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El mentoring es una de las prácticas más potentes para el desarrollo del talento, el liderazgo y las habilidades que una empresa necesita para ser competitiva. Actualmente es un nuevo perfil profesional muy demandado en el área de la consultoría y también dentro de las organizaciones en el área estratégica, corporativa y de recursos humanos.

El mentoring es una de las metologías más prácticas, rápidas y efectivas para el desarrollo de habilidades directivas. Además, cada vez más la gestión de personas en las organizaciones requiere de personas formadas en un estilo de liderazgo mentor, enfocado a explorar el potencial de sus colaboradores y sacarle el máximo provecho.

La Escuela de Mentoring es pionera en España y Latam en el campo del mentoring, en el que lleva trabajando desde el año 2002 para todo tipo de organizaciones, empresas, entidades públicas y privadas. Es la primera Escuela de Mentoring certificada de España, y trabaja con una metodología propia, Integral Generative Mentoring, que ha sido validada a lo largo de los años. Lo que la diferencia es la integración del I+D+I en el Mentoring: Investigación continua para mejorar el conocimiento sobre esta práctica, aprendizaje a través de la experiencia en el Desarrollo de programas de mentoring, e Innovación surgida de la evaluación de los programas, feedback de los participantes y nuestra red internacional de mentoring.

 

Nuestro Programa de Certificación Internacional en Mentoring, está  acreditado por la Asociación Internacional de Coaching y Mentoring (AICM) y por la Asociación Iberoamericana de Formación y Certificación.

 

En el 2019 la Escuela de Mentoring ha sido reconocida en los Premios Excelencia Educativa como la mejor Escuela de Negocios especializada en mentoring, así como por la innovación en sus programas formativos en mentoring.

 

Ahora tienes la oportunidad de certificarte como mentor o mentora profesional y aplicar la metodología INTEGRAL GENERATIVE MENTORING, propiedad de la Escuela de Mentoring, a tu trabajo en el ámbito de la consultoría, educación, orientación profesional, gestión del talento, RRHH, dirección de empresas, liderazgo de personas y equipos. El programa de Certificación en Mentoring se desarrollará de forma virtual a lo largo de 10 meses desde el 14/03/2025.

El programa consta de 10 módulos de contenidos teóricos, clases virtuales, ejercicios prácticos y test de autoevaluación, más 45 sesiones prácticas de mentoring supervisadas y un proceso de mentoring con un de nuestros mentores profesionales acreditados.

 

Ser mentor o mentora será un factor de diferenciación y excelencia en un futuro que ya es presente, dentro de múltiples ámbitos: recursos humanos, liderazgo, consultoría, ámbito educativo, orientación laboral, mejora de la empleabilidad, desarrollo del talento, carrera profesional…..

Puedes consultar toda la información (contenidos, requisitos, precios, descuentos, formas de pago y plazos, calendario sesiones virtuales, etc.:) sobre el Programa de Certificación Internacional en Mentoring Virtual 2024 en este enlace: CONSULTAR DOSSIER CERTIFICACION MENTORING VIRTUAL 2025

Iniciamos el 14/03/2025 y el plazo para las inscripciones finaliza el 04/03/2025 y solo hay 14 plazas disponibles. Puedes obtener más información y realizar la inscripción a través de este enlace  o escribiendo a info@escueladementoring.com

Precio reducido hasta el 31/01/25 = 2.800,00 euros

Mientras recorría la exposición fotográfica de Tim Parchikov, llego a mi mente una idea, que ya hace tiempo me ronda por la cabeza: ¿qué relación existe entre el mentoring y la fotografía?

Desde que me dedico al mentoring ha nacido en mi un verdadero interés e inquietud por la fotografía. Acudo con frecuencia a exposiciones fotográficas buscando desarrollar otra forma de mirar, un ir más allá del simple ver, para poder llegar a contemplar a la vez la esencia y el universo de detalles, que encierran los objetos y las personas.

Una fotografía no debe mirarse, sino que debe contemplarse desde distintos enfoques, porque encierra muchos matices, expresiones y significados. A través de una fotografía el fotógrafo hace visible lo invisible, muestra una realidad que a menudo no vemos, o la muestra de una forma que no vemos.

Por eso contemplar fotografías nos ayuda a desarrollar esa capacidad de ver más allá, de hacer visible lo invisible. Porque al darle un espacio y un tiempo le estamos preguntando qué más hay en ella, qué nos quiere decir, qué no muestra, a donde nos lleva… Este proceso es muy similar al que lleva a cabo un mentor con su cliente, ayudándole a hacer consciente lo inconsciente, ampliando su mirada.

Una fotografía explica cosas, pero no las cuenta todas, solo aquellas que es capaz de captar quien la mira. El significado que le damos a una fotografía depende de nuestros más profundos deseos, necesidades, sentimientos, recuerdos y  experiencias. Es esa parte de nosotros, de la que no somos conscientes, la que interpreta la fotografía y le da un significado.

Contemplar fotografías nos pone en contactos con nuestro inconsciente, y lo hace aflorar a través de la intuición, de ahí que sea una práctica muy recomendable para incrementar la consciencia, el autoconocimiento y el desarrollo de la intuición.

Como mentores, ante una fotografía podemos reflexionar acerca de ¿Qué tipo de observador estoy siendo frente a ella? ¿En qué estoy fijando mi atención? ¿Qué busco? ¿qué interpretación hago de lo que veo? ¿De donde viene esa interpretación y qué me dice? Las respuestas a estas preguntas pueden ayudarnos a construir mejores relaciones de mentoring.

Minor White hablaba de la teoría de la equivalencia, expresando que lo que sucede en la mente del espectador cuando mira una fotografía se corresponde con algo que él sabe de sí mismo. La fotografía nos adentra en un juego de revelación-ocultación que activa nuestra imaginación, nuestra intuición y nuestra empatía, para lograr integrar el contenido que no explica.

Nuestro cerebro piensa en imágenes, representa en su interior a través de imágenes la realidad exterior que captan nuestros sentidos. Esas imágenes quedan grabadas en nuestra mente y condicionan nuestra manera de pensar y actuar, son una foto fija a la que a veces no le hemos dado el tiempo necesario de contemplación. La imagen mental es una representación codificada de la realidad.

Al entrar en contacto con una fotografía debemos darle un tiempo y un espacio para que se manifieste, para que se abra a nosotros y nos hable. Nuestra única función como espectadores es estar presentes, esperando ese momento de conexión en el que nos revela algo que puede generar un dialogo significativo entre ambos.

Esta misma actitud de espera, presencia y apertura a lo que llegue, es la que debe tener un mentor con su cliente. El mentoring no es solo el arte de preguntar, es también el arte de saber estar presente y saber esperar el momento adecuado para iniciar la conversación con nuestro cliente. Además, con ello, el mentor le esta dando a su cliente la oportunidad de contemplar esas fotos fijas de su mente, para extraer su significado, para descodificarlas, observando otros matices y aplicando otros filtros.

En un proceso de mentoring ayudamos a nuestro cliente a contemplar la imagen que tiene de la realidad de otra forma diferente, que le aporte mayor riqueza y expanda su potencial. Le ayuda a ampliar su imagen mental de la experiencia para contemplar más opciones, y con ello tener más capacidad de acción para generar cambios.

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Tim Parchikov | Suspense | Paris 4e. Maison européenne de la photo

En esta foto puedo ver solo una silla en el medio de un bosque de noche. Puedo mirar que es una silla simple, incluso pobre, abandonada en un bosque lleno de maleza. Si la escucho, quizás pueda sentir e intuir la soledad, la sensación de estar en el centro de un abismo lleno de miedos e incertidumbres, esperando que algo salte desde lo oscuro de la noche sobre mi. O puedo sentir el placer de un momento de silencio en medio del todo, un momento de estar sentado solo conmigo mismo y en comunión con la naturaleza.

Cuando un mentor logra crear una relación con su cliente como la que se puede llegar a crear con una fotografía, pasa de ver y mirar, a contemplar.

VER es simplemente registrar lo que pasa delante de nuestros ojos.

MIRAR requiere intención, elección y selección. Escogemos donde mirar, qué mirar, cuándo y por cuanto tiempo. Lo que queda fuera de nuestra mirada no existe para nosotros. Hay siempre una motivación de búsqueda, e incluso de posesión en el mirar. Por eso lo que miramos revela mucho de lo que pensamos, valoramos, sentimos, y de nuestro ego.

CONTEMPLAR es vaciarse de ego, de nuestros pensamientos y emociones, y abrirse a lo que llegue del entorno por la vía de la intuición. Cuando contemplamos estamos viendo y sintiendo desde nuestra esencia, y por eso somos capaces de ver la esencia de los demás.

Solo desde el contemplar podemos llegar a la consideración empática de nuestro cliente y comprender exactamente lo que sus experiencias significan para él. Solo así lograremos que el cliente se exprese y revele totalmente, y pueda llegar también a contemplarse en su singularidad y totalidad.

Aprender a contemplar fotografías y dejar que nos hablen e, incluso, escribir lo que nos dicen, puede ser para un mentor un trabajo muy valioso de desarrollo de la intuición, la empatía, la escucha reflexiva, la creatividad y la formulación de preguntas.

Al contemplar una fotografía no tratamos sólo de interpretar lo representado, sino más bien lo reprimido en esa representación. En una sesión de mentoring no se trabaja solo con lo que el cliente expresa explícitamente, sino también con lo que implícitamente expresa a través del lenguaje no verbal, al que solo se llega por la intuición

Además, las fotografías son una herramienta muy potente para usar en las sesiones de mentoring. Yo utilizo con frecuencia el uso de collages de imágenes creados por mis clientes con diversos objetivos: visualizar situaciones actuales, construir proyectos futuros, definir objetivos, visualizar cambios y sueños, entre otros.

Las reacciones del cliente hacia las fotos incluidas en su collages,revelan mucho acerca de si mismos, si el mentor sabe formular las preguntas adecuadas. Esas fotos elegidas simbolizan aspectos concretos de sí mismos, que silenciosamente ofrecen respuestas que son más difíciles de expresar verbalmente.

Asimismo, al contemplar una fotografía podemos favorecer el trabajo emocional, pues al interactuar con ella el cliente entra a participar en un mundo que no es real, sino imaginario. Este distanciamiento emocional de la realidad le permite ser más libre para sentir e imaginar acciones, relaciones, e incluso confrontar situaciones, favoreciendo una mayor apertura a la experiencia.

Autora: María Luisa de Miguel

Directora Ejecutiva Escuela de Mentoring

El recurso más valioso que tiene cualquier sociedad es la creatividad, es el motor del cambio, la transformación y la evolución que ha estado presente a lo largo de todas las transformaciones sociales y económicas de la historia: la era agrícola, la era del comercio, la era industrial y la actual era del conocimiento y la creatividad.

El valor de la creatividad no hemos de verlo solo en los productos que mejoran nuestra vida, o en los avances científicos. El valor de la creatividad está en las propias características del acto creativo: asunción de riesgo, compromiso, decisión, acción, cambio, desafío, reto, aportación de valor, contribución social e impulso de mejora.

La sociedad no debe apoyar únicamente un tipo de creatividad, asociada generalmente a la producción de bienes y servicios y, por tanto ,de beneficio económico. La sociedad debe apoyar todos los tipos de creatividad, pues con ello estará impulsando el tipo de actitudes que nos llevan a emprender, mejorar, progresar y crecer. Además favorecer todos los tipos de creatividad contribuirá a la autorrealizacion de las personas y la mejora del bienestar social en su conjunto.

Según las investigaciones de Teresa Amabile, y su equipo, ser creativo fortalece el carácter, las emociones y el intelecto, lo que permite construir una mejor calidad de vida.

Una sociedad que no crea, que no se expresa, que no produce originalidad, que no inventa nuevas realidades, que no innova y no revoluciona es una sociedad enferma. La creatividad es el camino más fácil hacia la felicidad. 

De la misma forma que Howard Gardner nos hizo ver que no hay una sola inteligencia, sino que son múltiples y  cada persona tiene distintos tipos de inteligencia, la creatividad no se manifiesta en una forma única. Alfred Edward Taylor distingue 5 tipos de creatividad, que son las distintas caras que nos muestra el talento creativo:

1.-Expresiva:  Asociada a la espontaneidad y la improvisación. Busca crear formas de expresar el mundo interior, las emociones y los sentimientos. Está vinculada, principalmente, a las distintas manifestaciones artísticas: pintura, escritura, danza, escultura… Es una fuerza creadora de formas diversas  de comunicar y expresar un mensaje, una vivencia. Responde a la necesidad de autoidentificación y de comunicación con el entorno.

La cara expresiva de la creatividad es la más auténtica pues la relación entre el sujeto, el objeto y el entorno es directa, es la expresión del yo auténtico sin límites. Satisface una necesidad de expresión y busca comunicar el yo.

La noche estrellada de Vincent Van Gogh

La noche estrellada de Vincent Van Gogh

2.-Productiva: la improvisación y la espontaneidad son sustituidas por la aplicación de técnicas y estrategias adquiridas a través de conocimientos y experiencias con el objetivo de obtener un resultado concreto. Busca la originalidad y tiene un fundamento más técnico. Satisface una necesidad de diferenciación e identificación y busca atraer la atención y crear necesidad. Tiene un sentido practico, de solucionar algo, de mejorar algo, de satisfacer una necesidad del entorno.

Alguien que miró el mar, activo su creatividad, y produjo un beneficio.

Alguien que miró el mar, activo su creatividad y produjo un beneficio.

En 1882, Maria Beasely pensó que era momento de que las personas dejaran de morir trágicamente en accidentes marítimos e inventó las balsas salvavidas.

Es el tipo de creatividad que está de tras de la mayor parte de los productos que utilizamos.

3.-Inventiva: es la capacidad para descubrir nuevas realidades, de superar los presupuestos lógicos. Esta asociada a una gran flexibilidad perceptiva, que permite detectar nuevas relaciones entre los elementos existentes. Es el tipo de creatividad asociada a los descubrimientos científicos.  Es un tipo de creatividad que satisface la necesidad de ir más allá, de desafiar el estado de cosas.

Un ejemplo de este tipo de creatividad es Gertrude Belle Elion  bioquímica y farmacóloga estadounidense,  a quien se le debe el primer tratamiento contra la leucemia, el descubrimiento de medicamentos para tratar la malaria, la gota, la meningitis, el herpes y que en 1988 recibió el Premio Nobel de Fisiología y Medicina.

4.-Innovadora: Altera y transforma la realidad.  Una característica de este tipo de creatividad es una elevada capacidad de empatia e intuición hacia el entorno, que permite captar su esencia, sus posibilidades, las oportunidades y necesidades, y crear algo totalmente nuevo que transforma esa realidad.  Esta impulsada por un fuerte deseo de cambio, de superación del entorno.

Un ejemplo de este tipo de creatividad sería la invención de la imprenta.

La imprenta expandió la creatividad

La imprenta expandió la creatividad

5.-Emergente: Es la más revolucionaria de las caras de la creatividad, va más allá de modificar lo existente o de transformarlo, aquí se genera y crea un nuevo orden, unos nuevos principios. Es la que se asocia a los genios y tiene una clara necesidad de revolucionar y transgredir.

Un ejemplo de este tipo de creatividad es internet, que ha revolucionado muchos mercados, industrias, la economía y la sociedad en su conjunto, la forma de comunicarnos y relacionarnos, de comprar, los hábitos, etc,

 

Internet la revolución creativa

Internet la revolución creativa

Hay muchos perfiles de personas creativas, muchos campos en los que desarrollar la creatividad y muchas formas de hacerlo. Lo que es común e identifica a la clase creativa es una profunda necesidad y deseo de crear y poder desarrollar su creatividad, una búsqueda de entornos que les brinden recursos y oportunidades para hacerlo, un anhelo de que sus creaciones sean valoradas y una especial atracción por los retos y los desafíos.

Como dijo Maslow la persona creativa es una clase especial de ser humano a la que hay que dar libertad y tenerle paciencia.

Si las ciudades, los países, la sociedad y las organizaciones no entienden cómo es la clase creativa, y qué necesita, se encontrarán en un plazo no muy lejano con un nuevo éxodo en la historia: el éxodo creativo.

Las personas creativas se moverán y concentrarán en aquellas ciudades que les permitan convertir su talento creativo en una actividad económica que les reporte beneficios, que les permitan interactuar con todo tipo de perfiles creativos y acceder a todo tipo de recursos y manifestaciones creativas. En definitiva se desplazaran y concentrarán en espacios que les permitan crear y estar en permanente contacto con la diversidad creativa.

El futuro será de aquellos territorios y organizaciones que sepan atraer a los distintos perfiles creativos y darles las condiciones que necesitan para crear.

 

Autora: María Luisa de Miguel

Directora de la Escuela de Mentoring

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“En nuestro banco tenemos personas trabajando como robots. Mañana tendremos robots comportándose como personas», esta frase de John Cryan, CEO de Deutsche Bank revela la existencia de un mundo al revés. La revolución que ha supuesto la irrupción de las nuevas tecnologías, la era de la digitalización, la internetlizacion, la robótica, el big data, y su corte de algoritmos, nos ha cogido a contrapié. La reacción humana antes estos cambios tan disruptivos suele ser la clásica de paralización, huida o ataque.

Hay personas y empresas que todavía están paralizadas, que no se han adaptado a los cambios, que no saben qué hacer, por donde empezar. Otras huyen, como si fuera posible escapar a la marea de este cambio, se esconden, se agazapan en sus trincheras de lo tradicional, rehuyendo el uso de las nuevas tecnologías que han invadido su controlado mundo. Otros optan por el ataque, la visión apocalíptica, el empeño por demostrar que los humanos somos superiores, ocupándose de tareas que harían y hacen mucho mejor las máquinas, sin darse cuenta que, no sólo tienen la batalla perdida, sino que el desgaste de la lucha los dejara fuera de juego.

La antigua frase «Si caminas sólo irás rápido, si caminas acompañado llegarás más lejos» ha cobrado plena actualidad en palabras de  Erik Brynjolfsson, coautor del libro The Race Against Machine, cuando afirma que aprendiendo a correr con las máquinas llegaremos más lejos que corriendo contra ellas.

El futuro no pasa por competir con las máquinas, con la tecnología, con la revolución digital, el futuro para por la Inteligencia Híbrida (artificial +  humana), uniendo lo mejor de los dos mundos. Quizás no hemos sabido ver que la irrupción de los robots sea la oportunidad perfecta para ser más humanos, para dejar de trabajar como máquinas y comenzar a trabajar como personas. Quizás estamos ante el mayor reto del liderazgo y el trabajo en equipo, el mayor reto de la gestión de la diversidad.

¿Alguién había pensado que tendría que liderar y gestionar equipos compuestos por máquinas y personas?, ¿alguien habia pensado en tener que gestionar organizaciones en las que, a la diversidad de sexos, generaciones, culturas, se una la diversidad maquinas-humanos? El gran reto del talento será ¿cómo hacerse humanamente imprescindible en la era de la robótica? La respuesta la dió hace meses Silvia Leal en una de sus conferencias.

[box type=»warning»] «Cuanto más humanos seamos más difíciles de sustituir.” @slealm[/box]

Las empresas inteligentes serán las que sean capaces de hacer frente a todos estos retos, combinando a la perfección las aportaciones de la tecnología y las aportaciones del talento humano. Desarrollar la Inteligencia Híbrida es el futuro de las organizaciones, y todo ello pasa, por impulsar la diferenciación estratégica, la formulación de preguntas, el desarrollo de la intuición, el aprendizaje a través de modelos de experiencia, la conversación, la reflexión, la interacción y la creatividad.

 

1.- Diferenciación estratégica: Las máquinas tienen capacidad de análisis y de predicción al igual que las personas, la clave está en asignar a cada uno la parte de tarea en las que es más estratégico. Las máquinas se pueden ocupar de aquello que hacen mejor: análisis predictivos y modelos de pronóstico basados en algoritmos, big data, y uso de la inteligencia artificial. Las personas se ocuparán de aquello que las máquinas no puede hacer, como la creatividad, el uso de reglas heurísticas, la imaginación, las dinámicas grupales para intercambios de ideas, la observación participante para extraer las señales débiles del cambio. Y cómo estos otros muchos ejemplos, la estrategia ganadora será la diferenciación y asignación de tareas según la mayor aportación de valor.

2.- Las máquinas saben dar respuestas, las personas saben hacer preguntas: esta diferencia, que puede parecer simple, es altamente diferenciadora. Una máquina con todo su software de análisis datos, estadística, predicción, etc puede resolver problemas estructurados, que se repiten. Una persona está más capacitada para los problemas complejos, aquellos en los que no hay información estable, son totalmente nuevos y aglutinan multitud de variables y factores no conectados y estructurados, y ello es así porque las personas pueden  imaginar, puede anticipar el futuro y con ello plantearse preguntas para ir generando hipótesis y respuestas, para anticipar cambios y crear las condiciones y herramientas necesarias para adaptarse a ellos.

3.- Las personas utilizan la intuición para simplificar la complejidad mediante el mecanismo cognitivo de la búsqueda de patrones, su interpretación, creación de significado y soluciones rápidas que integran la diversidad, la complejidad y la globalidad. La inteligencia artificial, las máquinas y los robots no pueden intuir, y para la toma de determinadas decisiones, como las estratégicas, las que impliquen valores, cuestiones éticas, entre otras, la intuición es una herramienta imprescindible.

4.- El aprendizaje a través de la experiencia, típicamente humano, favorece el desarrollo de modelos basados en expertos que son clave para el desarrollo de habilidades e inteligencia contextual, mucho más efectiva y rápida en la adaptación al cambio, la transmisión cultural, el aprendizaje organizacional, la gestión del conocimiento tácito y experiencial, entre otros.

5.- Las personas median en el aprendizaje de otras a través de su capacidad narrativa porque es más emocional y se fija mejor en la memoria a largo plazo. Además, la comunicación, la conversación, las historias conectan nuestros mundos, y generan nuevas conexiones neuronales que regeneran el conocimiento. La transmisión del conocimiento tácito (basado en la experiencia), la transmisión cultural, el relevo generacional, no sería posible sin los relatos, las historias, y las experiencias compartidas que permiten la comunicación e interacción humanas.

6.- Reflexión + Análisis: los humanos somos capaces de analizar y de reflexionar, las máquinas solo de analizar. Si bien, en nuestra capacidad de análisis estamos limitados por el número de variables que podemos analizar y la rapidez de dicho análisis. Los algoritmos y el big data superarán nuestra capacidad de análisis pero nunca podrán competir con nuestra capacidad de reflexión. La reflexión nos permitirá aprender de la experiencia, comprender lo que está pasando, extraer conclusiones, se basa en la asimilación del todo y sus relaciones, de identificar las conexiones y darles significado. El análisis descompone en partes, y de forma lineal va examinando cada una de ellas para luego unirlas de nuevo, tiende a la búsqueda de soluciones y respuestas. Se analizan datos, hechos, lo cual pueden hacer las máquinas, se reflexiona sobre conceptos más abstractos o globalidades más complejas. Un buen trabajo en equipo robots-humanos dejará a los primeros el análisis y a las personas la reflexión. De esta simbiosis surgirán productos y servicios con mayor valor añadido.

5- Automatización + Interacción: Los robots serán idóneos para realizar todas aquellas tareas que sean repetitivas, rutinarias, que consistan en procesos de ejecución lineal, con factores predecibles y estructurados. Sin embargo, cuanto intervienen personas y son necesarias las relaciones y la comunicación, en tareas como la atención, la resolución de conflictos, la educación, la negociación, el desarrollo y aprendizaje, las habilidades interpersonales que requieren todas ellas son propiedad exclusiva de las personas. Es más, liberar a las personas de todas estas tareas automáticas y rutinarias, les permitirá liberar una ingente cantidad de tiempo y energía para dedicársela a estar con las personas, prestarles toda la atención, practicar una escucha global y profunda, realizar preguntas provocadoras, conversar, compartir ideas y generar innovación, entre otras.

6.- Creatividad e imaginación: ambas son cualidades humanas dificilmente sustituibles por las máquinas. Ambas son los recursos más poderosos de los que dispondrán las organizaciones para anticipar el futuro y darle respuestas antes de que nos arrastre, anticipar los cambios que van a suponer la entrada de los robots en las empresas y crear soluciones para que dichos cambios sean lo más ecológicos posibles y permitan una armónica convivencia robots-humanos. De momento las máquinas no tienen el don de la inspiración, la abstracción la asociación libre, la espiritualidad, que sí tienen las personas, aprovechémoslos y dotemos a las organizaciones de los cimientos necesarios para crear una arquitectura de la creatividad. 

Los robots, las máquinas, los algoritmos nos va a permitir dedicar todo nuestro tiempo a las actividades y tareas que nos hacen más humanos: pensar, imaginar, crear, idear, reflexionar, dialogar, conversar, comunicar, interactuar, relacionarnos, negociar, intercambiar conocimientos, ideas, experiencias, investigar, descubrir, cuestionar, intuir, estar con las personas y disfrutar de los momentos que la vida nos regala. Desarrollar la Inteligencia Híbrida en las organizaciones será la oportunidad para humanizar el talento, para que las personas centren sus esfuerzos en las actividades que nos diferencian y son esencialmente humanas y que, por tanto, nos hacen sentir más realizados y felices.

 

El mundo que yo veo en el futuro me gusta, y me gusta más ser parte del cambio que lo traerá, porque a través del mentoring estoy contribuyendo a hacer que el talento sea cada vez más humano.

 

¿Te apuntas a la revolución de la humanización del talento? Te espero en Escuela de Mentoring para acompañarte.

Dice Steven Pinker en su libro La Tábula Rasa que la educación es una tecnología que intenta compensar aquello para lo que la mente humana es de por sí poco apropiada. Introduzco esta referencia porque me parece de lo más oportuna para adelantar lo que pretendo defender en relación al uso de la intuición y el razonamiento en las sesiones de mentoring. Las sesiones son el escenario donde un mentor debe conseguir que su mentee ponga en funcionamiento una forma de pensar que necesariamente ha de superponerse sobre otras formas más, por decirlo así, espontáneas y primarias

No hay ningún problema en que un mentee saque a pasear a su “elefante” (símil utilizado por Jonathan Haidt y que vendría a representar el magma donde se entremezclan sentimientos irracionales, instintos, ansiedades y miedos, deseos, filias y fobias o reacciones sensoriales, todo ello revestido de intuiciones y juicios morales). Es incluso conveniente para el mentor -y para el propio mentee- que lo haga. Y es mejor que éste aparezca pronto y no demasiado tarde para no certificar la impostura del proceso, que puede acabar discurriendo por derroteros que no eran los previstos (hay personas que inician un proceso planteando un problema de falta de estrategia de liderazgo y acaban hablándote -varias sesiones después- de una desmotivación vocacional de órdago). Ello diferencia a los procesos que logran encaminarse y llegar a buen puerto de los que acaban arrojados por las olas a una playa desconocida, siempre marcada por el desahogo y la ausencia de auténtico compromiso con el cambio. En último término, el rol de confrontación del mentor -entre otros- ha de aparecer, pero a su debido tiempo. Sobre ello volveremos más adelante. 

Pero ¿cómo conseguir que un mentee pase de esa fase “elefante” a algo que podamos considerar “modo razonamiento”? Algunos expertos recomiendan que como mentores facilitemos que el mentee piense en términos “ecológicos”, como hoy en día suele decirse. Dicho de otra manera, que se imagine a sí mismo en su contexto organizacional (incluso con las caras de las personas con las que está acostumbrado a trabajar asistiendo y/o siendo partícipes de lo que hace). Esto tiene un efecto muy poderoso en el “refinamiento de la razón”. Phil Tetlock ha demostrado que nuestra forma de pensar cambia radicalmente cuando incitamos a alguien a que visualice cómo le daría explicaciones a sus compañeros, subordinados o superiores.  Dice Tetlock que a partir de ese momento automáticamente todos tendemos a pensar de manera sistemática y autovalorativa, y somos más proclives a revisar nuestras creencias en función de las evidencias. Así que si, por ejemplo, un mentee nos plantea la necesidad de utilizar el propio mentoring para planificar un proceso de relevo generacional en la dirección de su empresa (porque “intuye” que es el momento), no hay nada mejor que pedirle que desarrolle el tipo de argumentos que utilizaría para persuadir al resto de propietarios de su idoneidad y adecuación. 

En ese momento, las personas ya no se sitúan en el ancho mar de “quiero hacer lo que me pide el cuerpo”, sino en el acotado terreno de cómo voy a hacer para que ello encaje con. Y ello es porque el el entorno -continua Tetlock- tiene un efecto poderoso en la valoración de nuestro propio crédito y nuestra propia reputación. Lo cual, a su vez, estaría condicionado por nuestra profunda necesidad de mantener redes de cooperación y afiliación (el instinto de supervivencia manda, precisamente). Este es el criterio que ciertas personas ponen por encima de todo lo demás para obligarse ellas mismas a buscar causas y efectos, acciones y resultados. Es decir, para introducir la razón en el proceso, ni más ni menos.

Así es. Explicitar aquello que está en lo inconsciente es fundamental en un proceso de mentoring porque permite al mentee valorar si lo que desea, aquello a lo que aspira, puede tener lugar en el escenario en el que desenvuelve su vida profesional. Hay que valorar cuál es la magnitud de esa confrontación y determinar la dimensión del “salto” que hay que dar. Y hay que determinar en qué medida el deseo ha encontrado el lugar de su realización o bien debe ser pospuesto y demorado, o en qué medida ha ser transformado o más bien finalmente nunca podrá ser resuelto en los términos enunciados por el mentee (y en relación a ese contexto en concreto). 

Algunos psicólogos sociales están investigando arduamente sobre esa relación individuo-contexto de afiliación o pertenencia a la que nos hemos referido, llegando a conclusiones que nos ponen a los que tendemos a racionalizar en exceso entre la espada y la pared. Politólogos como Donald Kinder han demostrado la influencia de los grupos de referencia (políticos, religiosos o identitarios) en la conformación de las opiniones, aspiraciones y actitudes políticas. Más gente de la que nos imaginamos no se pregunta ¿cómo me beneficia esto? sino ¿cómo beneficia esto a mi grupo? En una línea similar, la conformación de las ideas, actitudes y opiniones en el seno de las organizaciones ha sido también analizada por diversos expertos, y de ello yo mismo he dado cuenta en este otro artículo. Así que muchos mentees estarán implícitamente preguntándose durante una sesión (y seguramente más veces de las que nos imaginamos) ¿cómo me beneficia esto a mí en relación a mi grupo? ¿Fortalece mi posición en su seno? ¿Me asegura una mayor aceptación, un mayor prestigio, una mejor posición? 

El “truco” -en el contexto de un proceso de mentoring- no está en pedirle a una persona que se amolde a un corriente de opinión dominante sino en incitarle precisamente a desarrollar una estrategia de adaptación “victoriosa” dentro de ese contexto. Lo cual nos lleva a la reflexión de que muchas personas están pensando en el que “pensarán de mí si hago esto” a la hora de tomar una decisión. Como derivada de lo anterior entra en juego el cómo conseguiré persuadirles. Esto es algo que debe ser sondeado por el mentor, para valorar el alcance de su influencia (la de la necesidad de persuadir, convencer y ser aceptado por el grupo de referencia) en el mentee. La buena noticia es que podemos utilizarlo a favor del proceso. Y de forma muy efectiva.

Por otra parte, David Perkins ha concluido que las personas invierten su cociente intelectual (y cuanto más alto, más acusada es la tendencia) en reforzar su “propio caso” en lugar de explorar todo el asunto de manera más completa e imparcial (recordemos que Wason llamó a esto sesgo de confirmación). Es decir, tienden a buscar pruebas confirmatorias y no de refutación de su tesis (y la tesis del asunto puede ser, simplemente, el “porque yo lo valgo”). Un mentor, ante esto, debe situar al mentee en un lugar donde también pueda ver “vientos en contra”, lo que viene a ser la prueba del algodón del razonamiento bien afilado y construido. Por ejemplo, una aspiración de promoción jerárquica debe confrontarse con la disponibilidad de vacantes. Y una aspiración de promoción funcional (a la dirección de otro departamento) deberá de ser confrontada con el bagaje del conocimiento técnico y organizacional del aspirante. 

En la misma línea -y complementaria y paradójicamente con lo anteriormente comentado- las alternativas de proyecto profesional también deben ser valoradas por el propio mentee. El mentor ha de hacer las preguntas adecuadas para que lo haga en las mejores condiciones. En ocasiones (no pocas) la tentación (casi el instinto) de romper con una relación de dependencia contractual están presentes (aunque no se verbalice). El día a día socava las relaciones y el cansancio vital acaba transfiriéndose al ámbito profesional (así que cuidado con la etapa de ciclo de vida laboral en que se encuentra el mentee). Hay muchas cosas -de índole estrictamente personal, también- que pueden ocurrir a lo largo de 35 años. He conocido a funcionarios quejarse ad libitum de los límites que establece el inventario de puestos de la Administración. A alguno le he preguntado cuál es la alternativa a ello. Lo cierto es que en muchas ocasiones no he encontrado respuesta convincente (aunque algunos sí se hayan lanzado a realizar proyectos profesionales al margen de la función pública). 

Establecer esa confrontación entre el deseo y la realidad es inevitable (evidentemente, hay que saber cómo hacerlo y sobre todo cuándo hacerlo). Básicamente porque sondea la consistencia de las aspiraciones del mentee. Repito, su consistencia, elemento crítico del proceso. Y si son lo suficientemente consistentes, no tengamos ninguna duda de que esas aspiraciones sabrán “cómo salir adelante” de los aprietos en que podamos meterlas. Pero ya moldeadas por el filtro del razonamiento.

Ante todo este cúmulo de evidencias y paradojas cabe preguntarse qué debemos de hacer como mentores. Como tantas otras veces, hay una respuesta fácil con una aplicación no tan sencilla: saber en que momento debe entrar en juego cada una de las dimensiones de nuestro rol como profesionales, ni más ni menos. Para ello, por supuesto, es necesario contar con un modelo. La validez del mismo se demuestra cuando observas a muchos mentores noveles progresar sensiblemente en su trabajo gracias a la consolidación de un esquema mental que les indica qué hacer y cuándo. Por ejemplo, sabiendo que se puede acompañar e indagar en el elefante, pero que la racionalidad debe ser asentada explorando opciones o confrontando para hacer viable el encaje entre aspiraciones y posibilidades.

Autor: Lucas Ricoy

Mentor y Responsable Area Investigación Escuela de Mentoring