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Esta entrevista a Inaki Gabilondo, publicada en el Diario La Nueva España el 13 de Noviembre, es, en sí misma, todo un oráculo de sabiduría y aprendizaje y, además, una masterclass de mentoring.

He extraído de la misma algunas respuestas, que Iñaki Gabilondo comparte con su entrevistador, que considero tienen mucho que ven con lo que es la práctica del mentoring y lo que deben, y no deben, hacer los mentores y mentoras si realmente quiere potenciar el aprendizaje y el desarrollo de sus mentees.

1.- «Nadie consigue hacerse entender si previamente no ha entendido», lo que revela la importancia de la reflexión para tener claridad y orden mental y luego poder transmitir lo que realmente queremos y hacer más fácil el camino para entendernos y lograrlo.

Realmente el mentoring es una conversación reflexiva ,que guía el mentor para facilitar el pensamiento de su mentee. Una conversación que pretende ser un modelo de la conversación interna que nos ayuda a entendernos mejor, entender mejor a los demás, las situaciones, las experiencias y el mundo en general. Todo ello con el único fin de tomar mejores decisiones para lograr nuestras metas y realizarnos personal y profesionalmente.

2.-«Los historiadores tienen la ventaja de que observan la coyuntura con perspectiva, mientras los periodistas estamos inmersos en la coyuntura. Los historiadores tienen distancia y perspectiva y eso les da una gran dimensión a sus análisis.»

Esta respuesta revela la importancia de tomar distancia de nuestra propia experiencia y perspectiva, algo que nos cuesta mucho, por eso el mentoring funciona tan bien para facilitar los procesos de aprendizaje, cambio y desarrollo: porque en frente tenemos a otra persona que nos ayuda a tomar esa distancia, que nos hace de caja de resonancia, que nos ayuda a ver las cosas desde diferentes puntos de vista, a través de preguntas que nos hace reflexionar, de historias que nos ayudan a ver otras opciones. Todo ello contribuye a que profundicemos en el análisis de nuestras experiencias y podamos ver en ellas más matices, más sutilezas, más detalles, para convertirlas en una fuente de aprendizaje.

Cuando estamos inmersos en el día a día es difícil levantar la vista y tomar perspectiva. Para tomar buenas decisiones es importante estar en la plaza pero también en el balcón, salirnos de la vorágine del hacer y el bullicio de la plazo y subir al balcón a reflexionar, a ver las cosas desde otra ángulo, con más perspectiva y visión. Cada sesión de mentoring debe ser una oportunidad para que el mentee suba al balcón de su vida y la contemple desde allí, para luego bajar a la plaza y actuar con más consciencia y reflexividad.

3.- «La gente no habla si no se siente escuchada. Ese periodista que lanza una pregunta, tú empiezas a responder y él enseguida se pone a ver su guion para ver cuál es la siguiente pregunta que tiene que hacer… es alguien que no escucha.»

En la metodología Integral Generative Mentoring hablamos de las preguntas al hilo, al hilo de las respuestas del mentee, que le van ayudando a degranar su pensamiento, a contemplarlo con más amplitud y profundidad, a clarificarlo. Por eso no hay guiones de preguntas, el mentoring es una conversación abierta a la experiencia, a lo que el mentee trae y dice en el aquí y ahora. Las sesiones de mentoring no se planifican, se acude a ellas con apertura, acogiendo lo que el mentee dice, escuchándolo con interés y profundidad para poder hacer preguntas de calidad que mejora su pensamiento, aprendizaje y toma de decisiones.

Para hacer preguntas al hilo es necesario escuchar con calidad y no estar pensando en la pregunta magistral que voy a hacer. Si hacemos preguntas desconectadas de las respuestas del mentee, este, en su inconsciente, detecta que no está siendo escuchado y no siente el deseo de seguir compartiendo. Cuándo esto ocurre no solo se interrumpe el flujo de una conversación, sino también el flujo del pensamiento.

4.- Cuando teníamos las respuestas, nos cambiaron las preguntas.

Es importante acudir y estar en la sesión de mentoring sin prejuicios, sin etiquetas, sin creer que sabemos lo que va a pasar, o cómo va a venir el mentee o lo que nos va a preguntar, de lo contrario perdemos la oportunidad de dejarnos sorprender, de dejarnos guiar por él, de que sea el quien realmente decida de qué hablar, que se muestre, que nos vaya revelando distintas partes de sí. Si no estamos dispuestos a cambiar las preguntas, a hacer preguntas al hilo, estaremos limitando el desarrollo de nuestros mentees.

Además, esto es lo que nos permite realizar preguntas provocadoras y generativas, que son aquellas para las que el mentee no tiene respuesta inmediata, porque no la sabe, la tiene que buscar, que crear, y al hacerlo está aprendiendo, actualizando su inteligencia, renovando su conocimiento sobre sí mismo y sobre el mundo.

5- «Todos los que he entrevistado sabían más que yo. Si tú has escrito un libro y vamos a hablar sobre él, es que sabes más que yo, ¿no? Bueno, pues mi obligación es leerme el libro, todo el libro, y luego hacerte preguntas. Eso se llama respeto.»

Un mentor tiene que estar convencido de que la persona que tiene enfrente es la mayor experta en sí misma. Que realmente sabe lo que quiere, sabe cómo conseguirlo, solo necesita que le hagan las preguntas adecuadas para que esa sabiduría salga a la luz y pueda usarla para tomar las decisiones adecuadas.

Nuestra obligación es escuchar, con suma atención e interés, el libro que todo ser humano tiene dentro, para hacer surgir de él su hilo argumental, su propósito, los personajes principales, los retos y los obstáculos, trabajando con todo ello para que la persona narre su mejor novela.

El mayor error que podemos cometer es creer que sabemos más que nuestro mentee, que sabemos lo que quiere, necesita o le conviene. Por eso el mentor que habla más que escucha y pregunta es un mentor que no respeta la sabiduría de su mentee.

Es el cliente quién sabe qué es lo que le afecta, hacia dónde dirigirse, cuáles son sus problemas fundamentales y cuáles sus experiencias olvidadas. A menos que yo necesite demostrar mi inteligencia y mis conocimientos, lo mejor es confiar en la dirección que el cliente mismo imprime al proceso.” Carl Rogers

6.- ¿Qué significa para usted que un presidente no esté dispuesto a responder preguntas? A sus preguntas, en este caso. «A mí me parece fatal. Pero eso no tiene que ver conmigo, tiene que ver con nuestros oyentes. O sea: Aznar no me despreció a mí. Aznar despreció a nuestros oyentes.»

Un mentor debe saber poner las cosas en contexto, ir más allá de lo aparente y sobre todo no tomarse las cosas a título personal. Sostener con humildad y empatía muchas respuestas de su mentee, que no espera, no le agradan, le incomodan o le hacen sentir mal. Hace poco menos de un mes, en una de las conferencias que impartí sobre mentoring, una de las asistentes me pregunto ¿ y que haces si tu mentee el primer día te dice que no cree que pueda aprender nada de ti? Le contesté «sostener la respuesta», acogerla y preguntarte ¿qué puede haber llevado a esta persona a creer que no puede aprender nada de mí? ¿realmente está hablando de mí o está hablando del aprendizaje en general o de malas experiencias anteriores con procesos similares de aprendizaje?

Estar centrado en tu rol, en la función que ejerces, en el «para que» de la misma, tener presente ¿a quién sirves? ayuda mucho a despersonalizar, contextualizar y ver las cosas desde otro ángulo, aquel que permite ser más empático y asertivo.

7.- ¿Cree que la opinión ha contaminado al periodismo? «Tal vez la sobredosis de opinión. Porque para un medio hacer opinión es más barato que hacer información. Tal vez por eso hoy el universo de los opinadores se ha extendido.»

Hace ya algún tiempo publique dos artículos sobre la equivocada idea de considerar el mentoring una mera transmisión de experiencia y de conocimientos. En uno, hablaba de la necesidad de hacer más preguntas y dar menos consejos y, en otro, de que una visión del mentoring y el aprendizaje basada en la transmisión de conocimientos es anacrónica y limitante.

Realmente opinar, decirle a otra persona lo que tiene que hacer, indicarle cómo lo harías tú, o cómo lo hiciste, es más fácil que escuchar con atención y profundidad para realizar las preguntas que le ayudan a obtener sus propias respuestas. Por eso, los mentores opinadores, expertos y consejeros proliferan por todas partes; por eso muchos buscan cursos rápidos, fáciles y sencillos en los que, con pocas horas y poco esfuerzo, obtener un diploma que los certifica como mentores; por eso pocos están dispuestos a pasar por un proceso de transformación en el que dejar de deslumbrar para aprender a alumbrar.

Sin embargo darle a otro las respuestas, por muy buenas que sean y muy basadas en la experiencia que estén, no amplia su inteligencia, la deja como está; no fomenta la autonomía sino la dependencia; no contribuye a regenerar el conocimiento, sino que lo mantiene donde esta.

Un mentor debe ser curioso, estar abierto a la experiencia de aprender en todo lugar, en todo momento y de toda persona. Para aprender hay que preguntar y reflexionar, conectar lo nuevo con lo antiguo, lo mío con lo tuyo. Hoy a mi Iñaki Gabilondo me ha dado todo una lección de mentoring a través del oficio del periodismo y su visión del mismo.

 

Autora: Mª Luisa de Miguel
Directora Escuela de Mentoring

Necesitamos aprender a crear sentido en un entorno VUCA caracterizado por la volatilidad o cambio constante, la complejidad, la ambigüedad y la incertidumbre, porque sino corremos el peligro de quedar atrapados en una maraña de información, en una duda constante acerca de lo que es verdad y lo que no lo es, lo que es útil o no, lo que es relevante o no y lo que necesito o es superfluo para mis objetivos.

Los cambios cada vez son más rápidos con lo que necesitamos poder responder a ellos de forma más ágil, sin embargo, el maremágnum de información al que nos enfrentamos para tomar decisiones, su diversidad en cuanto a fuentes de procedencia, soportes, canales, etc., y, su ambigüedad, nos acaba complicando la vida y generándonos una gran incertidumbre. No tenemos tiempo para poder analizar toda esa información, dudamos de a cuál atender y a cuál no, nos encontramos, no solo con informaciones totalmente contradictorias o que se desdicen las unas a las otras, sino también con numerosas fake news. 

En el siglo pasado tuvo gran calado la frase atribuida a Frances Bacon «la información es poder» y en aquel entonces era cierto, siempre que supiéramos usarla adecuadamente, porque el acceso a ella no estaba al alcance de todos. Aunque hoy en día siguen existiendo nodos de información vedada o privilegiada, el problema no está tanto en el acceso a la información sino en su selección y aplicación. En la actualidad el gran reto es transformar los datos en información y ésta en conocimiento para su aplicación a la situación concreta en la que estamos inmersos y que nos impele a tomar una decisión, dar una respuesta, resolver un problema, aportar una idea. Aún diría más, el gran reto en la era de la complejidad es desarrollar la sabiduría, que va más allá del conocimiento.La cuestión es: ¿sabemos diferenciar la información valiosa de la que no lo es? ¿sabemos identificar la que es relevante para nuestra decisión y la que no? ¿sabemos contrastar la veracidad de una informacion? ¿sabemos crear sentido a partir de las situaciones, la información disponible y nuestros objetivos?

Según el Institute for the Future (IFTF) for the University of Phoenix la educación mediática será una de las competencias profesionales clave en los próximos años, junto con el pensamiento innovador y adaptativo, ser capaz de tomar decisiones con sentido, la gestión del conocimiento y la transdisciplinariedad, entre otras. Para todas ellas, por cierto, es necesario partir de una buena educación mediática, que en un sentido amplio consiste en desarrollar la capacidad de analizar, evaluar, contrastar, reflexionar crítica y creativamente la información que utilizamos para realizar tareas, proyectos, informes, escribir, opinar, tomar decisiones, dar conferencias, impartir cursos, etc.

Si bien la educación mediática ha surgido en el ámbito de la educación impulsada por la UNESCO y se centra mucho en el análisis de información procedente de las redes sociales, buscadores en internet y medios de comunicación, considero que se trata de una competencia clave en cualquier ámbito y, especialmente, en el profesional y en el mundo organizacional, además de aplicable a todo tipo de información, incluida la que recibimos en cursos, conferencias, libros, conversaciones con otras personas, artículos, etc. La información y los mensajes que recibimos desde cualquier fuente o canal mediatizan nuestro pensamiento, nuestras decisiones y nuestras acciones, por tanto, mediatizan nuestra vida. La educación mediática nos ayuda a desarrollar lo que en la metodología INTEGRAL GENERATIVE MENTORING llamamos mediación consciente y crítica para evitar dejarnos llevar de una forma inconsciente y acrítica por las opiniones, consejos, ideas, puntos de vista de los demás, y construir nuestro propio criterio, significado y sentido. La educación mediática utiliza un modelo pedagógico basado en las preguntas sobre lo que vemos, escuchamos y leemos. Un modelo que puede ser aplicado incluso a nuestro propio discurso, algo que hacemos los mentores en la sesiones de mentoring con nuestros clientes. Hasta tal punto es importante esta competencia que se la considera crucial para lograr el empoderamiento personal, la reactivación de la sociedad civil y el empoderamiento de la ciudadanía en el actual contexto comunicativo.

 

Por ello me gustaría compartir contigo algunos consejos para comenzar a desarrollar la educación mediática y aprender a ser un filtro informativo efectivo. La habilidad base será realizar preguntas a la información que recibes sea en una conversación, un comentario en RRSS, una conferencia, la televisión, radio, prensa, un artículo en un blog, un libro, etc.

1.- ¿Quién?:  De quién te llega y quién es su autor. ¿Quién aporta o traslada la información habla en primera persona o en tercera o por boca de otros? A veces utilizamos la tercera persona o el plural nosotros ocultando nuestra autoría o nuestro posicionamiento para que quede diluido entre la masa, o bien nos incluimos en ella para atribuirnos parte de la autoría de otros.

Es importante conocer si de quien recibo la información es su autor, habla por boca de otros o reproduce mensajes de otros y en este caso de quién. Y todo ello para pasar a preguntarnos ¿Qué credibilidad tiene la fuente de la autoría de la información? ¿De donde procede esa credibilidad? ¿En qué está basada? Si en un curso de formación estoy hablando de liderazgo lo estoy haciendo desde la experiencia personal de haber liderado equipos o desde haber leído varios libros, y en este caso, de qué autores. La credibilidad no es la misma y la utilidad de la información tampoco.

No olvides que ninguna información o mensaje es neutral, todos hablamos desde un posicionamiento ideológico, que es nuestro mapa del mundo, nuestros valores y creencias y esto nos sesga a la hora de obtener información, de interpretarla, de procesarla, usarla y  transmitirla. En el ejemplo anterior, no es lo mismo hablar del liderazgo desde un mapa del mundo del «lider nace» a un mapa del mundo «el líder se hace» o «lider puede ser cualquiera» o para ser «líder hace falta carisma». Asegúrate de preguntarte siempre e indagar quién te aporta la información y desde donde habla quien habla, es decir, desde que valores, creencias, puntos de vista, enfoques, etc.

2.-¿Para que? ¿Cuál es el propósito de esa información o mensaje? Sobré qué, quiénes o para qué quiere influir. Como señalaba en un artículo de hace años en este blog, no solo es imposible no comunicar sino que es imposible no influir. 

La influencia es una carretera de doble sentido influimos y nos influyen, el quid de la cuestión es hacer ambas de forma consciente y responsable. Si no queremos ser influidos inconscientemente, es decir, mediatizados y dirigidos, tenemos que aprender a cuestionar la información que utilizamos y los mensajes que recibimos, incluidos los que nosotros mismos generamos.

En este punto es importante preguntarse, además de por el propósito, por el beneficio e interés de la información o el mensaje. ¿A quién beneficia seguir el mensaje o utilizar esa información? ¿A qué intereses responde? Esa idea que a menudo nos venden que ser tu propio jefe te hace feliz para incentivar el emprendimiento ¿realmente es así para todos? Si quien te lo dice se dedica a vender cursos para emprendedores quizás esté más interesado en su felicidad que en la tuya. ¿En qué datos se apoya la afirmación?

3.-¿Cómo me ha llegado?: No es lo mismo una información sobre las claves para ser feliz publicada en facebook, por no se sabe quien o se sabe pero mejor sería no saberlo, que la publicada en una base de datos científica o en el blog de una persona experta en el tema. En el cómo incluiría el cuándo me ha llegado, porque a veces los contextos en los que se genera y transmite determinada información nos influyen más de lo que creemos. Cada vez que se genera o crea una necesidad social aparecen los mensajes para reforzarla. El ejemplo del fomento del emprendimiento y la felicidad es recurrente cada vez que se producen crisis en las que la amenaza del desempleo o las oleadas de reducciones de puestos en grandes empresas están a la vuelta de la esquina.

Pregúntate si sólo es lo que quieres oír, lo que quieres ver o te ayuda a ver otras cosas que quizás necesites contemplar. Ser tu propio abogado/a del diablo y conocer la influencia de los sesgos cognitivos que nos generan puntos ciegos, te serán de gran utilidad

4.-¿Cómo se ha generado? : es decir de qué fuentes bebe la información, ¿cómo son de fiables y rigurosas? ¿en que datos y hechos se basa?, ¿cómo están de contrastados o comprobados?, ¿como son de aplicables a la situación que describe?, ¿cómo están documentados,? ¿cuál es su estadística?

Somete la información a las 3 pruebas, que la filósofa Susan Sontag utilizaba para refutar argumentos, algo que ponemos en práctica en la metodología de mentoring que enseñamos en nuestras certificaciones.

-Encuentra la inconsistencia, es decir, la falta de lógica o conexión entre la situación y la conclusión. Algo bastante frecuente en muchas opiniones, artículos y mensajes que nos encontramos en rrss, blogs, conferencias, etc., en los que a partir de una experiencia personal o de un sólo hecho se deriva una conclusión general, o cuando afirmamos algo como un hecho sin basarlo en datos reales o con datos insuficientes o erróneos. El anterior ejemplo de «ser tu propio jefe te hará feliz» pude ser un ejemplo muy básico pero muy ilustrativo.

-Encuentra el contraargumentoes decir, la información o hechos que refutan la idea, afirmación u opinión que estas manejando. Este ha sido uno de mis grandes aprendizajes cuando realice mi trabajo de suficiencia investigadora. Mis borradores revisados contenían unas cuantas bofetadas de contraargumentación por parte de mis dos directoras de tesis. Cada vez que escribo me acuerdo de ellas y busco el contraargumento.

Ejemplos: A raíz del confinamiento podrás encontrarte miles de artículos, mensajes en rrss, entrevistas en tv y radio acerca de los beneficios del teletrabajo. ¿Y los perjuicios, desventajas o pérdidas?; Una afirmación que te puedes encontrar en múltiples artículos es que «las emociones negativas afectan negativamente a tu rendimiento», sin embargo, grandes obras de arte, importantes cambios sociales han surgido de la tristeza o la ira, por poner un ejemplo.

Casi todo tiene una doble cara o visión, procura no olvidarlo y búscala siempre.

-Encuentra un contexto más amplio, no te quedes en lo específico, lo personal, lo cultural, lo inmediato. Intenta ver todo el panorama.  La dexcontextualización es peligrosa para el pensamiento, el aprendizaje y la toma de decisiones. Cada vez es más frecuente la utilización de fotos descontextualizadas, es decir, que no se corresponden con el titula o texto de la información. Por ejemplo, una foto compartida en redes sociales, durante los meses más difíciles de la pandemia, de decenas de ataúdes alineados indicaba que se trataba de muertos por coronavirus en Italia; aunque ciertamente se trataba de una foto tomada en Italia, databa en realidad de octubre de 2013, cuando decenas de inmigrantes subsaharianos fallecieron ahogados mientras intentaban alcanzar las costas de Lampedusa.

En este sentido cuidado especialmente con quedarte solo en el título o dejarte deslumbrar por la seguridad, contundencia, emocionalidad, energía, intensidad, atractivo o influencia de quien lo dice. O cuidado con trasladar afirmaciones, mensajes, propuestas o soluciones, sin una lectura contextual adecuada, de un campo a otro. Puedes aplicar las claves de la contextología que explicaba en este artículo a la búsqueda, filtrado, uso y aplicación de la informacion.En un mundo en que la imagen es poderosa y el «mensaje tweet» la norma, el peligro de la descontextualización está por todas partes.

5.- ¿Qué no dice y por que?:  Esto es clave para detectar la propaganda, la censura y la tendencia así como las razones de su utilización. ¿Qué información se está excluyendo? ¿Que mensaje, opinión o punto vista no se está teniendo en cuenta? Lo ya citado en torno a las noticas sobre las ventajas del teletrabajo y la ocultación de sus perjuicios, sirve de ejemplo para este caso.

Podría haber muchas más preguntas, lo importante es empezar a hacerlas pues es la única forma de transformar el consumo de información en un proceso activo y crítico, que nos sirva de filtro para evitar la manipulación, la tergiversación, la estupidez y la mediocridad. La creación de un criterio propio para tomar decisiones se construye a través del acceso a una amplitud y diversidad de fuentes de información y la selección y análisis crítico de las mismas a través de las preguntas. Así se desarrolla la educación mediática, una capacidad que gana en agilidad con su entrenamiento constante. La educación mediática provee herramientas para ayudar a las personas a analizar mensajes de manera crítica, ofrece oportunidades para expandir nuestras experiencias con la información, desarrollar sus capacidades creativas creando nuestros propios mensajes, encontrando nuestra propia voz.

Si vas a hacer caso a una información, si la vas a tener en cuenta, si vas a dejar que entre en tu vida, si la vas a usar o la vas a transmitir o compartir que sea con conocimiento de causa. La educación mediática te ayuda a desarrollar un criterio propio que te servirá de filtro para decidir, actuar y guiar tu vida con conocimiento de causa.

Autora: Mª Luisa de Miguel

Directora Ejecutiva Escuela de Mentoring

Autora libro «Mentoring, un modelo de aprendizaje para la excelencia personal y organizacional» Ediciones Pirámide 2019

Los que nos definimos como facilitadores del aprendizaje tenemos un norte que nos guía: hacer el aprendizaje significativo para las personas con las que trabajamos. Sólo así se permite la expansión del potencial y que éste se convierta en talento.

Hace ya más de 50 años, David Ausubel desarrollo la Teoría del Aprendizaje Significativo con el objetivo de conocer y explicar las condiciones y propiedades que hacen que el aprendizaje provoque cambios cognitivos estables y duraderos en el tiempo, que permitan a la persona dotar de sentido y significado, individual y social, a los nuevos conocimientos adquiridos.

En todo proceso de aprendizaje se produce el encuentro de dos mundos: el mundo de los conocimientos, creencias, valores, contextos que trae el aprendiz y el mundo de los nuevos conocimientos, creencias, valores y contextos nuevos a los que se enfrenta o se ve expuesto. En ese encuentro, y tal y como señalo Piaget, caben tres posibilidades:

  • Asimilación, mantenerse aferrado a los conocimientos e ideas previos
  • Acomodación, adoptar acríticamente los nuevos conocimientos sin ningún proceso de reflexión y adaptación previos
  • Adaptación Inteligente o equilibrio entre los esquemas previos y los nuevos, realizando una reflexión y reestructuración del conocimiento para responder óptimamente a las necesidades internas y externas.

La adaptación inteligente de Piaget es el aprendizaje significativo, un conocimiento emergente, más rico, evolucionado , que es fruto de la fusión de lo que el aprendiz trae y de lo nuevo que ha adquirido. Cuando el aprendizaje es significativo no sólo se aprende sino que se sientan las bases para aprender mejor en el futuro. El verdadero aprendizaje no es la sustitución de unos conocimientos por otros, sino la conexión de conocimientos que construyen nuevo conocimiento.

El aprendizaje significativo es aquel que provoca un cambio duradero, porque supone un aprendizaje importante en la vida de quién lo adquiere, es decir, es un aprendizaje útil para él, le aporta un beneficio claro y medible, es aplicable de forma concreta en su vida, tiene un efecto a largo plazo en el tiempo, y le supone un cambio que implica una mejora en su vida. Va mucho más allá de adquirir nuevos conocimientos, de realizar dinámicas y prácticas divertidas, estoy hablando de un aprendizaje relevante y con impacto resonante en el tiempo.

El aprendizaje significativo cambia la forma de pensar, de sentir y de actuar. Cambia el comportamiento y por tanto los resultados. Además fomenta y desarrolla el auto aprendizaje. El aprendizaje significativo es una experiencia cognitiva y emocional. La integración constructiva de pensar, hacer y sentir constituye el eje fundamental del engrandecimiento humano.

Para que se produzca aprendizaje significativo han de darse dos condiciones fundamentales:

– Actitud abierta del aprendiz para aprender de manera significativa. Así como una actitud crítica que le impulsé a analizar desde distintas perspectivas los contenidos que se le presentan, a valorarlos y contemplarlos  desde diferentes puntos de vista, y a trabajar activamente para atribuirles significados y no limitarse simplemente a adquirirlos.

Habilidad de facilitador del aprendizaje para hacerlo potencialmente significativo. Esto requiere que los contenidos y prácticas utilizados estén relacionados y sean relevantes para el que aprende. Y además, que el facilitador ayude a conectar los nuevos conocimientos con los que ya posee el alumno, para lo cual será necesario indagar y conectar con sus motivaciones, intereses y necesidades.

Cono del aprendizaje de Edgar Dole

Cono del aprendizaje de Edgar Dole

¿Qué estrategias podemos utilizar como facilitadores para propiciar un aprendizaje significativo?

1.- Promover la apertura del aprendiz hacia el aprendizaje.

Nuestro primer contacto con las personas que vienen a aprender debe facilitar su apertura, para ello jugar con las emociones positivas de la sorpresa, la alegría y el interés son una apuesta segura. Hace unos días impartí una charla sobre «Coaching y Talento» a alumnos de primero de carera de Ingeniería Industrial. En sus pupitres les esperaba un globo de distintos colores que en seguida despertó su interés, que mantuve pidiéndoles que no lo inflarán porque se perderían la sorpresa final.

El simple hecho de encontrarse con algo que no es habitual en sus clases, con colores vivos que despiertan el entusiasmo, y generar una expectativa sorpresa futura, ya hace que se despierte su interés y con ello una mayor apertura.

Las dinámicas de caldeamiento son una pieza fundamental para facilitar la apertura hacia el aprendizaje, permiten entrar en calor, crear un clima de apertura, generar emociones positivas que expanden el aprendizaje. El caldeamiento es una técnica dirigida a centrar al grupo en la tarea de aprender, cohesionarlo y facilitar que emerge el aprendizaje favoreciendo la creatividad, desinhibición y espontaneidad.

2.- Cuestionar el estatus quo del conocimiento

El facilitador debe promover el cuestionamiento, lanzando preguntas que pongan a prueba sus propias teorías y conocimientos, fomentando el espíritu crítico y la reflexión, para evitar el aprendizaje automático o asimilación de conocimientos.

Enseñar de forma condicional, abriendo paso a la duda para generar debate y creación de nuevo conocimiento. Extrapolando las ideas a otros contextos para ver si se sostienen o como deben ser reelaboradas.

El facilitador debe fomentar la rebeldía académica con su propio ejemplo, no seguir patrones sin más, incitar a que le rebatan y le cuestionen.  Retar a los alumnos y hacerlos salir de su zona de confort es otra de las estrategias para hacer el aprendizaje más significativo.

3.- Manejar la diversidad y variabilidad de estímulos

Para mantener la motivación, despertar continuamente el interés, evitar las distracciones es necesario que el facilitador presente los contenidos utilizando distintos tipos de estímulos, sistemas de aprendizaje, ritmos.

Utilizar colores, diferentes formatos de presentación, cambiar las ubicaciones en el aula, los ritmos de la voz, mover a los participantes, utilizar música, imágenes, videos, historias, juegos, competiciones, mapas mentales, construcción de figuras, etc.

La introducción adecuada de estímulos varios, que trabajen los distintos sistemas de representación (visual, kinestesico, auditivo) y los 4 estilos de aprendizaje según David Kolb (conceptual, experiencial, reflexivo y activo), genera momentos de sorpresa e interés que permiten recuperar la atención o evitar que esta se pierda.

4.- Hacer relevante el aprendizaje para el que aprende

Lo relevante es lo que conecta con nosotros, con nuestra vida, con lo que realmente nos importa, con lo que necesitamos. Esto es lo que recordamos con más facilidad, y por tanto, lo que nos resulta más fácil de aprender.

Para hacer relevante el aprendizaje tenemos que conectar los contenidos con la experiencia real e individual del aprendiz, con sus intereses y necesidades. Para ello es fundamental hacerle participe, permitirle que juegue con los conocimientos y contenidos, que los lleve a su terreno, que les busque posibilidades. Aquí la empatía y el arte de preguntar del facilitador son una pieza clave para poder entrar en el mundo del aprendiz, y luego plantear hipótesis, situaciones simuladas que puedan darse en su vida y ver como aplicaría en ellas los conocimientos adquiridos.

Estimular la creatividad del alumno para que establezca los vínculos entre la información que se presenta y su experiencia, también ayuda a hacer relevante el aprendizaje. Favoreciendo la observación de los detalles, impulsando el descubrimiento de aspectos ocultos o poco frecuentes, potenciando la búsqueda de las diferencias, las lagunas, las incoherencias, las excepciones.

5.- Elevar el nivel de consciencia a través del feedback

Experimentar los conocimientos de forma activa a través del rol playing o de la escenificación guiada por el facilitador, permitiendo al que participa activamente observarse y realizar un autofeedback para elevar su nivel de consciencia. Completar este proceso con el feedback del resto de los participantes observadores para ampliar las perspectivas y el nivel de consciencia sobre zonas oscuras y desconocidas.

Los que observan también aprenden de la experiencia del que actúa, realizando una transferencia a su propias situaciones, haciendo relevante el aprendizaje. Viendo como actúan otros se exploran nuevas opciones de comportamiento y se pueden realizar comparaciones y evaluaciones con el propio comportamiento,  que dan lugar a la incorporación de mejoras, el reforzamiento de estrategias exitosas o la desactivación de conductas poco efectivas.

Toda dinámica de aprendizaje debe finalizar con un proceso de triple feedback: primero permitiendo el autofeedback del alumno, segundo propiciando el feedback del resto de los compañeros y por último cerrando con el feedback del facilitador para integrar y consolidar de forma consciente y óptima los aprendizajes.

Además de estos 5 pasos es fundamental para que el aprendizaje sea significativo que la formación a impartir tenga un objetivo claro de aprendizaje, y que se diseñe como un proceso en el que se van conectando gradualmente unos aprendizajes con otros, generandose enlaces conceptuales, y que no se trate por tanto de conceptos, conocimientos y prácticas aisladas entre si. La claridad en la meta de aprendizaje activa la motivación para aprender, y el diseño de la formación como un proceso en el que se avanza hacia la meta de aprendizaje contribuye a mantener dicha motivación y a integrar más el aprendizaje.

Sólo el aprendizaje significativo facilita el desarrollo del talento.

 

Autora: Mª Luisa de Miguel

Directora Ejecutiva de la Escuela de Mentoring

Autora libro “Mentoring, un modelo de aprendizaje para la excelencia personal y organizacional”. Ediciones Pirámide 2019

“Cuando creemos que conocemos todas las respuestas, llega la vida y nos cambia las preguntas”

Con la velocidad a la que va el mundo, los cambios que se suceden, el exceso de información, y la hiperestimulación a la que estamos sometidos, es fácil perder el foco, y después el norte, y de ahí el sentido, y a veces hasta la existencia. Nuestro equilibrio vital está en peligro constante y,  probablemente, aunque todavía no lo hayamos sentido o no nos hayamos dado cuenta, sea nuestro bien más preciado en la vida.

Sin el equilibrio no podemos lograr la equanimidad, esa «rara avis» tan huidiza, misteriosa, insólita, inalcalzable, que nos abre las puertas a la impecabilidad personal, la sabiduría, la claridad mental, y la plenitud. Lo contrario nos conduce a, lo que Jaume Soler y Mercé Conangla ha denominado la epidemia del siglo XXI «El cansancio moral», un vacío existencial y una pérdida de sentido, que bloquea y anula nuestras más preciadas capacidades humanas.

La ecuanimidad es una energía serena, una armonía inquieta, un equilibrio fluctuante, y una sabiduría preguntona. La ecuanimidad es un estado que se experimenta dentro y que trasciende fuera, un estado de estabilidad emocional y mental que no se ve perturbado por los acontecimientos externos, y que nos permite mantener el ánimo ante la adversidad, o no perder la perspectiva ante el éxito. Es nuestra guía para responder de forma proporcionada y adecuada a cada situación, y para elegir y emplear unos medios justos para lograr nuestros fines. Es el faro que nos hace mantener nuestra mente firme y clara cuando azotan las tormentas emocionales, que no deja que nuestro barco sea arrastrado por los cantos de sirenas, ni por afiladas rocas que quieren socavar nuestra confianza, nuestra seguridad, y nuestra estima.

Lograr la equanimidad y la sabiduría para conducirnos en la vida exige mantener a menudo tres conversaciones, llenas de preguntas, de silencios y de respuestas. Conversaciones en las que nos preguntamos, y no nos presionamos para obtener la respuesta, dejamos que cada pregunta viaje por los rincones de nuestra mente hasta que encuentre su sitio. Le dejamos espacio practicando el silencio, la meditación, la relajación y la desconexión, y agradecemos con júbilo que de repente, sin avisar aparezca ante nuestro ojos con una claridad aplastante.

1. Conversaciones con la vida.  ¿Alguna vez te has parado a conversar con la vida? ¿Con tu existencia? 

Preguntas acerca de ¿quién soy verdaderamente? ¿quién se esconde detrás de la mascará? ¿estoy siendo lo que quiero en este momento? ¿me gusta mi vida?  ¿hacia donde camino? ¿tiene sentido lo que hago?  ¿Dónde están mis límites? ¿me siento vivo?

Si no me hago estas preguntas con cierta frecuencia, es probable que la vida me las haga sin avisar. Es probable que un día me levante y la vida me de un zarpazo, o un golpe para despertar, y entonces vendrá preguntas irrelevantes como ¿y por que a mi?  no entiendo lo que me ha pasado ¿por qué si estaba todo tan bien? ¿que hago yo aquí? ¿cómo he llegado a esta situación?

Si no te haces buenas preguntas la calidad de tu vida será baja, irrelevante, e insignificante, y lo peor de todo, es que seguramente hará ya mucho tiempo que no es ya tu vida. Fernando Savater en su libro «Las Preguntas de la Vida» nos da pistas de por donde empezar a preguntar, y que preguntas hacernos cada cierto tiempo para conversar con la vida.

Te invito a que hoy mismo, antes de irte a dormir, te tomes un tiempo para ti, te relajes respirando con profundidad, te aísles del ruido, y en la quietud y soledad del silencio escribas en un papel al menos 5 preguntas que le quieres formular a tu vida. Preguntas profundas, trascendentes, que antes no te hayas hecho, o que hace mucho tiempo dejástes de hacerte. Déjalas que habiten tu mente, que viajen por ella y que se instalen en lugares recónditos de tu inconsciente para encontrar las respuestas. Cuando despiertes vuelve a leerlas y anota tus respuestas, a lo mejor no llegan en ese momento, tu sigue preguntándotelas a lo largo de la semana y deja que te sorprendan.

Hace unos días he estado varios días en La Coruña, un lugar al que todos los años suelo ir a conversar con la vida, porque hace ya más de 6 años allí me hice y obtuve la respuesta a una de esas grandes preguntas de la vida, y sigue siendo mi talisman para los momentos en que necesito conversar de forma serena y profunda con mi vida.

«La vida nos hace preguntas» Steven Hayes

2. Conversaciones con nosotros mismos. La relación mas bonita y duradera que vas a tener es contigo mismo, así que cuídala, invierte tiempo en ella, reserva momentos para la conversación contigo, prepara tus citas con mimo, vete a tu encuentro.

Dale un lugar a la empatía y la comprensión en las conversaciones que tengas contigo, dales su tiempo, su espacio, mirate con aprecio.

Reserva un momento al día para conversar contigo y preguntarte ¿Cómo estas? ¿Qu´ sientes? ¿Qué ha pasado hoy, cómo me ha influido, qué significado tiene para mi? ¿He sido la persona que quiero? ¿Me he acercado o me he alejado de mis metas? ¿He vivido hoy de acuerdo a mis valores?  ¿Qué me dice mi cuerpo? ¿Cómo estoy de satisfecho?

Y no converses desde el reproche, la culpa, el miedo, el resentimiento, ábrete a la posibilidad, la esperanza, el descubrimiento, el aprendizaje, el aprecio. Conversa para emprender de nuevo al día siguiente, de una forma más ecológica, más serena, más apreciativa, más sabia, más equanime, y más alineada con tus metas y valores.

«Cada día es una nueva oportunidad para volver a empezar a ser quienes queremos ser. «

3. Conversaciones con los demás. Probablemente la vida sea el resultado de las conversaciones que tenemos y de las que no tenemos.

Con cada conversación estamos generando conexiones humanas y cerebrales, cuanto más interesantes, diversas y estimulantes sean nuestras conversaciones más variadas, activas, y significativas serán nuestras estructuras cerebrales, nuestras relaciones y nuestra vida.

Para tener conversaciones de calidad con los demás, conversaciones elevadas, profundas, con sentido, inteligentes, es necesario tener buenas conversaciones con la vida y con uno mismo. Una de mis frases favoritas es que «nadie puede dar lo que no tiene», si no tienes buenas conversaciones contigo, una buena relación contigo, difícilmente podrás tener buenas conversaciones con los demás. Comienza por cultivarte a ti mismo para poder cultivar buenas relaciones, buenos encuentros y buenas conversaciones.

Hace mucho tiempo que he decidido no tener conversaciones superfluas, superficiales, intrascendentes, negativas, victimistas, cotillas…. En definitiva, que no quiero en mi vida conversaciones improductivas y vacías. Y esto significa cambiar tanto la forma en que planteo mis conversaciones con los demás, como elegir el tipo de personas con las que mantengo conversaciones. No me quiero ir, ni quiero que nadie se vaya igual que llego tras una conversación juntos. Si como dice Humberto Maturana, la calidad de nuestra vida depende de la calidad de las conversaciones que tenemos, nos estamos jugando demasiado en cada conversación como para perder nuestro tiempo y nuestra vida en las que no merecen la pena y no aportan nada.

Te propongo un ejercicio de ecología relacional y emocional, haz un mapa mental con las personas con las que a menudo mantienes conversaciones, clasificándolas según entornos en los que interactuas, y describiendo el tipo de conversaciones que tienes con ellas, que te aportan, que les aportas, como de alineadas están con tus valores y metas. Fíjate especialmente en aquellas conversaciones que son repetitivas y recurrentes sin añadir nada nuevo, en las conversaciones negativas, en las que te generan malestar, en las que están desequilibradas, en las que no te resuenan, en las que no te aportan, y a partir de aquí, decide con cuales te quedas y con cuales no.

Conversar nos conecta, y nos eleva, por esta razón me dedico al mentoring porque me permite mantener en mi día a día estos tres tipos de conversaciones, y crecer y ayudar a crecer a otros mientras lo hago.

«La verdad caduca, si te dejas de hacer preguntas, tendrás una vida con fecha de caducidad»

Si quieres empezar a hacerte las preguntas adecuadas para vivir una vida plena la Escuela de Mentoring pone a tu disposición una red internacional de mentores y mentoras profesionales acreditados que te pueden acompañar.

Autora: Mª Luisa de Miguel

Directora Ejecutiva de la Escuela de Mentoring

Autora del libro «Mentoring, un modelo de aprendizaje para la excelencia personal y organizacional»