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En Diciembre estuvimos en Lima-Peru desarrollando el Programa Innovisión para un grupo de 20 directivos/as de diferentes empresas del país. El objetivo del programa es impulsar el desarrollo de la creatividad y la innovación en sus empresas, pero de una forma estratégica, en torno a una visión integrada, compartida y vivenciada por todo la organización.

Muchas empresas fracasan en el camino de la innovación y, con ello, en el de la competitividad y la supervivencia, por falta de visión, por falta de conocimiento de la visión o por falta de alineamiento con la visión. Nuestra experiencia en el trabajo con empresas, en programas de gestión del cambiogestión de equipos o transformación cultural, nos revela que la visión muchas veces no existe, otras es fijada por el lider pero desconocida por el resto de la organización, a veces conocida pero interpretada de manera diferente, y en otros no compartida por falta de diálogo sincero y transparente. Sin embargo, una visión integrada es el alma de la organización, es lo que la mantiene viva, lo que le da aliento, lo que la hace perdurar en el tiempo.

«La belleza del cuerpo es un viajero que pasa,pero la del alma es un amigo que queda.»

Diego de Saavedra Fajardo

Tener visión no es suficiente para lograr resultados, hace falta dedicarle tiempo, atención y energía. Una visión no se crea por una momento de lucidez, genialidad, intuición de una persona, es un trabajo que requiere estrategia, planificación, conversación, intervención y participación de muchas voces diferentes de la organización. Una visión se crea a través de compartir historias comunes en torno a la misma, su propósito, su impacto en el entorno, la esperanza de futuro que abre. Una visión integrada crea un sentido compartido entre los miembros de la organización, una percepción colectiva de lo que es importante y por qué. Para que esto ocurra no basta con crearla en un lugar de la organización y comunicarla al resto, esto servirá para que la conozcan y  la tengan presente, pero no para comprometerse en torno a ella. Si queremos compromiso necesitamos conectar la visión organizacional con la idea, significado y posicionamiento que las diferentes personas tienen respecto a ella, a través de un diálogo sin censuras, sin juicios, abierto, respetuoso y centrado en conectar, en alinear las diferentes visiones individuales con la visión organizacional.

Una visión es un coctel de aspiraciones, valores, propósito y metas:

  • Visión = imagen del futuro que deseamos, descrita y expresada en tiempo presente, como si ya estuviera lograda. Cuanto más detallada, visual y emocionante sea su descripción más persuasiva resultará. La visión establece el rumbo y ayuda a fijar metas y objetivos más concretos, así como a decidir acciones en torno a ella. La mejor manera de compartirla es a través de ejemplos, de historias de logros pasados, de retos futuros.
  • Valores = principios que nos guiaran en la toma de decisiones para alcanzar esa imagen. Los valores dan forma al camino, definen cómo vamos a realizar el viaje, establecen pautas de conducta aceptables y no aceptables, límites infranqueables. Los valores no son declaraciones son acciones, comportamientos, ahí es donde realmente se expresan. Si los valores de una organización no están traducidos a los comportamientos permitidos y no permitidos, así como las consecuencias de realizar los comportamientos no permitidos son papel mojado y hacen más mal que bien.
  • Propósito = para qué queremos alcanzar esa visión, que vamos a cambiar con ello, a quién o quienes vamos a ayudar o beneficiar. El proóosito es la razón fundamental de la existencia de una organización y es el legado que la organización va a dejar en el mundo.
  • Metas = los objetivos concretos en los que se traduce la visión en la realidad y el espacio temporal. Son los retos que nos comprometemos a lograr para hacer realidad la visión.

 

                                                                                                   alma organizacional

Ese coctel cuando se da a probar cambia las reglas del juego, especialmente las de liderazgo. El lider ya no se dedica a motivar, emitir discursos, controlar y evaluar, sino que pasa a observar, escuchar, preguntar, conversar, encauzar y alinear diversas iniciativas que surgen en torno a la visión. La visión no se impone, no se vende para que otros la compren, no se testa para ajustar el discurso según el interlocutor de turno, la visión se crea, se construye y se hace realidad en común, en comunidad. Cada éxito, cada resultado, cada logro es una oportunidad para hacer presente la visión, para celebrarla, para hacer sentir que está viva y presente y, también, para renovar el compromiso con ella, para plantearse nuevos retos, para superarse como organización. La visión se vive día a día poniéndola en contacto con la realidad por eso exige flexibilidad para ir adaptándola a los cambios del entorno, las nuevas demandas y necesidades, la aparición de oportunidades, la emergencia de nuevas aspiraciones y capacidades.

Me gustaría compartir contigo algunos consejos de cómo elaborar una visión integrada en base a nuestra experiencia de trabajo con diversas organizaciones:

1.- Reflexionar sobre la pregunta clave ¿Está preparada la organización para un proceso de creación de visión integrada? Siempre comienzo por mantener una conversación con la organización para valorar como es el estilo de liderazgo, hasta donde llega el compromiso de la dirección con el proceso de creación conjunta de visión, como está el clima emocional en la organización ¿es positivo o negativo? ¿es favorable al proceso o no?, como funciona la comunicación en la organización ¿es autoritaria, jerárquica, piramidal, circular…? ¿qué mecanismos de participación e interaccción se utilizan y cómo funcionan? ¿qué experiencias previas han tenido de creación conjunta, dinámicas participativas?

2.- Creación conjunta de la visión: el siguiente paso, si la organización está preparada, es reunir a una muestra representativa de la organización en la que estén presentes todos los departamentos funcionales, todas las jerarquías, todas las áreas geográficas, las distintas subculturas o grupos de afinidad. Para ello suelo preparar una cumbre apreciativa con un guión de temas y preguntas sobre las que trabajar y comenzar a construir, pueden participar desde 20 a 200 o más personas, lo importante es que todas las voces estén representadas. Durante varios días trabajamos las 5 fases de la indagación apreciativa para definir una visión compartida. En otras ocasiones lo trabajamos a través de la metodología Lego Serius Play. La clave de estos encuentros y metodologías es partir de la visión personal de cada participante para conectarlas y alinearlas en torno a una visión común en la que estén integradas las visiones personales o al menos el significado o parte de las mismas.

3.- Comunicar la visión de forma clara, directa y fundamentada. A partir del resultado de la cumbre apreciativa donde se crea la visión hay que empezar a construirla entre todos. La misión del lider es encabezar inicialmente el discurso haciendo explícito el por qué y para qué de la visión, para captar la atención y ser fácilmente entendible. Es importante asegurar la coherencia del discurso con los gestos, los actos, los símbolos y los recursos y medios utilizados para comunicarla. Nuestro cerebro detecta las incoherencias de forma inconsciente y cuando las percibimos desconfiamos. Si hay aspectos de la visión que no son discutibles o negociables es mejor manifestarlo  abiertamente y las razones, no es bueno abrir puertas que luego van a ser cerradas.

4.- Resaltar los beneficios antes que las características. En la comunicación de la visión es útil utilizar la técnica del círculo de oro, haciendo ver a quienes te escuchan cómo afectará el logro de la visión a sus vidas, a sus aspiraciones y deseos.

5.-Inyectar esperanza pero también realismo, no escondas las dificultades, obstáculos que la realidad representa para alcanzar la misión. Haz referencia a los cambios que la visión va a implicar y cómo afectará a las diferentes partes implicadas.

6.- Concretar la visión para que pueda ser tocada y sentida. Es conveniente ser específico y dar detalles que sirvan para que quienes te escuchan puedan aprehender la visión, hacerla suya, pero sin excederse porque demasiada información y detalles puede enturbiar la claridad de la visión. La mejor manera de concretar una visión es ejemplificando con los comportamientos los valores en los que se sustenta. El ejemplo es muy contagioso e impulsa a otros a comportarse en la misma forma.

7.-Mantener encuentros periódicos, formales e informales, con diferentes partes y personas de la organización para comprobar si ha calado el mensaje de la visión, si la comparten, que opinan, que aportan, que no han entendido, con qué no están de acuerdo. Es importante comprobar el respaldo e interiorización de la visión, sino no será nunca compartida. Para ello juega limpio, no escondas opciones o posibilidades, no manipules para favorecer una línea de actuación sobre otra, permite que la gente se expresa con libertad, que se sienta segura al hacerlo. La mejor forma de gestionar estos encuentros es en cascada, de arriba hacia abajo, utilizando a los que participan en un encuentro para que lideren los siguientes. En todo este proceso es de gran ayuda estar apoyado por un facilitador de reuniones y conversaciones, que actúe de mediador, alineador y cohesionador, pues hará que el proceso sea más fluido, creativo, disipará conflictos y evitará que se distorsione el mensaje. Esta suele ser otra de las funciones que ejerzo en estos procesos. Es importante que todos estos encuentros finalicen con un compromiso de acción para hacer realidad la visión por parte de cada participante y que sea compartido con el resto para exteriorizar dicho compromiso. Esta es la forma en la que una visión se hace realidad: con acciones concretas individuales de cada parte alineadas en torno a un mismo objetivo.

8.- Alinear para crear comunidad en torno a la visión. Es importante recoger toda la información obtenida del proceso y crear un documento común en el que se encuentren reflejadas todas las voces. A veces esto puede implicar una reformulación, que no cambio, de la visión para que realmente integre todas las aspiraciones de  forma que todos sientan que están ahí, y que el resultado del proceso les pertenece, forman parte de él.

9.- Materializar la visión concretándola en prioridades estratégicas. La visión se alcanza desarrollando acciones tangibles en el corto plazo. La identificación y elección de las acciones debe basarse en un sistema de prioridades en base al cual se elabora una estrategia que estará condicionada por la brecha entre la visión de futuro y la realidad del presente. Establece 5 prioridades estratégicas para cada año y concrétalas en metas a lograr que se puedan medir, solo así sentirás y harás sentir que estáis trabajando para la visión, que cada año la estáis haciendo realidad.

Si la visión está bien construida y es compartida será el faro que alumbre los momentos de cambio de la organización. Servirá para orientar ese cambio en la forma adecuada, para encontrarle un significado, para apuntalar el compromiso. Una visión integrada favorece el empowerment porque sustituye las ordenes y la jerarquía por el compromiso y la autodisciplina. Las personas elevan sus niveles de energía y satisfacción cuando participan en un proceso creativo, presidido por el entusiasmo, la ilusión y la esperanza, en el que sienten que están diseñando su futuro individual y colectivo.

Mi función en los procesos de creación de estrategias y visiones organizacionales es la de antropóloga organizacional, la persona que acompaña a la tribu en el tránsito hacia el futuro que quieren lograr. Actuó de enlace entre la dirección y el resto de la organización, de mediadora entre las distintas visiones, doy impulso al proceso, acompaño emocionalmente el cambio mental y conductual de todos los implicados, facilito la comunicación para crear significados conjuntos, construyo el clima emocional necesario para lograr el objetivo y mantengo a las partes focalizadas en él. Todo este trabajo me hace sentir parte de esa visión y parte del cambio operado por la organización.

 

La Revista Forbes en su sección Forbes Emprende entrevista a  Joshua Aguilar, autor del superventas Diario Emprendedor. El autor habla de la importancia de los buenos mentores en su último libro, El millonario de Sillicon Valley,  de la importancia de enseñar, aconsejar y guiar por un camino pedregoso a aquellos que están empezando. Este emprendedor dirige la empresa tecnológica Earth Technologies, que diseña y desarrolla productos electrónicos y que tiene su sede en California.

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Libro Mentoring

En la Escuela de Mentoring también creemos en la importancia de un buen mentor y su impacto en el desarrollo neurocognitivo de un mentee. Si quieres conocer más de nuestro modelo de mentoring te invitamos a que leas el último libro de nuestra Directora Ejecutiva, Mª Luisa de Miguel «Mentoring, un modelo de aprendizaje para la excelencia personal y organizacional»

 

Dice Steven Pinker en su libro La Tábula Rasa que la educación es una tecnología que intenta compensar aquello para lo que la mente humana es de por sí poco apropiada. Introduzco esta referencia porque me parece de lo más oportuna para adelantar lo que pretendo defender en relación al uso de la intuición y el razonamiento en las sesiones de mentoring. Las sesiones son el escenario donde un mentor debe conseguir que su mentee ponga en funcionamiento una forma de pensar que necesariamente ha de superponerse sobre otras formas más, por decirlo así, espontáneas y primarias

No hay ningún problema en que un mentee saque a pasear a su “elefante” (símil utilizado por Jonathan Haidt y que vendría a representar el magma donde se entremezclan sentimientos irracionales, instintos, ansiedades y miedos, deseos, filias y fobias o reacciones sensoriales, todo ello revestido de intuiciones y juicios morales). Es incluso conveniente para el mentor -y para el propio mentee- que lo haga. Y es mejor que éste aparezca pronto y no demasiado tarde para no certificar la impostura del proceso, que puede acabar discurriendo por derroteros que no eran los previstos (hay personas que inician un proceso planteando un problema de falta de estrategia de liderazgo y acaban hablándote -varias sesiones después- de una desmotivación vocacional de órdago). Ello diferencia a los procesos que logran encaminarse y llegar a buen puerto de los que acaban arrojados por las olas a una playa desconocida, siempre marcada por el desahogo y la ausencia de auténtico compromiso con el cambio. En último término, el rol de confrontación del mentor -entre otros- ha de aparecer, pero a su debido tiempo. Sobre ello volveremos más adelante. 

Pero ¿cómo conseguir que un mentee pase de esa fase “elefante” a algo que podamos considerar “modo razonamiento”? Algunos expertos recomiendan que como mentores facilitemos que el mentee piense en términos “ecológicos”, como hoy en día suele decirse. Dicho de otra manera, que se imagine a sí mismo en su contexto organizacional (incluso con las caras de las personas con las que está acostumbrado a trabajar asistiendo y/o siendo partícipes de lo que hace). Esto tiene un efecto muy poderoso en el “refinamiento de la razón”. Phil Tetlock ha demostrado que nuestra forma de pensar cambia radicalmente cuando incitamos a alguien a que visualice cómo le daría explicaciones a sus compañeros, subordinados o superiores.  Dice Tetlock que a partir de ese momento automáticamente todos tendemos a pensar de manera sistemática y autovalorativa, y somos más proclives a revisar nuestras creencias en función de las evidencias. Así que si, por ejemplo, un mentee nos plantea la necesidad de utilizar el propio mentoring para planificar un proceso de relevo generacional en la dirección de su empresa (porque “intuye” que es el momento), no hay nada mejor que pedirle que desarrolle el tipo de argumentos que utilizaría para persuadir al resto de propietarios de su idoneidad y adecuación. 

En ese momento, las personas ya no se sitúan en el ancho mar de “quiero hacer lo que me pide el cuerpo”, sino en el acotado terreno de cómo voy a hacer para que ello encaje con. Y ello es porque el el entorno -continua Tetlock- tiene un efecto poderoso en la valoración de nuestro propio crédito y nuestra propia reputación. Lo cual, a su vez, estaría condicionado por nuestra profunda necesidad de mantener redes de cooperación y afiliación (el instinto de supervivencia manda, precisamente). Este es el criterio que ciertas personas ponen por encima de todo lo demás para obligarse ellas mismas a buscar causas y efectos, acciones y resultados. Es decir, para introducir la razón en el proceso, ni más ni menos.

Así es. Explicitar aquello que está en lo inconsciente es fundamental en un proceso de mentoring porque permite al mentee valorar si lo que desea, aquello a lo que aspira, puede tener lugar en el escenario en el que desenvuelve su vida profesional. Hay que valorar cuál es la magnitud de esa confrontación y determinar la dimensión del “salto” que hay que dar. Y hay que determinar en qué medida el deseo ha encontrado el lugar de su realización o bien debe ser pospuesto y demorado, o en qué medida ha ser transformado o más bien finalmente nunca podrá ser resuelto en los términos enunciados por el mentee (y en relación a ese contexto en concreto). 

Algunos psicólogos sociales están investigando arduamente sobre esa relación individuo-contexto de afiliación o pertenencia a la que nos hemos referido, llegando a conclusiones que nos ponen a los que tendemos a racionalizar en exceso entre la espada y la pared. Politólogos como Donald Kinder han demostrado la influencia de los grupos de referencia (políticos, religiosos o identitarios) en la conformación de las opiniones, aspiraciones y actitudes políticas. Más gente de la que nos imaginamos no se pregunta ¿cómo me beneficia esto? sino ¿cómo beneficia esto a mi grupo? En una línea similar, la conformación de las ideas, actitudes y opiniones en el seno de las organizaciones ha sido también analizada por diversos expertos, y de ello yo mismo he dado cuenta en este otro artículo. Así que muchos mentees estarán implícitamente preguntándose durante una sesión (y seguramente más veces de las que nos imaginamos) ¿cómo me beneficia esto a mí en relación a mi grupo? ¿Fortalece mi posición en su seno? ¿Me asegura una mayor aceptación, un mayor prestigio, una mejor posición? 

El “truco” -en el contexto de un proceso de mentoring- no está en pedirle a una persona que se amolde a un corriente de opinión dominante sino en incitarle precisamente a desarrollar una estrategia de adaptación “victoriosa” dentro de ese contexto. Lo cual nos lleva a la reflexión de que muchas personas están pensando en el que “pensarán de mí si hago esto” a la hora de tomar una decisión. Como derivada de lo anterior entra en juego el cómo conseguiré persuadirles. Esto es algo que debe ser sondeado por el mentor, para valorar el alcance de su influencia (la de la necesidad de persuadir, convencer y ser aceptado por el grupo de referencia) en el mentee. La buena noticia es que podemos utilizarlo a favor del proceso. Y de forma muy efectiva.

Por otra parte, David Perkins ha concluido que las personas invierten su cociente intelectual (y cuanto más alto, más acusada es la tendencia) en reforzar su “propio caso” en lugar de explorar todo el asunto de manera más completa e imparcial (recordemos que Wason llamó a esto sesgo de confirmación). Es decir, tienden a buscar pruebas confirmatorias y no de refutación de su tesis (y la tesis del asunto puede ser, simplemente, el “porque yo lo valgo”). Un mentor, ante esto, debe situar al mentee en un lugar donde también pueda ver “vientos en contra”, lo que viene a ser la prueba del algodón del razonamiento bien afilado y construido. Por ejemplo, una aspiración de promoción jerárquica debe confrontarse con la disponibilidad de vacantes. Y una aspiración de promoción funcional (a la dirección de otro departamento) deberá de ser confrontada con el bagaje del conocimiento técnico y organizacional del aspirante. 

En la misma línea -y complementaria y paradójicamente con lo anteriormente comentado- las alternativas de proyecto profesional también deben ser valoradas por el propio mentee. El mentor ha de hacer las preguntas adecuadas para que lo haga en las mejores condiciones. En ocasiones (no pocas) la tentación (casi el instinto) de romper con una relación de dependencia contractual están presentes (aunque no se verbalice). El día a día socava las relaciones y el cansancio vital acaba transfiriéndose al ámbito profesional (así que cuidado con la etapa de ciclo de vida laboral en que se encuentra el mentee). Hay muchas cosas -de índole estrictamente personal, también- que pueden ocurrir a lo largo de 35 años. He conocido a funcionarios quejarse ad libitum de los límites que establece el inventario de puestos de la Administración. A alguno le he preguntado cuál es la alternativa a ello. Lo cierto es que en muchas ocasiones no he encontrado respuesta convincente (aunque algunos sí se hayan lanzado a realizar proyectos profesionales al margen de la función pública). 

Establecer esa confrontación entre el deseo y la realidad es inevitable (evidentemente, hay que saber cómo hacerlo y sobre todo cuándo hacerlo). Básicamente porque sondea la consistencia de las aspiraciones del mentee. Repito, su consistencia, elemento crítico del proceso. Y si son lo suficientemente consistentes, no tengamos ninguna duda de que esas aspiraciones sabrán “cómo salir adelante” de los aprietos en que podamos meterlas. Pero ya moldeadas por el filtro del razonamiento.

Ante todo este cúmulo de evidencias y paradojas cabe preguntarse qué debemos de hacer como mentores. Como tantas otras veces, hay una respuesta fácil con una aplicación no tan sencilla: saber en que momento debe entrar en juego cada una de las dimensiones de nuestro rol como profesionales, ni más ni menos. Para ello, por supuesto, es necesario contar con un modelo. La validez del mismo se demuestra cuando observas a muchos mentores noveles progresar sensiblemente en su trabajo gracias a la consolidación de un esquema mental que les indica qué hacer y cuándo. Por ejemplo, sabiendo que se puede acompañar e indagar en el elefante, pero que la racionalidad debe ser asentada explorando opciones o confrontando para hacer viable el encaje entre aspiraciones y posibilidades.

Autor: Lucas Ricoy

Mentor y Responsable Area Investigación Escuela de Mentoring

El pasado 8 de Enero, nuestra Director Ejecutiva, Mª Luisa de Migue, fue entrevistada por la periodista Teresa Martín, en el programa “Voces Amigas” en Radio Toledo para hablar de su nuevo libro «Mentoring, un modelo de aprendizaje para la excelencia personal y organizacional».

Durante un espacio de 15 minutos Mª Luisa de Miguel compartió su visión sobre el mentoring, la importancia de la experiencia como fuente de aprendizaje, cómo aprovecharla y sacarle partido en nuestro desarrollo personal y profesional. Señaló que el libro describe las claves de la metodología Integral Generative Mentoring para optimizar el aprendizaje de la experiencia, y que en la raíz de todo está saber encontrar el equilibrio entre las necesidades del yo y las necesidades de los otros, del entorno, para lo cual es imprescindible darle espacio a la conversación y a la relación genuina y auténtica. Otra de las ideas, sobre la que conversaron durante la entrevista, fue como el autoconocimiento, la introspección y las conversaciones con uno mismo sobre la propia experiencia son la fuente de la confianza en uno mismo. Sobre ello se habla en el libro, dando las claves para mantener conversaciones efectivas con uno mismo a través de la guía de un mentor que es modelo de inteligencia conversacional y relacional.

Mª Luisa explicó que una de las mayores aportaciones de un proceso de mentoring es la ampliación del pensamiento, de nuestras posibilidades de desarrollo, y de intervención en el entorno.  El mentoring da amplitud al ser humano, desarrolla la agilidad mental, la learning agility, la resiliencia, la creatividad, entre otras habilidades.

Con nuestro modelo INTEGRAL GENERATIVE MENTORING las personas aprenden a crear relaciones y mantener conversaciones que permiten conectar las mejores fortalezas de los seres humanos.

Puedes escuchar aquí la entrevista completa.

Entrevista Radio Toledo

 

Libro Mentoring

Si quieres conocer en mayor profundidad nuestra metodología INTEGRAL GENERATIVE MENTORING te invito a que adquieras el libro «Mentoring, un modelo de aprendizaje para la excelencia personal y organizacional»,  y accedas a una nueva forma de liderar, desarrollar el talento e impulsar el aprendizaje personal y organizacional. Si quieres desarrollar un programa de mentoring en tu organización o formar a tus mentores estaremos encantados de acompañarte aportándote toda nuestra experiencia y conocimiento sobre mentoring.

Son ya muchas las organizaciones de todo tipo y en diversos ámbitos las que están adoptando el mentoring como modelo de aprendizaje, cambio y desarrollo. Los resultados hablan por sí solos, en el libro se incluyen varios ejemplos de programas de mentoring implantados en diferentes organizaciones (multinacionales, universidades, organizaciones no lucrativas, organismos públicos). Si no quieres perder el tren de la excelencia únete a esta nueva forma de aprender.

Fundación Princesa de Girona

Un año más la Escuela de Mentoring está encargada de diseñar y dirigir el Programa de Mentoring Grupal, que la Fundacion Princesa de Girona ha puesto en marcha por toda España como complemento al Programa Rescatadores del Talento. El Programa constará de 4 sesiones de mentoring grupal dinamizadas por 4 mentores del talento, y dirigidas a un grupo de 15 jóvenes con estudios universitarios superiores que quieren aportar todo su talento al mercado.

Comenzamos el 16 de Enero en Sevilla con el 1º Taller de 4 horas bajo el título “Autoconocimiento e Indagación Apreciativa del Talento” dirigido a trabajar con los participantes su autoconocimiento, diseñar su mapa del talento, encontrar su propósito y misión. A partir de aquí, en la 2º sesión que será también en Sevilla en Febrero, trabajaremos el diseño de perfiles creativos y elaboración del modelo de negocio del talento. Para ello aplicaremos técnicas de creatividad, pensamiento divergente, asociaciones de ideas, bisociación, etc. para crear perfiles profesionales que vayan más allá del curriculum del joven, de sus estudios, y que tengan en cuenta su talento, las opciones profesionales y la situación del mercado.

Mentoring Grupal. VER VIDEO en https://vimeo.com/237593711

Los siguientes talleres serán desarrollados por los mentores del Programa Rescatadores del Talento de la FPdGi, que la Escuela de Mentoring ha tenido el gusto de formar en diversas ocasiones, que les ayudarán a diseñar la puesta en marcha del plan de acción para lograr su empleo deseado, a revisar su CV y a preparar la entrevista de trabajo, y pasar el test del mercado. Para ello, contaran con la posibilidad de compartir inquietudes, preguntas, y dudas con varios mentores, directivos de empresas, para conocer qué demanda el mercado, evaluar sus opciones laborales y profesionales, las diferentes oportunidades, las claves para la empleabilidad. El objetivo es que conozcan la realidad del mercado de primera mano, para adaptar el diseño de su plan de empleabilidad y su modelo de negocio de talento a lo que realmente están demandando las empresas y el mercado del talento.

A través del itinerario previsto en el Mentoring Grupal queremos seguir descubriendo talentos y haciéndolos brillar por toda España durante varios meses. Sin duda un trabajo apasionante, lleno de aprendizajes, sorpresas, descubrimientos y mucha pasión y amor por lo que hacemos y por las personas, especialmente, por los jóvenes que en un futuro serán los referentes de nuestro país y el mundo en muy diferentes áreas de conocimiento y práctica.

Hay muchas formas de escuchar, pero solo la escucha global y profunda es la que nos une, la que nos conecta, la que crea, la que transforma. Esa escucha va más allá de la escucha activa, es una escucha sutil que marca la diferencia en una conversación, en una relación, en un momento.

Escuchar con calidad es vital para construir sólidas relaciones, y desde luego es una de las principales competencias en el ámbito del mentoring. Sin embargo, los estudios revelan que no escuchamos bien, pues sólo retenemos la mitad de la conversación una vez finalizada, y pasados 6 meses solo recordamos el 25%.

En el ámbito de las habilidades y las competencias se habla de la Escucha Activa, como la capacidad de escuchar y entender desde el punto de vista de la persona que habla, poniendo toda nuestra atención en ella, y transmitiéndole que le estamos escuchando y le entendemos. Para la escucha activa es fundamental la empatía, esa capacidad de ponernos en la piel y los zapatos del otro. Sin embargo, si realmente queremos escuchar bien tenemos que ir más allá y escuchar de una forma global, profunda y reflexiva para abrir todos nuestros canales sensitivos y adentrarnos en el mundo interior del otro.

Desde el punto de vista de la persona a quien escuchamos, existen 6 niveles de escucha que reflejan como se siente nuestro interlocutor con respecto a cómo le escuchamos:

Nivel l.- Entendido: Cuando quien habla siente que hemos comprendido su mensaje, lo que nos ha transmitido, en cuanto al significado que él quiere darle.

Comprender al otro cuando nos transmite un mensaje supone un esfuerzo no solo atención al sino también intelectual, pues exige descodificar los signos lingüísticos para llega a entender lo que el otro dice, el porqué de que lo diga y el lugar desde el que lo dice.

Nivel 2.- Atendido: Nuestro interlocutor siente que estamos presentes en la conversación, que le acompañamos en su discurso, que estamos centrados en él, atendiendo lo que dice, sin distracciones ni interrupciones.  En este nivel es cuando comenzamos a generar un vínculo. Este es el nivel de la Escucha Activa.

Si quieres comprobar como esta tu nivel de escucha activa, aqui te dejo un test para ponerte a prueba. Y si necesitas mejorarla aquí tienes algunos ejercicios.

Nivel 3.- Respetado: Además de sentirse atendido, quien habla tiene que sentirse respetado. Con nuestra actitud, gestos y palabras le transmitimos que no le estamos juzgando, mostramos apertura y flexibilidad. Abandonamos nuestro ego, nuestro yo para entrar en el mundo del otro, liberados de nuestro propio mundo. Si cuando escucho sigo en mi mundo, cuando solo me oigo a mi mismo, cuando pienso en mi mismo, en como lo veo yo, en como lo valoro yo, realmente no estoy respetando al otro, porque no estoy hablando con él sino conmigo mismo.

Nuestra mente lo quiere dominar y controlar todo, por eso siempre busca en sus archivos la relación con lo que dice el otro. En ese buscar se genera un ruido, el ruido de nuestro diálogo interno, que impide realmente escuchar al otro. Escuchar con respeto es escuchar sin juzgar y ello implica desconectar nuestra mente, y entrar en la vida de quien tenemos en frente libres de equipaje, experimentándola al margen de nuestros valores, nuestras creencias, nuestro pasado.

Nivel 4.- Confiado: En este nivel no solo estamos escuchando activamente y con respeto, sino que estamos creando clima, un clima de confianza, de seguridad, de tranquilidad. En este nivel es clave la coherencia y congruencia entre lo que dicen nuestras palabras y lo que dicen nuestros gestos, nuestro lenguaje no verbal.  Solo desde la autenticidad logramos esa congruencia, si lo que decimos no está en consonancia con lo que pensamos y sentimos, nuestros gestos lo revelaran tarde o temprano, y nuestro interlocutor dejara de confiar en nosotros. Este es el fin de una conversación y una relación.

Nivel 5.- Cercano: Nuestro interlocutor experimentará cercanía respecto a nosotros, si mantenemos una mirada cálida, una postura abierta, si nuestro lenguaje se aproxima al suyo, si nos mostramos como alguien que puede ser como él, que puede pertenecer a su mundo. Compartir vivencias, temores, errores, pasiones acerca. La cercanía se logra cuando en algún momento de la conversación las vidas de quienes habla se tocan, encuentran un punto de conexión, se aproxima, se acercan. Y en ese momento de una forma inconsciente los cuerpos se acercan. Esto lo he visto en infinidad de talleres que imparto cuando realizo dinámicas de escucha. Cuando en la conversación se comparten datos personales, emociones, sentimientos, algo cambia, algo se mueve, y la conversación entra en otra dimensión, fluye de otra forma.

Nivel 6.- Hermano: Cuando llegamos a este nivel es cuando verdaderamente humanizamos la conversación, cuando demostramos al otro que no solo estamos ahí atendiéndole, respetándole, comprendiendole, sino que tenemosc un genuino deseo de ayudarle como hermano, como igual. Aquí se genera una relación de sororidad, de hermandad, de comunión. Es ese momento en el que a pesar de las diferencias nos percibimos como iguales, nos encontramos como seres humanos que pueden compartir y aliarse para construir juntos algo nuevo, para crear y transformar su realidad.

La hermandad en la escucha

«Cuando escucho realmente a otra persona entro en contacto con ella, enriquezco mi vida.» Carl Rogers

Cuando alguien siente la hermandad en una conversación es que se ha logrado el nivel de escucha global. Ese es el nivel de escucha que practicamos en el mentoring. Una escucha que transciende el nivel de escucha interna, ese nivel en el que en realidad estamos prestando atención a nuestro ruido interno. Puede que asintamos a lo que nuestro interlocutor nos dice como si realmente le estuviéramos escuchando, pero en realidad nos estamos diciendo «si es que no se como no lo ve» , «yo creo que tiene miedo a «, etc. ¿Te suena?

La escucha global también transciende la escucha enfocada en el cliente, la escucha activa, para poder percibir todo lo que fluye alrededor, la energía que se genera entre las dos partes de la conversación, lo que no se dice. En la escucha global, empatía e intuición se alían para transcender más allá de las palabras, de las emociones y del contexto.

En este nivel de escucha somos conscientes del clima emocional, de la energía, de como cambian: detectamos la tristeza, la alegría, el miedo, los cambios de actitud. Percibimos al instante la apertura del cliente, su bloqueo, cuando podemos entrar y cuando debemos retirarnos. Sabemos y sentimos por donde va y a donde nos lleva la conversación, cuando se produce el insight, ese click que es el anuncio del cambio, del despertar. Es este tipo de escucha la que nos permite realizar preguntas provocadoras, poderosas, preguntas que marcan un antes y un después, no sólo en la conversación, sino en la vida del cliente.

La escucha global y profunda es la única escucha capaz de transformar, de cambiar y de crear nuevas posibilidades. Es una escucha generativa, que da vida.

Este mes de Diciembre, y para cerrar el año con broche de oro, asistimos a un excelente entrenamiento impartido por Maria Luisa de Miguel, Directora Ejecutiva de la Escuela de Mentoring. Los días 4, 5 y 6 de Diciembre del 2019, 10 personas estuvimos inmersas en el Programa intensivo INNOVISION que nos abrió la mente a nuevas y mejores formas de hacer las cosas.

Reflexión grupal sobre la dinámica mapa del presente y mapa del futuro con points of you

Durante 24 horas y 3 días revisamos y aplicamos, con casos reales de todos los que participamos, muchas herramientas que nos permitieron desarrollar nuestra creatividad, prácticas que nos dejaron muchos aprendizajes que en lo personal ya empecé a implementar en mis diferentes actividades y proyectos. La profundidad a la que Maria Luisa ya nos tiene acostumbrados en sus programas e interesantes conversaciones, nos llevó a entender mucho de psicología y neurociencia aplicada al desarrollo de la creatividad y, sobre todo, a saber aplicar adecuadamente las distintas herramientas (pues existen muchísimas) para favorecer los procesos cognitivos y conductuales asociados a la creatividad: conocer primero las distintas herramientas y su base científica, saber para qué las vamos a utilizar, en qué momento, en qué contextos, con qué personas y cómo adaptarlas a todas esas variables. Todo ello siempre teniendo en cuenta y como base la metodología de la Escuela de Mentoring que es un modelo de acompañamiento para el aprendizaje inteligente, estratégico, ágil y efectivo.

 

 

 

Utilizando la indagación apreciativa, la conversación inteligente y las diferentes fases del proceso creativo descubrimos nuevos caminos para lograr mejores resultados, aprendiendo a integrar las necesidades del “Yo”, de los “Otros” y de “Nosotros”, adentrándonos en la metacreatividad.

Dinámica Flor de Loto

 

 

 

 

 

Dinámica Visión Integrada con LSP

Dinámica Cartas Triggers

Ha resultado revelador y muy interesante ver como todo está relacionado, y la importancia de nuestro propio autoconocimiento para potenciar nuestra personalidad creadora, de tal manera que seamos capaces de auto regular nuestras tendencias. En la medida que nosotros seamos capaces de observar y ver de manera diferente lo que sucede a nuestro alrededor encontraremos nuevas conexiones para facilitar nuevos descubrimientos. Todos entendimos muy bien lo necesario que se hace en procesos creativos la etapa de “incubación”, que muchas veces con excusas y pretextos basados en la “falta de tiempo” dejamos de lado; sin embargo, al ponerla en práctica podemos comprobar lo indispensable que son y su absoluta efectividad.

 

Todos disfrutamos muchísimo esta nueva experiencia de aprendizaje, compartiendo con personas que aportaron y enriquecieron muchísimo el programa y con quienes estoy segura viviremos nuevas experiencias. Y, sobre todo, gozamos de los roles que Maria Luisa de Miguel ejerce en sus formaciones y programas: Antropóloga Organizacional, Guía de Aprendizaje y Despertadora de Conciencias.

Mónica Anavitarte y Patrice Grüter en la dinámica Visión Integrada con LSP

 

Finalmente, comparto la frase con la que me quedé: “No existe el fracaso, solo son clases particulares», así que aprovechemos y atrevámonos a hacer visible e implementar nuestra creatividad con una visión clara de hacia donde vamos para conspirar activamente en el logro de nuestras metas.

Autora: Mónica Anavitarte

Mentora certificada de la Escuela de Mentoring

Mucho se ha escrito, se escribe, se habla y se seguirá escribiendo sobre la transformación digital. Llevamos años con ella, invirtiendo para lograrla y, sin embargo, parece que se nos resiste. Según uno de los últimos informes de McKinsey, el 70% de las iniciativas de transformación digital no han alcanzado los resultados esperados. ¿Donde nos estamos equivocando?

En mi opinión en el enfoque, demasiado énfasis en la palabra digital, en la tecnología y poco en lo que significa e implica la transformación. A fin de cuentas transformaciones a lo largo de la historia de la humanidad y en el mundo de la empresa ha habido muchas (invención de la rueda, la imprenta, el ferrocarril, el teléfono, internet), lo que las diferencia es la nueva tecnología, la nueva herramienta que las provoca, pero el sustrato de lo que es un proceso de transformación no ha cambiado y no creo que vaya a cambiar.

Transformar significa pasar de una forma a otra a través de un proceso en el que la forma originaria va experimentado cambios, modificaciones, ajustes, incorporaciones hasta pasar a ser diferente pero conservando parte de su forma original. Los procesos de transformación responden a la tensión individuo-entorno y organización-entorno, a ese equilibrio entre demandas- necesidades externas e internas en el que consiste la vida humana y la organizacional. Toda transformación tiene un propósito, un para que: lograr el objetivo individual u organizacional que queremos de la mejor manera posible, teniendo en cuenta nuestras capacidades, necesidades y las circunstancias del entorno (límites y oportunidades ). O lo que es lo mismo el arte de conjugar aspiraciones, capacidades y posibilidades.

En todo proceso de transformación hay un lugar de llegada (el objetivo a conseguir), un lugar de partida en el que nos encontramos y una brecha a cerrar, que representa lo que hay que cambiar, lo que hay que hacer, lo que es necesario adquirir para pasar del punto de partida al de llegada. El error en la mayoría de los procesos de transformación digital es que se han centrado en cubrir la brecha tecnológica, es decir, la falta de conocimiento sobre las nuevas tecnologías y sus aplicaciones, la falta de recursos tecnológicos. Y se ha olvidado por completo de atender la brecha de los modelos mentales, las habilidades, las necesidades emocionales, las dinámicas organizacionales, los choques culturales.

Para cubrir esa brecha solo hay un camino: el aprendizaje. Cuando hablamos de una organización el proceso de transformación (sea digital o de otro tipo) es un proceso de aprendizaje organizacional, lo que implica impulsar, acompañar, favorecer y alinear los procesos individuales de aprendizaje. Y, además, teniendo en cuenta el carácter exponencial de los cambios, surge la necesidad de agilizar esos procesos y de lograr dominar la competencia de aprender a aprender de formar ágil y efectiva y de auto-dirigir el aprendizaje.

He trabajado con muy diferentes organizaciones y en temas diversos (liderazgo, gestión de equipos, comunicación, gestión del cambio, mentoring, desarrollo del talento), he conversado con muchos trabajadores con distintos niveles de responsabilidad, en base a toda esa experiencia puedo afirmar que la mejor herramienta para los procesos de transformación es el mentoring porque maneja las claves de los procesos de aprendizaje, cambio y desarrollo individual y organizacional.

Me gustaría compartir contigo como acometemos desde el mentoring los procesos de transformación digital, y cualquier proceso de aprendizaje, cambio, desarrollo y transformación con personas y organizaciones. Como los articulamos a través de un programa de mentoring diseñado al milímetro para lograr el objetivo que la organización quiere alcanzar. Nuestro modelo, que llevamos aplicando más de 17 años, incluye todas las prácticas y estrategias identificadas por  Atrri y Wu  en el estudio publicado en el 2018 en la Asia Pacific Journal of Advance Business and Social Studies, que según diversas investigaciones consigue una reducción de entre un 50% y un 80% del tiempo habitual para el aprendizaje y adquisición de una nueva habilidad.

1º.- Formulación del objetivo organizacional a lograr a través del programa de mentoring con identificación de los indicadores de resultados (KPI), que se consideran óptimos y que se mediarán al inicio y al final del programa. Pensemos por ejemplo en un programa de mentoring para la adaptación digital de x número de empleados. Se definirá que significa adaptación digital para la organización, en que comportamientos concretos se traduce y qué resultados quiere ver una vez conseguida, así como la delimitación del tiempo adecuado para lograr todo ello. A partir de aquí se diseñan todas las actividades del programa formal de mentoring, dentro de las cuales los procesos individuales de mentoring entre mentores y mentees son la pieza angular. El programa de mentoring es el ecosistema óptimo para el aprendizaje, supone la creación de un micro sistema dentro del sistema organizacional que se diseña como un laboratorio de aprendizaje organizacional.

2º.-Selección de los mentees, es decir, de las personas dentro de la organización que necesitan llevar a cabo un proceso de adaptación digital y que están en mejores condiciones para lograrlo dentro del marco temporal del programa. Así como selección de los mentores, que serán personas referentes por su alta competencia en adaptación digital. Tras la selección se realiza su formación inicial: en el caso de los mentees consistirá en conocer que es el mentoring y cual es su rol como mentees, además de incidir en aspectos relacionados con el objetivo del programa, por ejemplo, en un programa de mentoring para la transformación digital se incluirían contenidos relacionados con dicho tema; en el caso de los mentores se les capacita y entrena para ejercer el rol de mentor como guía de aprendizaje organizacional.

3º.-Estado del arte inicial en cuanto a adaptación digital de los mentees, que supone realizar un diagnostico del punto de partida en el que se encuentran en relación a los KPI identificados en el programa. Este diagnóstico puede ser una de las fuentes de información (junto con otras muchas) para realizar la formación de parejas de mentores-mentees o matching.

4º.-Inicio de los procesos individuales de mentoring entre mentores y mentees. En la primera y segunda sesión de cada pareja se analiza el resultado del diagnóstico anterior a fin de ayudar al mentee a formular un objetivo a lograr a la finalización del programa en relación a su competencia digital. La labor del mentor para alinear el objetivo individual con el organizacional es una destreza clave en la que formamos específicamente a los mentores, esto garantiza que la suma de objetivos individuales logrados por los mentees suponga el logro del objetivo organizacional y que verdaderamente se produzca un aprendizaje y transformación organizacional. Además, es labor del mentor y forma parte de otra de sus destrezas claves, mantener al mentee focalizado durante el proceso en dicho objetivo, alineando los temas a trabajar, las acciones a realizar, los logros, aprendizajes con dicho objetivo. En la fijación del objetivo individual del mentee el mentor ayuda también a establecer los KPI de su objetivo al mentee y a traducirlos en comportamientos concretos a desplegar.

5º.- Fase de desarrollo de los procesos de mentoring en la que las dos primeras sesiones se destinan a identificar el gap competencial, es decir, que debería aprender, cambiar o desarrollar el mentee para lograr el objetivo individual que se ha marcando, teniendo en cuenta la situación de la que parte. Asimismo, en esta sesiones se establece el plan de acción o plan de aprendizajese trabaja sobre las fuerzas impulsoras y frenadoras del cambio, se analiza el contexto organizacional en cuanto a la identificación de límites y oportunidades para logra el objetivo.

6º.- Fase de consolidación en la que el mentee lleva a cabo acciones, experimenta y aprende de la experiencia a través de una reflexión guiada y metacognitiva que propicia el mentor en las sesiones. En esta fase el mentor ayuda al mentee a identificar oportunidades para aprender y elevar su nivel de competencia en relación a su objetivo, le reta a involucrarse en proyectos y actividades que contribuyan a acelerar su proceso de aprendizaje, ejerce como modelo de algunas de las habilidades a desarrollar o tareas a realizar, y/o le provee de otros modelos, le aporta ejemplos, consejos, conocimientos, contactos, realiza simulaciones, demostraciones. La clave de todas estas estrategias es que son guiadas de una forma consciente y deliberada por el mentor en función de las necesidades de su mentee, el grado de avance hacia el objetivo, y el grado de desarrollo que va alcanzando. La intervención del mentor se va reduciendo poco a poco en la medida en que va aumentando la competencia del mentee, su autonomía e independencia y su capacidad para autodirigir su aprendizaje. Además, todas ellas van acompañadas del modelo de triple feedback que favorece el aprendizaje y el hábito de la auto monitorización y autorretroalimentación. En ese modelo se trabaja el feedback del propio mentee, el del mentor, y el del entorno del mentee. Es un feedback 360º permanente.

7º.-Fase de cierre y evaluación en la que el mentor facilita una revisión de todo el proceso de mentoring para que el mentee adquiera consciencia del estado del logro de su objetivo, los cambios experimentados, los aprendizajes adquiridos, las estrategias de aprendizaje que le han funcionado y puede utilizar en el futuro, el nivel de desarrollo competencial adquirido y como todo ello impacta y contribuye en el resto de la organización, sus compañeros y la consecución del objetivo organizacional. Todo ello además de hacer consciente el aprendizaje, contribuye a elevar el nivel de motivación y el compromiso con la organización, puesto que se conectan los esfuerzos individuales con el logro del objetivo individual lo que genera satisfacción y, además, con el logro del objetivo organizacional, lo que refuerza el sentido de pertenencia y contribución a la comunidad. El proceso finaliza con una pregunta que hace puente al futuro ¿Cuál es tu próximo reto en la organización? junto con ¿Cómo puedes aplicar todo lo experimentado y aprendido en este proceso para lograr tu nuevo objetivo? que ayuda a hacer consciente el nivel de desarrollo alcanzado y la preparación para autodirigir el aprendizaje.

Libro Mentoring

Una de las ventajas competitivas clave de personas y organizaciones en la actual coyuntura social y económica es aprender y adaptarnos en el menor tiempo posible a un nuevo empleo, un nuevo puesto de trabajo, un nuevo rol, nuevas responsabilidades, nuevos objetivos, nuevos modelos de trabajar, nuevos contextos. El mentoring propicia un aprendizaje contextual, estratégico, ágil y efectivo, cuatro características clave para lograr la tan deseada learning agility.Si quieres conocer más de nuestro modelo te invito a que leas mi nuevo libro «Mentoring, un modelo de aprendizaje para la excelencia personal y organizacional».

Si tu organización está pensando en acometer un proceso de transformación digital no busques un experto en tecnología o en transformación digital, busca un experto en personas, en dinámicas organizacionales y en procesos de aprendizaje, que se haga acompañar por un experto en tecnología. La fuerza creadora del ser humano es la única tecnología capaz de afrontar las demandas y retos del entorno, y esa fuerza no la desatan y canalizan los expertos en tecnología, sino los expertos en acompañar procesos de aprendizaje, cambio y desarrollo personal, con capacidad para alinearlos con las dinámicas organizacionales.

A veces usamos y abusamos tanto de los conceptos que los acabamos desvirtuando, pervirtiendo o adulterando y dejan de servirnos para el fin que fueron creados. Uno de esos conceptos es el de la autorrealización personal, a veces dotado de un aire de grandilocuencia y misterio que nos hace pensar en algo inalcanzable, reservado para unos pocos. Sin embargo, realizarse como persona es el propósito que todos compartimos y lo que nos hace sentirnos felices, en el sentido de plenos. Quizás el problema es que hemos complicado lo que significa, en qué consiste y cómo lograrlo, especialmente, lo hemos convertido en un fin, cuando en realidad es un camino que comienza el día en que llegamos a este mundo y finaliza el día en el que nos marchamos. Y ese camino se caracteriza por expresar en nuestros actos a la persona que verdaderamente somos (valores, pasiones, aspiraciones, talento), realizando aquello que nos apasiona, que nos hace vibrar, nos produce satisfacción, nos hace sentirnos orgullosos, por sentir que somos parte del mundo, que tenemos un lugar en el que merece la pena ocupar y estamos ocupando. La traducción a actividades concretas ya es una cuestión de elección personal, pero sea la que sea, si te hace sentir y te posibilita todo lo anterior es que estas en modo realización. Habrá días que no lo sientas, porque la autorrealización no es un estado estático sino dinámico, lo importante es tomar decisiones para vivirlo el mayor tiempo posible y disfrutar de la sensación de conjunto que conlleva: espontaneidad, confianza, libertad, creatividad, expresividad, tranquilidad.

La cuestión de cómo hacerlo es la dinámica de la vida, la que siempre ha estado ahí, no hace falta inventar nada nuevo. Para realizarse hay que desarrollarse, para desarrollarse hay que aprender, y para aprender hay que experimentar y reflexionar sobre dicha experiencia, día a día, paso a paso. El desarrollo es un descubrimiento que surge a partir de la experiencia, se produce en el vivir y no en el planificar para vivir. Y es una cuestión de elecciones continuas acerca de lo que nos enriquece, lo que nos hace bien, lo que nos permite avanzar en la senda que hemos elegido, no aquella que nos han marcado, consciente o inconscientemente, con más o menos presión externa. Para saber lo que nos enriquece, lo que nos hace bien, lo que nos permite avanzar solo existe un conocimiento adecuado: el autoconocimiento. Nadie más que nosotros es experto en si mismo, para elegir sabiamente hace falta tener desarrollado un fuerte criterio propio y éste solo nace del autoconocimiento, las decisión consciente y la puesta en acción de dichas decisiones.

El desarrollo, la realización personal es una necesidad que se siente y que te impulsa a ir más allá de donde estas en cada momento de tu existencia. Ahora bien, todo ir más allá implica un reto, nuevos aprendizajes, cambios y esto siempre desata nuestros miedos y pone en jaque el resto de nuestro sistema de necesidades. ¿Cuántas veces has sentido que has completado una etapa y que te hace falta algo más? ¿Cuántas veces te preguntas y ahora qué, cual es el siguiente paso? ¿Cuántas veces has experimentado ese deseo de lograr algo y a la vez el miedo a perder lo ya logrado?  o quizás ¿Qué hago aquí? ¿los próximos 10 años van a ser iguales? Todas estas preguntas nacen de esa inquietud interna por desarrollarnos, por evolucionar, por realizar en el mundo aquello que queremos ser y queremos ver. Y unidas a ellas surgen otras ¿Qué me está impidiendo avanzar? ¿Qué me detiene? ¿A qué me estoy resistiendo? ¿Por qué me estoy conformando? ¿Cuáles son las opciones, y sus consecuencias? ¿Por qué me cuesta tanto tomar la decisión, iniciar el camino?

A nadie le sorprenderá que ahora hable de la resistencia y el miedo al cambio. Mucho se ha escrito sobre el tema, en este blog puedes leer varios artículos al respecto, y, sin embargo, sigue siendo una ecuación sin resolver. Y esta ecuación tiene dos incógnitas, que actúan como dos sistemas de fuerzas internas opuestas, como ya señalaron entre otros Maslow y Kurt Lewin:

fuerzas defensivas o frenadoras: representadas por nuestras necesidades de seguridad, de pertenencia, de aceptación que desatan emociones de miedo a perder lo que tenemos, miedo a quedarnos solos, miedo a la pérdida de control, miedo a la incertidumbre de lo que nos depara el futuro, miedo a la libertad del ser, a la autonomía y la responsabilidad que todo ello implica. Todo ello activa nuestras actitudes defensivas y reactivas y nos hace apegarnos al pasado, al estatus quo.

fuerzas desarrollativas o impulsoras: representadas por nuestra necesidad de mejorar, avanzar, aprender, ser autónomo y libre en nuestras decisiones y acciones, de confiar en el mundo como un lugar idóneo para nuestra realización personal. Estas necesidades activan nuestras actitudes de apertura y proactividad.

La ecuación solo se resuelve despejando las incógnitas, es decir, ayudando a la persona a minimizar las amenazas para su seguridad, necesidad de aceptación, etc, y también el placer de la seguridad y la comodidad, a la vez que se maximizan los beneficios del desarrollo y se minimizan sus riesgos.  Un proceso de desarrollo es un continuo de situaciones-experiencias en las que la persona se ve compelida a elegir entre mantenerse seguro en un entorno controlado y ser más dependiente de él, o lograr mayores cuotas de autonomía, independencia, libertad y nuevos niveles de desarrollo. En dicho proceso habrá momentos de ansiedad, miedo, duda, incertidumbre y todas sus emociones desagradables asociadas. Habrá también resultados no queridos, no deseados, contratiempos, pero también habrá momentos de satisfacción, de gozo, de orgullo, y la experimentación de otras emociones positivas. Si logramos minimizar las primeras y utilizarlas para aprender, y maximizar las segundas y emplearlas para coger el impulso y seguir aprendiendo nos afianzaremos en el camino de la realización.

Lo que si es preciso tener claro por toda persona que decide embarcarse en vivir realizándose, y de aquellas que decidimos contribuir a ello a través de un acompañamiento profesional, es que lo que produce satisfacción y gozo para las personas es diferente y que el grado de intensidad de las necesidades de seguridad vs. desarrollo de las personas también es distinto: no podemos convertir, ni ella misma convertirse, a una persona 80% reactiva en 80% proactiva, a lo sumo podrá reducir su reactividad hasta su máximo potencial y desde ahí lograr los niveles de desarrollo deseados para ella. Nuestra mejor aportación es ayudar a las personas a conocerse y aceptarse, decidir sin miedo, a ampliar sus opciones, a clarificar sus necesidades, aspiraciones y capacidades, y a liberarse de las presiones externas (directas o indirectas, conscientes o inconscientes) que le impiden elegir con libertad y autonomía según su criterio o sabiduría interior.

Con independencia de la tendencia natural de las personas, más inclinada a la seguridad o el desarrollo, hay algo que todos compartimos y que se revela de capital importancia en el camino de la realización: mientras nuestras necesidades de seguridad, afecto, reconocimiento (en la concreción y grado que las experimentemos) no estén satisfechas nuestro organismo tenderá de formar prioritaria a satisfacer éstas en lugar de las vinculadas al desarrollo. Y todas esas necesidades de seguridad se satisfacen en las relaciones con los demás, de ahí la importancia de crear relaciones que aporten el fundamento seguro ( seguridad, afecto y aprecio) para impulsar el desarrollo y la realización. Esta es una de las claves de la metodología de mentoring que llevo año desarrollando y que describo en mi último libro «Mentoring, un modelo de aprendizaje para la excelencia personal y organizacional», entendiendo por excelencia vivir de forma constante en el camino del desarrollo y la realización personal.

Al final la decisión entre seguridad y desarrollo es una decisión entre apostar por complacer a los demás para obtener su afecto, reconocimiento y la seguridad que nos proporciona contar con ello, o apostar por nuestro propio yo, nuestra propia forma de estar en el mundo aunque no sea la deseada por los demás. En cada SI y NO que pronunciamos se encierra este conflicto de elección, una batalla que luchamos cada día sin darnos cuenta y que, sin embargo, define y condiciona toda nuestra vida.

Son muchas las personas que me consideran valiente porque lucho por ser yo, porque me he enfrentado a muchas situaciones o personas defendiendo mi postura a pesar de sufrir la desaprobación, rechazo, crítica, y algunas cosas peores. No digo que esto no me afecto o duela, pero es que la posibilidad de desaprobarme a mi misma, de rechazarme a mi misma es más dolorosa que cualquier otra. El día que descubrí que mi necesidad de autonomía, poniéndola en porcentajes, es de un 90% y que esto es representativo del 1% de la población, comprendí que para mi ser valiente no era una elección sino una forma de vida incrustada en mi ADN. Desde ese día admiro, si cabe aún más, a todas las personas que se enfrenta a la batalla del desarrollo porque para ellas elegir entre seguridad y autonomía probablemente es mucho más difícil que para mi, donde el margen de duda es del 1º% . Eso no quiere decir que yo no tenga que librar la batalla día a día también, pero las armas son diferentes y eso también explica muchas cosas. Si además añadimos que he tenido la suerte de contar con el fundamento seguro desde muy pequeña, y he sido consciente de lo que eso ha significado en mi vida, el camino de mi realización personal creo que ya estaba escrito: acompañar a otros para que puedan tener la suya.

En ese camino busco formar mentores y mentoras que sean guías óptimos del desarrollo de otros. Personas a la vez optimistas en cuanto a las posibilidades de desarrollo de las personas y realistas en cuanto a la existencia e influencia de las fuerzas frenadoras que lo amenazan. Personas que saben comprender unas y otras y darles el espacio y el tiempo necesario para lidiar la batalla en favor de la realización. Personas conscientes de todo lo que ello implica y responsables de ejercerlo con el máximo respecto a la persona, a sus decisiones, aspiraciones, conflictos y necesidades. Como señalo Maslow «el desarrollo solo puede surgir de la seguridad», por ello cuando las defensas son rígidas no hay que romperlas a toda costa, hay que ser paciente, amoroso, comprensivo para posibilitar que se vayan debilitando poco a poco a través de una relación que aporta precisamente eso que la persona necesita para derribarlas: seguridad, comprensión, aceptación, afecto, conexión, aprecio, reconocimiento de su valía como ser humano único, junto con las dosis adecuadas de reto, estímulo, esperanza e inspiración.

No podemos obligar a otros a desarrollarse, solo podemos incitarlos, evocando sus fuentes de satisfacción (motivaciones), haciendo emerger su fuentes de poder (capacidades y recursos), y reduciendo sus miedos y ansiedades. La clave de todo proceso de desarrollo es saber detectar y ayudar a satisfacer las necesidades pendientes (seguridad, confianza, afecto, reconocimiento, pertenencia), para enfocar el camino de la autorrealización. Un camino que no tiene porque realizarse en soledad, el autoconocimiento no solo surge de la introspección, en las relaciones con los demás es donde más aprendemos sobre nosotros mismos. La gran paradoja de mi vida es que ayudando a otros a conocerse, aceptarse, comprenderse, realizarse estoy aprendiendo mucho sobre mi misma y ese aprendizaje lo puedo volcar también en los demás. Esto es lo que yo llamo el círculo virtuoso del mentoring, que probablemente sea el círculo virtuoso de la humanidad, y la esencia última de la realización.

El pasado 20 de Noviembre nuestra Directora Ejecutiva, Mª Luisa de Miguel, estuvo de nuevo en Bilbao para firmar ejemplares de su nuevo libro «Mentoring, un modelo de aprendizaje para la excelencia personal y organizacional». La presentación y firma de libros fue en el Edificio de La Bolsa organizada por Bilbao Ekintza.

Mentores y Mentees Bilbao Ekintza

 

 

 

 

 

Al acto asistieron muchos de los mentores y mentees de las ya más de 10 ediciones del programa de mentoring promovido por el Ayuntamiento de Bilbao. La Escuela de Mentoring lleva trabajando más de 5 años con los participantes en los sucesivos programas impartiendo la formación de los mentores y mentees, y llevando la dirección científica del Congreso Internacional de Mentoring «Bilbao Mentoring Conference». 

 

 

Cristina Alonso y Mª Luisa de Miguel

 

 

Durante la presentación nuestra Directora Ejecutiva tuvo ocasión de poder conversar con algunas de las mentoras más veteranas del programa, como Cristina Alonso Jañez, que además es colaboradora de la Escuela de Mentoring, acerca de los resultados  del programa a lo largo de estos años, sus experiencias y aprendizajes como mentora, la evolución en el tiempo de las personas a las que ha acompañado como mentees, y nuevos retos para el futuro.

 

 

 

 

 

Bernardo García y Olga Robles con Mª Luisa de Miguel

 

 

Muchos de los mentores asistieron acompañados de sus actuales mentees, y quisieron inmortalizar el momento en una foto conjunta con la autora del libro. Una foto que refleja el poder del mentoring, que es el poder de los encuentros y las conversaciones.  Este fue el caso de Bernardo García Izquierdo (mentor) y Olga Robles Santin (mentee). Olga comentaba en linkedin el encuentro: «Contando con la experiencia y los conocimientos de Maria Luisa de Miguel Corrales y Bernardo Garcia Izquierdo no se puede pedir mejor introducción al mentoring». Gracias a Bilbao Ekintza y Ana Arrieta Calleja por hacerlo posible. apendizaje transformación»

Otro de los mentees que acudió Ales Rueda, nos dejaba también su comentario en linkedin :»Esta mañana he acudido a la presentación del nuevo libro-herramienta de Maria Luisa de Miguel Corrales, con el que seguro voy a descubrir experiencias para compartir con mi mentora Cristina Alonso Jáñez y en mi camino profesional. Gracias por la dedicatoria y aquí tienes a tu personal wine shopper ;) Un abrazo! hashtagmentoringbilbao hashtagbizkaia hashtagarwineexperiences
Agradecemos a todos su asistencia, sus comentarios y la buena acogida que le han dado al libro.

Mónica Anavitarte (EM Perú) y Mª Luisa de Miguel

Ayer 25 de Noviembre, nuestra Directora Ejecutiva, Mª Luisa de Miguel y parte del equipo de la Escuela de Mentoring en Perú, realizaron el kick off del Programa de Certificación Internacional en Mentoring, para la primera línea de ejecutivos de GOLD FIELDS en el Perú y Chile.

Dicha reunión se realizó en un ambiente muy agradable donde además de percibir una gran cohesión de equipo, fue notorio el gran interés que existe en dicha organización no sólo en el desarrollo y cuidado de su gente, sino también en su propio auto desarrollo para convertirse en mejores líderes, y poder acompañar a su gente en el camino de su crecimiento.  Es muy satisfactorio y esperanzador ver que los Directivos que están a cargo de las decisiones más importantes para la sostenibilidad y éxito de sus empresas, demuestran un genuino interés en aspectos tan relevantes como el Mentoring.

Equipo Directivo Gold Fields Perú y Chile

Cuando conversamos sobre las expectativas que existen sobre la Certificación, existe una extraordinaria alineación con lo que la Escuela ofrece.  Podemos mencionar, entre otros, los puntos más importantes:

  1. Desarrollo y crecimiento de todos en la organización
  2. Nuevas herramientas para ser agentes multiplicadores de buenas prácticas
  3. Desarrollar nuevas competencias para la transmisión de conocimientos y experiencias.
  4. Ayudar a su gente en poder identificar todos sus potenciales para poder convertirlos en talentos
  5. Ser y ayudar a otros a ser mejores personas en todos los entornos donde interactúan
  6. Aprender, co – crear y ser agentes de cambio

 

Veronica Valderrama Vicepresidenta RRHH Gold Fields

Todo eso y más, está incluido dentro de todo el Programa de la Certificación, que tenemos el honor de dirigir por tercera vez en el Perú, con ejecutivos y profesionales que tienen, no sólo una gran experiencia y conocimientos, sino con una gran calidad humana – algo que es una condición indispensable para ser un buen Mentor.

Nos sentimos muy honrados y orgullosos de acompañar a empresas como GOLD FIELDS,  que son modelo de excelencia en su gestión, en sus procesos de transformación y desarrollo organizacional a través del Mentoring.

 

Autora: Mónica Anavitarte (Escuela de Mentoring-Perú).

El pasado 12  de Noviembre mantuve una interesante entrevista con la periodista Montse Hidalgo en su programa Cinc Céntims de la cadena de radio La Xarxa en Barcelonapara hablar de mi nuevo libro «Mentoring, un modelo de aprendizaje para la excelencia personal y organizacional».

Durante un espacio de 10 minutos pude explicar que es el mentoring, por qué funciona y por qué ha funcionado a lo largo de toda la historia. Destaqué la importancia de mejorar los modelos de aprendizaje debido a la velocidad y complejidad de los cambios y como las empresas puede aprovechar el mentoring para gestionar el cambio. Otro reto importante al que se enfrentan las empresas, sobre el que conversamos, y que puede ser gestionado a través del mentoring son las diferencias intergenaracionales y la diversidad. Con nuestro modelo INTEGRAL GENERATIVE MENTORING las personas aprenden a crear relaciones y mantener conversaciones que permiten conectar fortalezas, conectar ideas, gestionar las diferencias, aprender mutuamente, colaborar y cooperar.  De esta forma el aprendizaje personal y organizacional es mucho más efectivo y ágil.

Puedes escuchar aquí la entrevista completa.

Libro Mentoring

Si quieres conocer en mayor profundidad nuestra metodología INTEGRAL GENERATIVE MENTORING te invito a que adquieras el libro «Mentoring, un modelo de aprendizaje para la excelencia personal y organizacional»,  y accedas a una nueva forma de liderar, desarrollar el talento e impulsar el aprendizaje personal y organizacional. Si quieres desarrollar un programa de mentoring en tu organización o formar a tus mentores estaremos encantados de acompañarte aportándote toda nuestra experiencia y conocimiento sobre mentoring.

Son ya muchas las organizaciones de todo tipo y en diversos ámbitos las que están adoptando el mentoring como modelo de aprendizaje, cambio y desarrollo. Los resultados hablan por sí solos, en el libro se incluyen varios ejemplos de programas de mentoring implantados en diferentes organizaciones (multinacionales, universidades, organizaciones no lucrativas, organismos públicos). Si no quieres perder el tren de la excelencia únete a esta nueva forma de aprender.