontextualizados, poco analizados y desconectados entre sí, que pueden estar ocasionando más mal que bien.

Para que la diversidad sea un manantial de riqueza hay que intervenir sobre muchos factores, entre ellos  aprender a gestionar el miedo a la diferencia. Esto implica aprender a construir nuestra seguridad en base a nuestras características personales, valores y convicciones; sin necesidad de anular, desvalorizar, atacar o degradar las de los que son diferentes.

A lo largo del artículo se plantean las siguientes cuestiones:

  • Si la diversidad es un hecho que siempre ha existido ¿por qué nos cuesta tanto gestionarla?
  • Diversidad, miedo a las diferencias, complejidad y conflicto. ¿Qué tienen que ver nuestra forma de abordar los conflictos y nuestra forma de abordar la diversidad?
  • La diversidad sin inclusión no aporta beneficios
  • El paso de la diversidad a la inclusión no es automático requiere de consciencia, intención y acción.
  • La diversidad inclusiva no funciona como una simple capa de maquillaje

Si quieres leer el artículo completo y descubrir algunas de las posibles respuestas a estos interrogantes, puedes consultarlo en el número publicado en el nº 178 de la Revista ORH Mayo 2022.  Te invitamos a suscribirte a la misma a través de este enlace y disfrutar de una amplia gama de contenido experto para la gestión del talento.

El burnout y el engagement son polos opuestos de un mismo continuo. El burnout es el desgaste del engagement, es decir, del compromiso, implicación, entusiasmo y dedicación al trabajo. Cuando una persona está engaged en su trabajo suele experimentar esa sensación de fluidez en la tarea, que también describe Mihaly Csikszentmihalyi . Además, el burnout produce un deterioro en la salud emocional, mental y física de la persona, mientras que el engagement nos vigoriza y nos llena de energía.
 

Los síntomas del burnout son la fatiga física, desgaste emocional, tensión psicológica, cansancio cognitivo y pérdida de motivación. Los efectos del agotamiento que produce el burnout pueden llegar a ocasionar una actitud cínica hacia el trabajo y a poner en duda la propia capacidad para desempeñarlo con eficacia. Todo lo cual acaba generando actitudes negativas hacia el trabajo, produciendo una desconexión emocional con el trabajo, que frustra la realización personal, lo que es una gran fuente de insatisfacción personal, que lógicamente se traslada al entorno laboral, familiar y personal. Las consecuencias en el trato con clientes, compañeros, beneficiarios de nuestros servicios se hacen notar y acaban perjudicando a todos.

Las características de cómo está organizado el trabajo, las relaciones que tenemos en el mismo, especialmente con nuestros superiores, y los recursos con los que contamos para ejercerlo influyen desde luego en el burnout. Ahora bien, lograr engagement en el trabajo no es solo cuestión de otros, nosotros también podemos practicar un activismo engaged y adoptar iniciativas que contribuyan a reducir el burnout, sus efectos y lograr una conexión emocional con lo que hacemos, disfrutando de ello y aportando todo nuestro talento a la organización, los clientes o sus beneficiarios. Bajo estas ideas de la iniciativa y la responsabilidad personal surge el job crafting, entendido como conjunto de comportamientos que podemos adoptar con el propósito de alinear las características de nuestro trabajo con nuestras expectativas personales. En definitiva, el job crafting es una intervención de mejora a nivel individual del propio trabajador que busca cambiar su entorno laboral para hacerlo más “engaging” y menos agotador.

Llevamos muchos años apostando por organizaciones saludables, por la responsabilidad emocional corporativa, por el bienestar de las personas, por su funcionamiento óptimo, su resistencia emocional y su antifragilidad. Durante el 2020 la necesidad de reducir el estrés y la fragilidad emocional se ha hecho más aguda, especialmente en las organizaciones que trabajan con personas en riesgo de vulnerabilidad. Por todo ello hemos diseñado este proyecto «Del Burnout al Job Crafting, inspirando organizaciones engagement» para aportar recursos a los/las voluntarios/as, personal y colaboradores/as de organizaciones no lucrativas, que puedan incorporar en su día en el diseño de su trabajo y sus relaciones laborales para lograr desempeñarse con entusiasmo, inspiración y compromiso,  transmitirlo en sus entornos y contagiarlo a los beneficiarios de sus servicios.

Los objetivos de este proyecto, que llevaremos a cabo durante los meses de Enero a Marzo 2021 en Asturias con un total de 12 participantes pertenecientes al personal técnico, voluntario y colaborador de las entidades sociales que trabajan con población en situación de vulnerabilidad social y/o en riesgo de exclusión social, son:

– Comprender como podemos combatir el burnout a través del job crafting

-Mejorar el bienestar y desempeño en el día a día a través de diversas técnicas y recursos que proporciona el modelo job crafting y que impactan en nuestro desarrollo personal y profesional.

– Generar, identificar, desarrollar, compartir y transferir prácticas innovadoras de trabajo saludables para replicar en sus entornos y generar un efecto resonante

-Construir una cultura de aprendizaje y empoderamiento colectivo a través del mentworking, tejiendo redes que permitan compartir experiencias, buenas prácticas y aprender juntos a diseñar organizaciones engagement

-Mejorar la calidad de la intervención social diaria en las entidades del tercer sector.

Para todo ello hemos diseñado un programa único, con 45 horas de actividades formativas, trabajos prácticos, planes de implementación, retroalimentación 360º, mentoring grupal y mentworking, que confiamos pueda ser replicado en diferentes organizaciones para contribuir a crear una cultura de trabajo saludable, emocionalmente gratificante e intelectualmente estimulante.

Los contenidos del programa son:

  • BLOQUE 1 (10 horas): Introducción al Job Crafting y el Burnout. Claves para aprender a diseñar el puesto de trabajo para que sea una fuente de bienestar personal y organizacional.
  • BLOQUE 2 (15 horas) :Estrategias de intervención para prevenir el burnout:

-Taller de mindfulness y gestión del estrés

-Taller gestión de la energía: positividad inteligente, autorregulación emocional, motivación.

-Taller gestión de relaciones y conflictos para una sana convivencia laboral.

  • BLOQUE 3 (15 horas): Mentoring grupal conversaciones con propósito para trabajar el job crafting y el burnout en los entornos laborales de las participantes, en base a todo lo visto y a sus propias experiencias.
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  • BLOQUE 4 (5 horas): Mentworking para la creación de una red de mentoras comprometidas con el cambio hacia el Job Crafting y la prevención del Burnout que sirva de apoyo interorganizacional para compartir y aprender en grupo, así como ser ejemplo y modelo en sus organizaciones para transmitir lo aprendido durante el programa. La idea es que aprendan técnicas para guiar y prestar apoyo a otras mujeres en el diseño de sus puestos de trabajo para que sean una fuente de bienestar personal y organizacional.

Como se señala en un reciente artículo de la Revista Harvard Deusto el estrés laboral es equivalente a una pandemia que transcurre oculta, con efectos destructivos, ya que compromete seriamente aspectos clave como la salud, el servicio que se presta e incluso la viabilidad de la organización. El empoderamiento del personal técnico y voluntario a través de grupos de job crafting, que analizan las demandas y recursos laborales de sus puestos de trabajo y realizan propuestas de mejora individual y colectiva tiene un efecto demostrado en la reducción del estrés.

Si quieres sumar a tu organización al movimiento job crafting para crear engagement organizacional desde la Escuela de Mentoring te podemos acompañar.